publicación No. 7

  ISSN 2218-0915
Medios indígenas, desde U-Matic hasta Youtube: Soberanía mediática en la era digital
Faye Ginsburg
Los medios indígenas se han convertido en una forma robusta de la producción cultural contemporánea. Expresan la duradera preocupación compartida por los indígenas en todo el planeta por tomar control de sus representaciones. Yo pienso en esto como “soberanía mediática”, un término que introduzco para describir prácticas a través de las cuales la gente ejerce el derecho y desarrolla su capacidad para controlar sus propias imágenes y palabras, incluyendo cómo estas circulan. Aquí he utilizado una definición legal clásica de soberanía como la posesión de autoridad sobre un área, extendiendo esta idea más típica de la autoridad política sobre una tierra y población a la posesión de control técnico, cultural, político y creativo sobre la producción mediática y las vidas de las personas indígenas.

[…]

Desde videos en pequeño formato y la radio local, hasta proyectos digitales, sitios web de archivos, y películas filmadas con teléfonos móviles, hasta televisoras indígenas nacionales y películas, los creadores de medios indígenas han encontrado oportunidades para todo tipo de creatividad cultural, creciente en sus propios términos. Algunos están directamente vinculados con acciones políticas; más frecuentemente, los proyectos son formas de activismo. A menudo apoyan el mantenimiento o incluso reviven practicas rituales y lenguas locales, así como conocimiento histórico, mientras construyen formas de expresión cultural que frecuentemente sirven para reparar relaciones intergeneracionales deshilachadas, llevando tan necesitadas fuentes de actividad productiva y a veces ingresos a comunidades que habitualmente sufren de pobreza, anomia y falta de derechos políticos.

Me gustaría mostrar el sentido del extraordinario rango de trabajo, utilizando una gran variedad de tecnologías e involucrando muchas comunidades diferentes o bases institucionales, que incluye el término “medios indígenas”.


• Producciones locales de bajo formato, originalmente producidas en video analógico, en sus comienzas hacia los 80, y ahora en formatos digitales.
• La creación de televisoras locales y regionales en las últimas dos décadas, facilitada inicialmente por el lanzamiento de satélites de comunicación sobre áreas remotas, como CAAMA radio y video en Australia central e incluyendo Inuit Broadcasting en Canadá; y ahora por las posibilidades digitales, como Isuma TV en Nunavunt, Canadá, inaugurado en 2009 por Igloolik Isuma.
• La emergencia de las antes mencionadas televisoras nacionales manejadas por indígenas desde 1999 con el debut de: Aboriginal People's Television Network en Canada (1999), Maori TV en New Zealand/Aoteoroa (2003) (y un Segundo canal para hablantes de Maori en 2007), Taiwan Indigenous Television (2005), National Indigenous Television (NITV) en Australia (2007). Estas televisoras juntas han formado el World Indigenous Broadcasting Network.
• La producción de –hasta ahora– 100 películas dirigidas por indígenas en todo el mundo, ha contribuido a la toma de posición de los filmes indígenas como una forma del cine mundial en su etapa globalizada, incluyendo la circulación a través de prestigiosas salas de presentación como Cannes, el Toronto International Film Festival y el Sundance Film Festival, que exhiben las películas y en algunos casos apoyan su desarrollo. Algunas obras han obtenido premios significativos, que funcionan como formas importantes de capital cultural que puede convertirse en recursos de apoyo para la continuación de su trabajo. Las películas también forman parte de un vívido circuito de festivales de cine indígenas en todo el mundo. Dos organizaciones claves que sirven como expositoras e importantes zonas de encuentro trasnacional son imagineNative en Canadá, y la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas.
• Finalmente, archivos indígenas basados en décadas de trabajo comunitario, así como el regreso y repatriación de películas y fotografías etnográficas o de otro tipo, realizadas con anterioridad, a menudo en etapas coloniales o de asentamiento, se han convertido en prácticas sociales excitantes y de creciente importancia, realzadas por el cuidadoso uso de las tecnologías digitales. Estos son creados a menudo a través de sociedades creativas profundamente colaborativas con el apoyo de no-indígenas preparados en las materias técnicas; juntos imaginan e inventan nuevas formas para construir protocolos culturales, como restricciones en el visionaje de imágenes de personas que han muerto. Se han imaginado usos para lenguas no alfabéticas, como en el innovador trabajo del proyecto Ara Irititja en Australia.

[…]

Los avances recientes discutidos en este artículo ofrecen algunas perspectivas sobre el verdadero significado de la era digital para los creadores de medios indígenas en variados lugares, y cómo las nuevas tecnologías han sido tanto descolonizadas e indigenizadas, desde el diseño de archivos, hardware y software, hasta las preguntas planteadas sobre protocolos de visionaje, como en el caso Ara Irititja. Mientras el acceso indígena a plataformas digitales es ciertamente desigual, tenemos abundante evidencia de la respuesta creativa a las nuevas tecnologías en comunidades indígenas en sus propios términos, promoviendo el desarrollo de redes políticas y la capacidad de extender sus mundos culturales tradicionales hacia nuevos dominios. Esto, sugiero, es la base de la soberanía mediática en la era digital.

Los medios digitales indígenas levantan preguntas importantes sobre la política y circulación del conocimiento en varios niveles. Al interior de las comunidades esto involucra quién tiene acceso a y un entendimiento de las tecnologías mediáticas, y quién tiene el derecho a saber, decir y circular ciertas historias e imágenes. Al interior de estados-naciones estos medios están vinculados a más extensas batallas sobre la ciudadanía cultural, el racismo, la soberanía y los derechos sobre la tierra, así como a conflictos sobre financiación, espacio aéreo y satélites, televisión y distribución en las redes, acceso a archivos, y servicios digitales de banda ancha que pueden o no estar disponibles a las comunidades indígenas.

[…]

En el presente, los Inuit y otras comunidades indígenas están a punto de ser dejados fuera de la más importante tecnología de la comunicación desde la imprenta. Casi todo en el siglo XXI será conducido, al menos parcialmente, por internet. Ser dejados fuera, incluso por otra década o dos, es como una sentencia de muerte lingüística, cultural y económica. El comprometimiento de Isuma para crear IsumaTV, incluso frente a estas desventajas, muestra cómo el acceso a internet no puede ser negociable para las comunidades indígenas luchando por su supervivencia.

[…]

La evidencia del crecimiento y la creatividad de los medios indígenas en las últimas dos décadas, sin importar los problemas que pudieran haber acompañado este desarrollo, es nada más que extraordinario, tanto funcionando en las comunidades remotas, en enclaves urbanos o en bases regionales, nacionales o transnacionales. El activismo mediático indígena solo ciertamente no puede remover las asimetrías de poder que aseguran las profundas inequidades que continúan dando forma al mundo, o resolver los problemas e imágenes que sus intervenciones mediáticas plantean sobre su legado pasado, sus vidas presentes y su futuro cultural. Estos forman una continuidad con los problemas más amplios de autodeterminación, derechos culturales, soberanía política y degradación medioambiental, y pueden ayudar a llamar la atención sobre estos profundamente problemáticos e interconectados asuntos.

Copyright © 2024 Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano. Todos los derechos reservados.