“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

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  • Masaan: El cine indio parece haberse puesto de moda en España
    Por Miguel Ángel Pizarro

    El cine indio parece haberse puesto de moda en España. Tras la llegada de 7 diosas y La estación de las mujeres, llega Masaan, producción dirigida por Neeraj Ghaywan y que se alzó con el premio FIPRESCI en la sección Una cierta mirada del 68º Festival de Cannes.

    Ambientada en el presente en la ciudad de Benarés, en la India, la película narra la vida de dos familias en esta ciudad conocida por cremar a los difuntos y esparcir sus restos en el río Ganges. Una de las ciudades sagradas del hinduismo es también el lugar donde una sociedad tiene una incómoda conversación entre progreso y tradición. Todo visto con los ojos de dos jóvenes: Devi y Deepak, que muestra el problema que existe en el país entre el pasado y el presente.

    Compromiso social con la realidad india

    La ópera prima de Neeraj Ghaywan destaca por su compromiso social. Desde el principio se aprecia que se está ante una propuesta en la que el cineasta pretende mostrar una dura realidad. La cinta se inicia violenta y súbitamente, provocando un grito ahogado en el público al ver cómo la corrupción del sistema puede emponzoñar cualquier hálito de esperanza.

    A diferencia de La estación de las mujeres, Masaan centra su crítica social en varios palos. Por un lado se puede ver el lado más machista de la sociedad, con la joven Devi siendo víctima de un chantaje policial en el que se muestra a una sociedad injusta y en la que la mujer está infravalorada, por otro lado está el arcaico sistema de castas, que persiste en la sociedad actual pese a ser una persona que estudia y es responsable, cuya mirada está puesta en el joven Deepak. Además, también está la corrupción de los principios, mostrados en el padre de la protagonista, así como el ansia de afecto, visto en el pequeño huérfano Jhonta.

    Ghaywan crea varios relatos que confluyen, unos están conectados y otros no. Con lo cual, se crea esa sensación de estar viendo un documental, las interpretaciones están magníficamente coordinadas, la realidad que transmiten es espeluznante. El eterno conflicto entre pasado y presente muestra una sociedad abocada a la constante decadencia. Ghaywan crea una película comprometida social y, pese a tratarse de una coproducción con Francia, alejada de las miradas llenas de buenas intenciones de los realizadores occidentales.

    Un magnífico debut

    Pese a que exista algún giro tramposo en su trama, lo cierto es que Masaan es una propuesta que recuerda a producciones como Estación central de Brasil u Omar. Ghaywan realiza una cuidada ecografía de la sociedad india, esa que está alejada del brillo y la purpurina del cine bollywoodiense.

    Masaan es un buen ejemplo de cine social, en su vertiente asiática. Una muestra de la fuerza interior que sus protagonistas deben tener para poder enfrentarse a una sociedad hostil. Un canto a la esperanza en el que la independencia económica y personal son las principales apuestas. No es perfecta pero su mensaje deja un poso largo tras visionarse, algo que sólo las películas comprometidas consigo mismas logran. Un magnífico debut.


    (Fuente: Ecartelera.com)


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