El Futuro Perfecto es una película que con muy buenas críticas fue reconocida por el jurado de la sección Cineastas del Presente del Festival de Locarno. La directora alemana radicada en Argentina, Nele Wohlatz, sintió en primera persona lo que es llegar siendo extranjera a una ciudad tan grande como lo es Buenos Aires, y quiso escenificarlo en su primer largo en solitario tras Ricardo Bär.

Apropiándose de espacios que fluctúan de manera constante entre el drama y la comedia, la protagonista del filme es una joven china de 17 años que llega a la capital sin saber una sola palabra de español. Sus padres habitan en un mundo paralelo, sin contacto con lo autóctono, aunque regentan una lavandería. Tomar clases del idioma y trabajar en un supermercado son las primeras actividades a las que se dedica Xiaobin bajo su nuevo nombre latino, Beatriz, una fórmula que acostumbran a emplear los chinos inmigrantes.

Sus padres abandonaron el país de origen junto a sus hermanos y la dejaron a ella sola. Una vez que está en Buenos Aires, ahorra en secreto con la intención de emanciparse. El Futuro Perfecto es una película que dibuja el estado de ánimo visible de su protagonista, aunque también deja entrever otras particularidades que suelen ser comunes a todos los emigrantes, pero que obviamente siempre están desdibujadas y hay que saber interpretar. Entre ellas está ese pensamiento, aquí implícito en la figura de los padres, de que alguna vez regresarán a su país de nacimiento; una idea que en la mayoría de los casos no se cumple, pero que provoca que eviten hacer demasiados intentos para incorporarse a la cultura de destino, porque en realidad creen que no lo necesitan.

El personaje de Xiaobin es distinto en ese sentido, ya que dándose cuenta de que tal vez pudiera ser verdad lo de regresar, lo habitual es que los más jóvenes se suelen abrir a otras expectativas y la mayoría de las veces, como le ocurre a ella, intentan aclimatarse a lo nuevo. Lo que pasa también es que, en esa mezcla de extrañamiento y distanciamiento con respecto a lo novedoso, el recurso a relacionarse más con otros inmigrantes que le van a entender mejor -aquí un indio-, acostumbra a ser prioritario, máxime si se tiene en cuenta que el carácter argentino es mucho más directo y abierto que el chino.

En ese aspecto, es notable el trabajo de Nele Wohlatz al conseguir agilizar toda esa estructura narrativa, si tenemos en cuenta que en las culturas orientales prevalece tanto la discreción formal y social como una conducta a simple vista poco estimulante, tal cual la entendemos en occidente. El relato es muy dinámico, inclusive en las actuaciones casi de ensayo teatral en la escuela de idiomas, y eso se agradece como espectador.

También es un acierto el hecho de que la realizadora no haya profundizado demasiado en las costumbres locales de Buenos Aires, ofreciendo en la película un punto de vista más universal que podría aplicarse a cualquier otra ciudad. Sí que vemos una breve aparición del siempre sorprendente actor argentino Nahuel Pérez Biscayart, en una escena al lado del río, y en la que aquí está… ¡Sin mochila!

El Futuro Perfecto es un magnífico e insuperable título para una historia de alguien que, obligada a aprender los distintos tiempos verbales de su nuevo idioma, cuando llega el momento de estudiar el modo condicional, comienza a pensar muy seriamente sobre cómo podrá ser el mañana. Excelente trabajo de aproximación a un tema con connotaciones globales.