publicación No. 3

  ISSN 2218-0915
Entrevista a Miguel Littín (fragmentos)
María Elena Gutiérrez Delgado


Entrevista a Octavio Getino (fragmentos)
María Elena Gutiérrez Delgado
De la crítica
Josep Torrel
Una historia de alto riesgo: el cine y la crítica en tiempos de Internet
Manuel Martínez Carril

Compartir en las redes sociales

Una historia de alto riesgo: el cine y la crítica en tiempos de Internet
Manuel Martínez Carril

Hace siete años el uruguayo Homero Alsina Thevenet (1922 - 2005) comentaba en un reportaje para un volumen sobre periodismo publicado en Buenos Aires: "La crítica cinematográfica es hoy menos útil que antes. Me explico:

1) Entre 1950 y 1970, era posible cada semana escribir del último Kazan, Kubrick, Wyler, Cukor, Huston, Wilder, Rossellini, De Sica, Lean, Reed, Visconti, Bergman, Truffaut, Satyajit Ray o algún ignoto film húngar o, polaco, checo, yugoslavo. Teníamos cine europeo, remember. Desafío a que me muestren un repertorio parecido en las últimas dos décadas. Ha bajado el nivel y por tanto ha bajado el nivel de la crítica. Demasiados autos que explotan, demasiados chiches fotográficos de los laboratorios. Poco que decir al respecto.
2) Aun así, con el film en cartel durante más de una semana, la crítica puede servir para mucho espectador. Pero el cine ha mudado su domicilio. No puedo hacer crítica de lo que se dio en TV Cable porque ya no está en cartel, o lo estará otra vez, dentro de veinte días, a las 4 de la mañana. No puedo comentar el material de video (hay mucho y bueno) porque eso llevaría a hacer un catálogo en libro y no una reseña en diario o semanario.
3) Los diarios me confirman que poca gente lee crítica. Lo hacen al exigir notas cortas y al reducirlas a una píldora de pocas líneas, con 3 ó 4 estrellitas de calificación, que son a su vez otra arbitrariedad poco didáctica."

Aparte del dato que Alain Resnais, por ejemplo, ya existía entre 1950 y 1970, la lista de talentos de esas tres décadas puede ser la que propone Alsina u otra. Es cierto que analizar críticamente films de Kubrick, Bergman o Ray (o también Buñuel, Kurosawa, Fellini, Casavetes) era ciertamente una aventura excitante para críticos y espectadores. Pero no se sabe por qué analizar la obra de cineastas de los últimos treinta años no promete ser igualmente excitante. El cine actual no consiste solamente de autos que explotan. Entre 1950 y 1970 había menos explosiones, pero la tontería era la misma, y con ella convivía la obra de Welles, Rohmer, Wajda y otros artistas reconocidos incluidos en listas exigentes. La discusión no consiste en dictaminar cuáles autores son sin la menor duda más memorables que otros, y tampoco en determinar qué es de veras lo bueno y qué es lo malo en cine, literatura, teatro, música, plástica. El crítico no es un catador de vinos en cuyo buen gusto debemos confiar, y menos el frío aplicador de un canon. Si la función del crítico es ayudar a vivir la excitante aventura de transitar la obra de un artista, sea Picasso, Beethoven o Bergman, como una experiencia de vida, quizás como una conmoción estética, entonces la crisis actual de la crítica y el riesgo de su desaparición pueden ser un problema.

"EL CINE HA MUDADO SU DOMICILIO".- El editorial de noviembre de 1989 del boletín mensual de Cinemateca Uruguaya, decía: "Los años ochenta han marcado cambios sustanciales en todo el mundo en la comunicación cinematográfica Cada vez más espectadores de cine ven películas en forma electrónica. El resultado práctico es que seguramente nunca se vio tanto cine como en estos años, pero cada vez son menos los espectadores de cine en salas con pantallas grandes Algún utópico ha afirmado que el cine sobrevivirá en todo el mundo sólo en las cinematecas. Ello ocurriría en un futuro muy próximo, quizás en los comienzos del siglo XXI". En ese entonces, hace veinte años, todavía existía la crítica cinematográfica. Empero los últimos datos son reveladores. La mayoría de las películas se ve en computadoras  personales en copias bajadas de Internet. Las películas circulan en videos ilegales a veces mediocres reproducciones antes de su estreno en salas, y muchas sólo se ven en esos videos clandestinos contra los que la distribución transnacional no hace nada porque no puede. La democratización del acceso a las películas es total. Son por lo menos unos 12.000 largometrajes de producción reciente que cada año ingresan a la clandestinidad. La industria compensa esa competencia con muchos autos que explotan, en lo posible en 3D, poniendo la tontería al alcance de todo público. Ese esmero no atiende al arte cinematográfico. La idea de que en Internet está todo es muy fuerte y parece confirmada por la realidad, de modo que todo lo que se haga está permitido.

Pero el mal mayor es la creciente incultura cinematográfica y de información general creada por los cambios que trae la globalización o la trivialización. De hecho uno puede bajar de Internet con aceptable calidad Enfermedad tropical, Tres tiempos y En el cuarto de Vanda, buscando por sus títulos en inglés (Tropical Malady, Three Times, In Vanda´s Room), de Apichatpong Weeratsethakul, Hou Hsiao-hsien y Pedro Costa.

Probablemente descubra que esos films son más interesantes, valiosos y recordables que otros, pero para comprobarlo el usuario de Internet deberá primero averiguar que existen y que un tailandés, un emigrado de China a Taiwán y hasta un portugués poco conocido pueden producir películas con la belleza o la intensidad de las obras de arte. Recién después buscará y pirateará esos films, pero no hay nadie con sentido común que antes le diga que esa operación contra los copyrights de Hollywood y de la llamada industria del entretenimiento es un trabajo necesario y gratificante que vale la pena. Para peor al lado de esos tres títulos en Internet hay otros noventa o cien mil menos interesantes y con títulos aún más enigmáticos Por el camino puede tropezar sin darse cuenta con una de las dos películas de Jia Zhang-ke que es chino, asistémico, desconocido y valioso. Y puede confundir tilinguería con talento y perder el tiempo Lo mejor para que una aguja nadie la encuentre es perderla en un pajar.

LA CRITICA TAMBIEN SE MUDÓ.- Después de 119 años, Jornal do Brasil en Río de Janeiro abandonará el papel prensa y pasará a editarse desde el 1º de setiembre solamente en Internet. En ese diario en 1962 un joven Glauber Rocha de 23 años recién llegado de Bahía se iniciaba como torrencial crítico de cine e indicaría uno de los comienzos del Cinema Novo brasileño y del nuevo cine latinoamericano. Meses después se sumaría Miriam Alencar y fundamentalmente un riguroso y analítico José Carlos Avellar indicando el comienzo de una nueva crítica cinematográfica en Brasil. Esos serían los años de la dictadura militar (marzo de 1964) y el diario lideraba la resistencia popular y de los medios culturales, que se expandía hasta el Museu de Arte Moderna y a la Cinemateca do MAM, ambos vinculados a Jornal do Brasil. El cine nacional en Brasil en su momento no se explicaría sin la acción de la crítica. Ninguna de esas acciones serían posibles ahora, entre otros motivos porque el diario en papel en que eso ocurrió dentro de unos días  dejará de existir.

En noviembre de 1962 el Río de la Plata convirtió en un moderado éxito de público una película de la India dirigida siete años antes por un desconocido Satyajit Ray. En Montevideo el film fue un suceso porque su estreno en noviembre coincidió con un inesperado conflicto bélico en la frontera con China, que inició una guerra y llevó más gente al cine para saber cómo era vivir sin guerras en la India, país exótico y distante. Ese film, Pather Panchali (1955), era además un modelo de neorrealismo fuera de Italia y serviría de inspiración para películas latinoamericanas varias (sin dudas Vidas secas de Nelson Pereira dos Santos en 1964). La respuesta pública local se explicó por la acción de críticos unánimes que alertaron e indujeron al espectador "a apreciar la belleza de un relato que es, pese a su extrema sencillez de comprensión, una profunda obra de arte" (HAT, diario El País, Montevideo). Ese diario sigue publicándose en papel pero entre sus materiales informativos no incluye la crítica cinematográfica reemplazada por reseñas banales con asteriscos.

Para el público común dificultades parecidas a las que existen para saber dónde está la película valiosa que hay que bajar de Internet, existen para saber qué crítica leer si la hay y dónde encontrarla. Lo más probable es que ningún aficionado vaya a parar al mejor lugar. La confusión se acrecienta por la generalización de la web 2.0, que se suma a notebook, Facebook, Myspace, Twitter, Sonico, blogs, iPhone, Youtube, Skype, presumibles medios de comunicación que agregan más ruido con el razonable resultado de que nadie hoy en día oye nada. La confusión excluye a la llamada crítica académica no periodística que utiliza supuestos conocimientos teóricos y estéticos y que se expresa en un lenguaje críptico con pose de expertos que suena bien en ámbitos universitarios pero no forma espectadores y quizás tampoco a cineastas.

En un pasado cercano eran posibles los referentes y que los críticos influyeran. Pero hoy pocos espectadores tendrán cómo discutir con alguien que Enfermedad tropical de un autor tailandés de nombre impronunciable es una película que importa. Es tan desconocido como lo era Satyajit Ray en 1962, pero no hay quien
lo descubra al público.

EN LA JUNGLA HAY MUCHO POR HACER.- La jungla está por detrás y en todos lados y ha dado por resultado "un verdadero caos de contenido que tiende a mezclar y unificar todo lo escrito a un mismo nivel", como alerta Cynthia Sabat en Otros Cines, portal de Diego Batlle (Buenos Aires , 8 de octubre de 2009). "Comentarios de usuarios, cables de agencias de noticias, opiniones de bloggers, todo tiende a ser (y parecer) la misma cosa en la web". Todo se comparte instantáneamente en un mundo digital global intercomunicado donde hay usuarios que suben videos trucados o propalan informaciones sin otro fundamento que haber sido replicadas miles de veces, con lo cual las formas de producción y de análisis crítico quedan en crisis. Youtube o sitios como The Auteurs propagan supuestas películas sin pasar por las majors. Los sitios son lugares de encuentro y de compartir, pero no sabemos quién hay detrás de un usuario en algún lugar del planeta ni si su nombre corresponde a alguien, no hay cómo verificar que un dato es real ni siquiera si proviene de Wikipedia. Y con la web 2.0 donde los consumidores son también los productores de opinión, todos son (somos) críticos, que es la mejor manera de que toda opinión valga lo mismo, es decir nada. Somos todos opinólogos. El postmodernismo perfecto.

Cómo la crítica de cine es lo mismo que la crítica de Nintendo o la coartada de la democracia. Y ya viene la web 3.0. 

En los últimos dos o tres años la situación ha generado seminarios y mesas redondas (la más importante, la de Film Comment durante el New York Film Festival en el Lincoln Center hace dos años y poco después una convocada por la Unión Europea en Estoril, Portugal), una entrega especial de Sight and Sound de Londres con el título de tapa Who Needs Critics? que se traduce como "¿Quién necesita a los críticos?" o indistintamente "¿Quién necesita críticas?" Pero quizás lo más útil: en Internet se han instalado sitios de crítica confiables. Algunos son editados por revistas solventes como Sight and Sound de Londres (www.bfi.org.uk/sightandsound), Variety de Los Angeles (http://www.variety.com/), Cineaste de New York (http://www.cineaste.com/ ), Film Comment de New York (http://www.filmlinc.com/). Debieran agregarse otros sitios como el evanescente reflejo de Cahiers du cinéma de París http://www.cahiersducinema.com/. Lo más interesante sin embargo está en  otros sitios, desde el australiano http://www.rouge.com.au/ hasta los de críticos establecidos: http://www.filmref.com/, donde Aquarello inventaría las películas memorables de la historia del cine, o www.davidbardwell.net/blog donde hay rigor y conocimiento. Esos sitios experimentan con una escritura más suelta para Internet, pelean para captar lectores y procuran convertirse en referentes.

Sobre ese panorama mundial debe saberse que en América Latina se han afirmado en Internet sitios a ser conocidos:

 www.revistavertigo.info/criticas/articulos.html que se distribuye desde Caracas. En el emprendimiento está Pablo Gamba.
 http://www.elespectadorimaginario.com/ de Buenos Aires. Con Liliana Sáez.
 http://www.otroscines.com/ de Buenos Aires, donde está Diego Batlle.
 http://www.kinephilos.blogspot.com/ también de Buenos Aires. Sitio de Aula Crítica.
 http://www.micropsia.blogspot.com/ de Buenos Aires, con Diego Lerer.
 http://www.mabuse.cl/, de Santiago de Chile. Con criterios de actualidad y escaso rigor.
 http://www.onoff.cl/ de Santiago de Chile. Meramente informativa y no crítica.
 http://www.ojosabiertos.wordpress.com/ de Buenos Aires reúne a opinólogos con Roger Alan Koza y amigos de él.

Desde Montevideo, con base en el Curso de Análisis y Crítica Cinematográfica de Cinemateca Uruguaya, está en preparación un sitio que será lanzado en septiembre u octubre. La primera decisión a adoptar debiera ser que las páginas rigurosas latinoamericanas en Internet que existen se promocionen entre sí, para que posibles lectores se aventuren en la jungla. Los que estén que informen, antes que la crítica y el cine desaparezcan.

- www.cinecic.com.ar/
- www.cinematecadistrital.gov.co/servicios.htm
- www.cinecubano.com/persona/escuela.htm
- www.cubacine.cu/directorio/icaic.htm
- www.filmotecadeandalucia.com/
- cuib.unam.mx/mapabiblio/datosbiblio.pl?biblio=416
- www.documentalcolombia.org/index.html
- www.enerc.gov.ar/inst_biblioteca.html
Diseño: Joany Savigñon

Copyright © 2024 Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano. Todos los derechos reservados.
Calle 212 esquina a 31, Quinta "Santa Bárbara", Reparto La Coronela, La Lisa, Ciudad de la Habana, Cuba