publicación No. 7

  ISSN 2218-0915
Entrevista a Frank Padrón Nodarse
Víctor Fowler Calzada
Frank, eres un crítico múltiple, que ha trabajado con la música el cine, la televisión, la cultura en general. Tus temas, además, son múltiples: la historia del cine, la cocina, la identidad gay. Pero, además de todo ello, has publicado varios libros de poesía y de narrativa. De toda es marea de creatividad, me gustaría preguntar al crítico de cine:

¿Cómo llegaste a ser eso, un crítico de cine?
En mi lejana pero a la vez cercana, recurrente, irrenunciable adolescencia (porque quiero  pertenecer a/ permanecer en ese espacio idílico y germinativo) me di cuenta de que me gustaba analizar  las películas, rumiaba literalmente lo que veía y después pensaba en lo que me agradaba y lo que no de lo visto;  ignoraba aun que todo aquello podía organizarse racionalmente en forma de escritura (porque ya hacía poesía) y exponerlo públicamente. Un buen día me encontré en el periódico de mi Pinar del Río natal una crónica de mi primer maestro, José Alberto Lezcano, quien incluso al final de su reseña calificaba la película: buena, excelente, mediocre, mala, obra maestra --que eran muy pocas, las que recibían esta máxima distinción, imaginarás-- y ahí nació todo: ¡así que se puede decir todo esto en público, hasta hablar mal de lo que uno ve!...Comencé esgrafiando mis consideraciones en unas libretas que imitaban las planas de la prensa; volvía loco a mis abuelos y amigos que eran mis resignados, primeros lectores; al llegar a la Habana con 18 años contacté con periódicos y revistas y se inició mi vida profesional como crítico, aunque no fue de cine en un principio, sino de otras pasiones , como has mencionado: el teatro, la música, la literatura, incluso la radio, una especialidad a propósito casi lamentablemente huérfana de acercamientos críticos y estudios. 
     
Eres de los muy pocos críticos cubanos que puede ser identificado con el estudio permanente del cine latinoamericano, ¿por qué esa atención al cine de nuestro continente?
Coincidieron una etapa breve (apenas dos años) como profesor de esa asignatura, que también incluía cine español, en la EICTV, fue en 1999-2000, y la solicitud del Departamento cinematográfico de la TV respecto a presentar un proyecto de espacio dedicado a promover y analizar el cine de esta región, hasta entonces casi invisible en nuestros medios.  Por tanto el estudio e investigación sobre aquel se hicieron forzosamente más intensos y sistemáticos, algo que no ha cesado, todo lo contrario, hasta hoy; porque entonces comenzaron a surgir libros donde pudiera ampliar, explayarme en reflexiones sobre el cine latinoamericano.  

Toda una historia del cine en el continente nos habla de los varios momentos de encuentro y reconocimiento que los cineastas latinoamericanos vivieron en los 60. Toda esa épica y mística dió lugar a lo que sería más tarde conocido como Nuevo Cine Latinoamericano. ¿Crees que se mantiene ese espíritu hoy o algo ha cambiado?
El espíritu sí, la voluntad de vernos como patria grande, como proyecto literalmente internacional, de identificarnos (que es realmente agruparnos en una  identidad , en este caso "nuestramericana" --que alimenta como tesis un libro mío premiado por ti ya en forma de proyecto con el lauro Razón de Ser: El cóndor pasa-- salta a la vista en las mejores obras del cine latinoamericano hoy; lo que han cambiado son la escritura, las percepciones y los contextos; aunque hay excelentes títulos que re-visitan y resemantizan la Historia (y sus historias) hay mucho interés en mirarse hacia adentro con reflexiones endógenas, lo autorreferencial y  autofictivo ha ocupado el puesto de los metarrelatos colectivos y sociopolíticos, pero como todo, en última instancia lo es, y cualquier tema abordado reviste connotaciones muy singulares en esta parte del mundo, el cine que la refleja y proyecta sigue siendo muy latinoamericano.  

¿Cuáles serían, a tu entender, los signos más evidentes del cine que hoy día se realiza en Latino América? ¿Cuáles los problemas? ¿Cuáles los desafíos?
Ya te contestaba un poco en la respuesta anterior, pero a vuelo de pájaro pudiera hablarse, temáticamente, de conflictos intergeneracionales y paterno-familiares; las identidades sexuales, sobre todo sus nuevos sujetos como lo trans; los conflictos sociales y políticos que afortunadamente no han quedado a la zaga ante el empuje de las reflexiones existenciales y personales; las migraciones y exilios que, como sabes, forman parte de un sino universal pero particularmente toca a la región, al Tercer mundo todo por razones obvias;  a mí personalmente me parece que los signos de audacia expresiva, estética y conceptual se sitúan más en el documental que en el campo de lo ficcional , también el animado está dando muestras de empuje y renovación,  pero en términos generales creo que el cine latinoamericano, al menos en sus mejores exponentes, no tiene nada que envidiar a las vanguardias de otros lares. Los desafíos son como hace tanto tiempo, la falta de recursos y dinero, la arrolladora evolución técnica con los soportes digitales tan cambiantes y difíciles de seguir y asumir en toda su complejidad, pero como siempre ha ocurrido, en cualquier época, el talento y la voluntad que emblematiza el protagonista de aquel clásico argentino, La película del rey, sigue imponiéndose.



Frank, nadie como tú, con veinte años conduciendo un programa televisivo sobre cine latinoamericano, tiene el grado de autoridad de que tú disfrutas para hablar acerca del cine de este continente nuestro. ¿Qué esperas del cine latinoamericano en los años próximos, qué desearías que ocurra?
Desearía que continuara manteniendo su autenticidad, su independencia, su singularidad, libre de contaminaciones (no genéricas ni de lenguajes que son no solo inevitables sino enriquecedoras, sino respecto a imitaciones vanas y estériles al "gran cine" de la "otra" América); con esa vocación de escrutinio histórico-social que lo distingue desde sus inicios, con el sentido del humor del latinoamericano que lo capacita para enfrentar, entender, superar sus tragedias nacionales e individuales, que con frecuencia se (con)funden tanto; un cine-espejo, reflejo, agua de Narciso donde no nos suicidemos pero nos veamos  hermosos y grandes, aspirando a la talla extra de nuestros patriarcas y fundadores.

Puesto que eres un trabajador incansable, te imagino haciendo ese programa de cine "nuestro-americano" durante cien años más. Aparte de eso, ¿qué nuevos planes tienes?
Jajaja, no quisiera; ya en cualquier momento habrá que buscar un sustituto dentro de las nuevas y buenas horneadas de jóvenes colegas que están sacando la cara muy bien por nuestro legado crítico, dicho sea y no de paso. Ahora, sí te confieso que energías y ganas no me faltan, mientras estas y la salud me acompañen (y el ICRT, y el público no se cansen de mí) y Dios lo quiera estaré dando lo mejor de mí.

¿Planes?... Seguir trabajando, soy adicto al trabajo que me gusta y esto es, sin juegos de palabras, lo que más me gusta; hay un libro ya en proceso de edición sobre el espacio, con su historia y una selección de guiones durante estos veinte años; quiero seguir generando ensayos y libros sobre los temas que me interesan, esos que mencionabas, y dejar un pequeño espacio a mis placeres personales, las ficciones, esa poesía y narrativa que tanto disfruto también hacer. Pero De Nuestra América, el programa, es sin dudas uno de mis grandes orgullos, es esa carta de presentación que me ha permitido ser el amigo leal de tanta gente a lo largo y ancho de Cuba, y de mucho más allá.  


Copyright © 2024 Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano. Todos los derechos reservados.