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En 1948 Fernando Birri embarcó en un pequeño barco como cocinero. Era el Ana Zürcher, que iba y venía por las riberas del Paraná llevando cualquier tipo de mercancía. Tenía entonces veintitrés años y era el mismo muchacho curioso que sigue siendo hoy. Con esa hambre de mundo que lo caracteriza, observaba las señales que la naturaleza y el hombre dejaban en los recodos del río, en los rostros y las acciones de sus colegas marineros. A lo largo de los meses en que vivió a bordo del barco, en un cuaderno Avon Extra, Birri anotó todas esas impresiones, cargadas con las huellas de los dolores y amores que la vida comenzaba a obsequiarle.
Un día, a la altura del kilómetro 668, el barco se hundió. Fue el final de una aventura pero el comienzo de otras. Pasó el tiempo y el diario que llevó a bordo quedó escondido y guardado en sí mismo.
Hoy fruto de la colaboración entre la Fundación Provincial de Artes Plásticas Rafael Botí de la Diputación de Córdoba, España, la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y la Casa de las Américas, ve la luz por vez primera el libro.
Los dibujos que lo recrean nacieron en la primavera de 2002, cuando Fernando Birri y el crítico de arte y artista cubano Antonio Eligio Fernández (Tonel) coincidieron como profesores invitados en el Centro de Estudios Latinoamericanos de La Universidad de Stanford. Ahora acompañan esta primera edición de Cuadernos de Bitácora. Autorretrato del Otro, artista adolescente con un barco al fondo, en 1948.
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