publicación No. 7

  ISSN 2218-0915
Documentales desde, con, para y por la niñez
Pablo Ramos Rivero

En el tramo de cuatro cuadras de la calle 19, que va desde la esquina de la Casa del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, en calle 2, hasta la altura de la calle 10 (que en la avenida 23 forma una de las intersecciones de la cuadra donde está ubicado el edificio del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, ICAIC), pude contabilizar no menos de cinco bustos de José Martí. La estadística me hizo recordar la secuencia del filme de Tomás Gutiérrez Alea, La muerte de un burócrata1, donde un obrero ejemplar muere víctima de un lamentable accidente en la máquina por él inventada y que tenía como finalidad la producción acelerada de bustos de José Martí.

Y es que, en nuestro país, se rinde culto, al menos formal, a aquel que, entre otras ideas, predicaba que «ser culto es el único modo de ser libre».

Aunque "La Edad de Oro", publicación que se editó en Nueva York en 1889, dedicada por nuestro héroe nacional a promover el bienestar y la participación de la infancia, mientras le llegaba, según el autor, "la hora de morir en otra mayor"2, sea una bibliografía obligada para nuestros escolares, muchas de sus recomendaciones aguardan, aún hoy, por su aplicación.

Martí manifiesta, desde la presentación del primer número de la revista, su interés por la formación y el estímulo de habilidades comunicativas basadas en el respeto y reconocimiento de las potencialidades creativas de los niños: «Los niños saben más de lo que parece y si se les dijera que escribiesen lo que saben, muy buenas cosas que escribirían» y, más adelante, añade que deben escribir «...sobre cosas de su edad, para que puedan escribirlas bien, porque para escribir bien de una cosa hay que saber de ella mucho.»3 

¿No es a esto lo que nos convoca el Artículo 13 de la Convención sobre los Derechos del Niño: «el niño tendrá derecho a la libertad de expresión; ese derecho incluirá la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o impresas, en forma artística o por cualquier otro medio elegido por el niño»?4

El eje que le da sentido a la expresión comunicativa es, en la perspectiva martiana, la responsabilidad ciudadana desde una eticidad de raigambre latinoamericana. «Así queremos que los niños de América sean: hombres que digan lo que piensan y lo digan bien, hombres elocuentes y sinceros.»5

Sin embargo, en nuestras sociedades adultocéntricas, una pluralidad de voces permanece silenciada o deformada. Las de la infancia y la juventud forman parte de ese gran coro de ausentes. Para los más jóvenes habitantes del planeta, el ejercicio de la libertad de pensamiento, opinión y expresión, suele permanecer confinado a una "tierra-del-nunca-jamás".

Hace ya tres lustros, el informe Nuestra Diversidad Creativa sostenía que muchas de las respuestas a los desafíos que enfrenta la humanidad pueden venir y vendrán de los jóvenes mismos, a condición de que tengan la posibilidad de expresarse. Puntualizaba en la necesidad de ayudarles a construir un mundo más acorde con los valores multiculturales y con la necesaria Comunicación intercultural.6

El propiciar la gestión de niños, niñas y adolescentes en procesos participativos de comunicación es, justamente, el objetivo que anima a la Red El Universo Audiovisual del Niño Latinoamericano (Red UNIAL), desde la Casa del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.

Su trabajo, en consonancia con el paradigma que en materia de Educación para la Comunicación se está imponiendo en la actualidad, sobre todo en América Latina, enfatiza en los “fines” de la comunicación y coloca a la Educación para la Comunicación como un eje transversal en los procesos de educación ciudadana. En tal sentido, se concibe a la comunicación como un proceso de puesta en común y, por tanto, de valoración y re-conocimiento de sus actores como personalidades que se construyen en su relación con el otro y consigo mismos. Enfoque en gran medida deudor de una concepción culturalista de la formación de la personalidad, basada en los criterios de Vygostsky –en tanto el “yo” se construye en su relación con “el otro”, dentro de un ámbito socioculturalmente condicionado7– , y de las formulaciones que en torno a la Educación Copularla planteó, en su momento, Paulo Freire.

Entonces, no tan solo se habla de una “educación del sentido crítico”, sino que también se refiere ahora a una Educación para la Comunicación, entendida como proceso.8

Para el profesor de la Universidad de São Paulo, Ismar de Oliveira, más que el interés por los contenidos, en las más recientes prácticas desplegadas en Brasil, prevalece el interés social por los derechos de los niños. La observación detenida de estas experiencias permite apreciar que el eje de preocupación no es tanto lo que los medios están haciendo, sino por el contrario, el que los niños puedan usar los medios como instrumentos para expresarse, instrumentos que, por su parte, la educación debe incorporar.9

Estos criterios, cercanos al nuevo concepto de ciudadanía que se ha ido gestando desde la sociedad civil, implican una apertura de nuevos espacios para el ejercicio de la participación, la expresión y la comunicación como derechos inalienables de sectores considerados tradicionalmente como objetos y no sujetos, como es el caso de la niñez.

Se promueve una Educación para la Comunicación que intenta superar el hiato entre una formación para la recepción o “lectura” de los medios y otra para la producción creativa o “escritura” de mensajes. Ello redimensiona el papel del sujeto, de perceptor a creador de mensajes y, aún más, de espectador a protagonista de procesos comunicacionales, gestados desde sus propias necesidades y capacidades. El sujeto se convierte en la dimensión nuclear en la Educación para la Comunicación que se involucra, activamente, en el proceso comunicativo.

Es sobre la base de estas concepciones que, entre 1997 y 2001, la Red UNIAL impulsó el Proyecto “Géminis”, que contó con el auspicio de la Oficina del UNICEF en Cuba y, posteriormente de UNAIDS y del Centro Nacional de Prevención de las ITS/VIH/SIDA. “Géminis” tuvo como destinatarios a grupos de estudiantes de la Secundaria Básica Mártires de Humboldt 7, en la barriada de Cayo Hueso, Municipio Centro Habana. Los “talleres de creación” fueron el núcleo de la experiencia.

A través de la apropiación del lenguaje audiovisual y de los códigos del género documental se incentivó un proceso de observación-reflexión-apreciación-expresión creadora que tomó, como hilo conductor, los problemas por ellos identificados. Los talleres culminaron con la realización de dos cortos documentales: Háblame de colores, que abordaba la temática de la discriminación racial y Época de amar en verso, sobre las vivencias que despierta el primer enamoramiento entre adolescentes.

Si un filme solo se realiza completamente cuando es exhibido, una natural derivación de este aserto es, precisamente, la propia exhibición de lo elaborado en los talleres. La proyección en la comunidad de los documentales producidos, y su posterior debate, demostró ser una alternativa de comunicación horizontal protagonizada por sus miembros más jóvenes.

Algunos resultados que pueden destacarse de estas experiencias son, por un lado, el lograr en los adolescentes la apropiación de los recursos expresivos mínimos necesarios para comunicar a través del documental; por otro, el desarrollo de actitudes y habilidades facilitadoras de la actividad propia del taller y del quehacer escolar en general: creatividad, cohesión grupal, capacidad para trabajar en equipo. Se estimulan, en los participantes, la autoestima, la autoimagen, el autoconcepto y la asertividad, como procesos psicológicos que subyacen en todos los procesos de interrelación humana. Otro aspecto a considerar es que se promueve la movilización y participación de diferentes sectores -familia, escuela y comunidad- en el enfrentamiento de los problemas identificados.

Socializar esta metodología de trabajo entre actores comunitarios para que devengan agentes multiplicadores de este tipo de experiencias generó un proceso de capacitación de miembros de diferentes Talleres de Transformación Integral del Barrio (TTIB) de Ciudad de La Habana. Los Talleres de Transformación Integral del Barrio tienen como misión estimular procesos participativos para la transformación física y social de la localidad donde se encuentran.

La carencia, en estos Talleres comunitarios, de un equipamiento mínimo indispensable para garantizar todo el proceso de producción audiovisual ha dado como resultado que solo en el TTIB Los Ángeles, del Municipio Marianao, se haya mantenido, hasta la fecha, un trabajo sostenido con adolescentes. Prueba de ello es el documental ¿Quién dijo que todo está perdido?, exhibido en el pasado diciembre, durante el XXIII Encuentro El Universo Audiovisual del Niño Latinoamericano y que, a partir de la entrevista a una persona portadora del VIH, se adentra en el tema de la prevención.

Otro breve documental exhibido en esas jornadas fue el realizado por adolescentes del Municipio Cerro. Ellos integran un proyecto de apoyo psicosocial a niños afectados e infectados por el VIH, proyecto que cuenta con el apoyo de la Sociedad Cuba-Luxemburgo y, como contrapartes ejecutoras, el Centro Nacional de Prevención de las ITS/VIH/SIDA y la propia Red UNIAL. El corto aborda, a partir de entrevistas hechas a coetáneos, el tema de la homofobia y sus consecuencias.

Estimular propuestas similares es uno de los objetivos trazados por la Red UNIAL. Ello ocurre por varias razones, algunas de las cuales señalaremos, sin agotarlas ni jerarquizarlas:

a) Por constituirse en un espacio que contribuye al reforzamiento de la autoestima de los participantes.
b) Es una práctica que devela el mundo de necesidades, expectativas, temores, anhelos y esperanzas de los niños y jóvenes.
c) Por ser un proceso que dinamiza las relaciones en la familia, la escuela y los otros ámbitos en los que acontecen las experiencias.
d) Porque puede generar espacios y procesos de re-conocimiento, inter e intra generacionales, multi e interculturales, abarcando esferas que trasciendan el nivel local, para insertarse en experiencias de alcance más amplio.
e) Por su valor vocacional, no siempre tenido en cuenta en los procesos educativos formales.
 
Se trata de liberar espacios que propicien el vuelo de las potencialidades y capacidades de las nuevas generaciones.

No es casual, por tanto, que durante el 11º Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez in Memoriam, celebrado en marzo del presente año, la Red UNIAL y la Oficina del citado Festival, en coordinación con el Centro Provincial de Cine de Santiago de Cuba, auspiciaran un taller de creación de documentales con estudiantes de primaria y secundaria básica residentes en la populosa comunidad de San Pedrito, del Distrito José Martí de Santiago de Cuba. El resultado final, Somos la esperanza, exhibido en la clausura del Festival, expone las valoraciones y estereotipos que, en torno a la niñez residente en dicha comunidad, tienen propios y ajenos así como las transformaciones que, en pro del mejoramiento de las condiciones de vida, se han llevado a cabo en los últimos años en la localidad.

A iniciativa de dos psicólogas del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas, CIPS, con el apoyo de la Oficina del UNICEF en Cuba y de acuerdo con los organizadores del Festival Internacional de Cine Pobre Humberto Solás, se realizó en Gibara un mini-taller de cuatro sesiones en el que participó una decena de niños del seminternado primario Eddy Suñol de esa localidad. A partir de las vivencias de este grupo, vinculadas con el paso de varios huracanes que, en 2008, azotaron el poblado, elaboraron una pequeña película documental, escrita y dirigida por ellos, como regalo a los niños haitianos sumergidos en la tragedia de sismos y pobreza extrema.

Las iniciativas tendentes a mostrar lo elaborado por niños y jóvenes -más allá del contexto escolar y comunitario en el que se circunscribe la experiencia- y las dedicadas a llamar la atención de sectores más amplios, a escala local, nacional e internacional, es coincidente con el reconocimiento de la dignidad y derechos de todas las personas, sin discriminaciones ni silenciamientos, en sus identidades culturales y en sus situaciones y necesidades concretas, como partícipes activos en la construcción de una historia que tiene que ser el conjunto dinámico, multifacético y pluralmente expresado de todas las historias: individuales, comunitarias y sociales.

Afortunadamente, hay en proporciones crecientes, otros grupos de personas e instituciones que, sin el ánimo profético de Isaías, comparten la esperanza de que nuestros niños vean lo que nunca habían visto y comprendan lo que nunca habían oído...10

 

 

Notas y citas:

1.  Tomás Gutiérrez Alea (Director), La muerte de un burócrata, largometraje, ficción, ICAIC, 1966.
2.  José Martí, Carta a Manuel Mercado del 18 de mayo de 1895. Disponible en: http://www.cubaminrex.cu/
La misiva quedó inconclusa. Al día siguiente, 19 de mayo de 1895, Martí cae en combate en la zona llamada Dos Ríos, confluencia del Cauto y el Contramaestre, al pie de la Sierra Maestra.
3.  José Martí, La Edad de Oro, (edición facsimilar de La Edad de Oro. Publicación mensual de recreo e instrucción dedicada a los niños de América, New York, julio a octubre de 1889), La Habana, Editorial Arte Y Literatura y Centro de Estudios Martianos, 1989, p. 2.
4.  Convención sobre los Derechos del Niño. Disponible en: http://www.unhchr.ch/
5.  José Martí, op. cit., p. 2.
6.  Nuestra diversidad creativa. Informe de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo, Capítulo 6 «Los niños y jóvenes», París, UNESCO, 1995.
7.  Lev S. VygotsKy: Historia del desarrollo de los procesos psíquicos superiores, La Habana, Editorial Científico Técnica, 1987.
8.  Instituto de las Hijas de María Auxiliadora en América, Equipo de Comunicación Social (ECOSAM): Propuesta de Educomunicación para la Familia Salesiana, Caracas, marzo de 2001.
9.  Ismar de Oliveira: «Challeging “Ortodoxies” in Media Education», en: Media Education in Brazil, São Paulo, University Anhembi Morumbi, 2001. Pp.19-23.
10.  Isaías, 52,15.

Para descargar: Documental niñez.doc

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