“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENTREVISTA


  • Bala loca La serie que le cambiará la cara a la TV

    Con una factura técnica que iguala los estándares del cine, una cuidada dirección de arte y una trama que desafía las convenciones del lenguaje televisivo tradicional, esta producción, que se estrenará en julio en Chilevisión, busca ser la sucesora del éxito de títulos como Los 80 y Ecos del desierto. Acá, sus creadores -Marcos de Aguirre y David Miranda- y sus protagonistas, cuentan cómo fue darle vida a esta historia centrada en el mundo del periodismo y que promete sacar chispas con temas contingentes.

    Dentro de Filmosonido, el productor Marcos de Aguirre se mueve con propiedad sobre su silla de ruedas desde el lobby hasta su oficina. Lo acompaña David Miranda, el showrunner o director general de Bala loca, la primera serie creada por esta casa que históricamente ha prestado servicios de posproducción para filmes chilenos y extranjeros.

    Bala loca, que se estrenará en las próximas semanas por las pantallas de Chilevisión, cuenta la historia de Mauro Murillo (Alejandro Goic), un periodista de investigación dura, devenido en opinólogo de farándula, que sufre un accidente que lo deja en silla de ruedas. El primer capítulo de la ficción, financiada por el Consejo Nacional de Televisión, muestra a este reportero en crisis: desea volver al ruedo del periodismo de denuncia. Y para eso quiere dar forma a un nuevo medio electrónico: En Guardia.

    Pero su pasado, light y farandulero, lo condena.

    -Yo siempre dije: tenemos que hacer algo con un personaje en silla de ruedas -recuerda Marcos de Aguirre sobre los inicios de este proyecto, una serie que promete enganchar a los deudos de programas locales de gran calidad que se han visto esporádicamente en nuestra pantalla chica, como Los 80 o Ecos del desierto.

    -El tema de la discapacidad está instalado en la serie. Esa fue una de las promesas que le hicimos al CNTV -cuenta De Aguirre, quien en 1987, a los 31 años, quedó en silla de ruedas por las secuelas de una lesión medular post viral. Por eso, a la hora de construir a Mauro Murillo, su figura se convirtió en referente.

    -Fue nuestro caso científico para todas las dudas -dice David Miranda, y agrega que desde un principio se pensó en que el protagonista sufriera este cambio de vida en el top de su carrera.

    Y aunque la discapacidad de Mauro Murillo está lejos de ser el centro de la trama de Bala loca, el tema está muy presente: desde la intimidad a las dificultades que el protagonista tiene para movilizarse en la ciudad. Para eso, Alejandro Goic comenzó un minucioso proceso de observación de Marcos de Aguirre para concretar su rol.

    -Partí diciéndole a Alejandro: así funciona una silla de ruedas. Pero él, muy agudo, empezó a extraer cosas mías. Por ejemplo, yo uso las llaves del auto en el cuello. Me saco el celular de esta parte -dice, e indica el asiento de su silla.

    -Conversé mucho con Marcos -agrega Alejandro Goic. -Con él averigüé pequeños detalles de cómo ir resolviendo la vida cotidiana cuando se está en esa condición.

    Dicho y hecho. En Bala loca, Goic ofrece una interpretación brillante como este periodista en busca de su destino. Un papel que, por cierto, fue rechazado por otros actores en los comienzos del proyecto, que partió en 2014.

    -A un actor (al que le ofrecieron el papel del protagonista) le dio lata el tema de la silla de ruedas. Y en un canal de TV dijeron: "¿Por qué tener un protagonista en silla de ruedas?" -cuenta David Miranda.

    Conversación
    Uno de los grandes aciertos de Bala loca, con guiones de Gonzalo Maza, Pablo Toro y el mismo David Miranda, es reflejar la condición humana de un protagonista con una discapacidad sin caer en la compasión lacrimógena.

    -Mauro es seductor, con un gran sentido del humor. Mucha de la improvisación nació de esa base, del "olvidemos la silla de ruedas" -comenta Alejandro Goic sobre cómo armó a este personaje entrañable, que promete dejar marca en la historia de la TV local, y que está lejos de ser un "héroe".

    -Es torpe, mentiroso, manipulador, pero tiene el corazón bien puesto. Tiene un hijo al que no ha visto en un buen tiempo. Tiene conflictos del hombre chileno, necesidad de ser reconocido, está siempre sintiéndose un poco ninguneado, en conflicto con la familia -describe David Miranda.

    -Me fascinan los antihéroes -dice la actriz Catalina Saavedra, quien en la serie interpreta a Patricia Fuenzalida, periodista amiga de Mauro Murillo, cuya azarosa vida en el primer capítulo refuerza el giro profesional del protagonista.

    -Me gusta porque también entrega un mensaje importante: el de un hombre que quiere reivindicarse y redimirse, que reconoce que se vendió y que está haciendo puras tonteras. Además, en el tema de la discapacidad no hay paternalismo, y eso es muy novedoso.

    La ex mujer de Murillo, Ángela (Aline Küppenheim), también periodista, forma parte de su mundo más emotivo: el de un hombre que no sólo es un reportero que busca redimirse, sino que también tiene un complejo carácter, con capas familiares, de pareja (tiene una novia, Fernanda Urrejola), sociales y laborales que enriquecen esta propuesta audiovisual.

    -Es interesante que se muestre a este personaje no sólo como periodista, sino con todo su mundo personal que lo lleva a determinados comportamientos -dice Aline Küppenheim sobre la riqueza y múltiples dimensiones del protagonista de Bala loca, que, cree, hará que varios públicos se conecten con la historia. Pero también siente que el diálogo social que generará la serie dará mucho de qué hablar.

    -Es una serie que se hace cargo de cosas que están realmente pasando con las personas, con la sociedad, los medios y el poder.

    Como periodista de investigación, Mauro Murillo busca formar un medio de comunicación que se enfrente a poderosos y revele colusiones y escándalos de corrupción. Todos temas que han estado en la palestra en el último tiempo.

    -No se podría haber dado en mejor momento -comenta Mario Horton, quien interpreta a un joven periodista que se suma al equipo de Mauro Murillo en el medio En Guardia. -Nos acompañó la contingencia. Es un guion muy valiente, y nos dio la posibilidad de actuar de una manera diferente y nueva.

    Alfredo Castro, a cargo de un empresario llamado Coco Aldunate, dice que es un gran consumidor de noticias, y reflexiona lo visto en los medios sobre formalizaciones, procesos y escándalos que ponen en duda la probidad:

    -Como es una serie sustentada en la realidad, uno tiene background como actor de lo que sucedió. Hemos visto a estas personas sufrir, traspirar, pasarlo mal, ser prepotentes. Fue un despertar muy fuerte para Chile. Para uno como actor, no queda otra que someterse a la realidad.

    Una película de diez horas
    Todos -creadores y protagonistas- coinciden: Bala loca es una serie que marcará un hito en términos de factura técnica y estética: no sólo porque fue grabada bajo los estándares del cine -a una cámara, una RedEpic que fue traída desde Argentina-, sino también porque quienes están dentro de su equipo técnico -dirección de arte, de fotografía- y dirección general, llevan años fogueándose en el trabajo tras la pantalla grande. De hecho, tanto Óscar Godoy como Gabriel Díaz han sido asistente de dirección y jefe de segunda unidad, respectivamente, de Pablo Larraín.

    -La factura es excepcional porque fue muy lenta. Se buscó la fineza, la imagen, el color, las actuaciones precisas. Y se agradece, porque no suelen haber muchos directores de actores y que se sienta la dedicación para elegir cada luz, cada movimiento. Fue un trabajo muy meticuloso y se siente de una calidad superior por lo que vivimos en el set -dice Julio Milostich, quien interpreta a un militar en la ficción.

    -Hay un estilo de serie chilena que tiende a resultar hiperrealista, porque se trabaja con dos cámaras, entonces hay una luz que está menos pulida, se trabaja con cámara en mano para cubrir más en menos tiempo. Para la producción, trabajar con sólo una cámara fue un pie forzado, pero con un estrés que los directores se llevaron muy bien (...) Queríamos filmar como se filma en cine y como se filma en TV en otras latitudes -dice David Miranda.

    Y Marcos de Aguirre agrega:

    -Desde el día cero quisimos hacer algo que subiera la vara de la producción local.

    Algo que intentaron hacer no sólo desde la forma, sino también desde el fondo. El trabajo de guiones fue profundo, acabado y el que se llevó la mayor parte del presupuesto. Y el resultado es una historia llena de detalles y giros, que se la juega no por las historias episódicas, sino por una narrativa compleja y que busca eludir las convenciones de la TV.

    -Al público le gusta cuando se le trata con inteligencia -dice Aline Küppenheim. -Le gusta cuando se le dice: puede entender esto. No hay que sobreexplicar o pensar que determinadas cosas no las van a entender, porque no es así.

    Mario Horton cree que haberla trabajado con tiempos y lenguaje de cine, convertirá a Bala loca, cuya primera temporada tendrá diez capítulos, en un producto que le cambiará la cara a la TV chilena.

    -Es una película de diez horas. Además, está pensada con la lógica del breaking screen: cuando el espectador está enfrentado a hacer zapping entre cien canales, el programa que te llama la atención es el que te rompe la pantalla entre la linealidad del zapping. Esta serie tiene ese objetivo. Generar eso a nivel local, que el espectador chileno encuentre una visualidad distinta.

    "Esta serie no se podría haber dado en un mejor momento. Es un guion valiente y nos dio la posibilidad de actuar de manera nueva", dice Mario Horton.

    (Fuente: economiaynegocios.cl)


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