“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

NOTICIA


  • Documental Cinema Novo de Eryk Rocha se exhibe en Red de Salas de Chile
    Por Johnny Teperman

    La cinta muestra el movimiento que cambió el cine brasileño en los 60, fue puntal de la renovación del cine en América Latina, reflejó la realidad de su país y buscó aportar a una revolución.

    Glauber Rocha, Nelson Pereira dos Santos y Joaquim Pedro de Andrade fueron algunos de los artífices del movimiento Cinema Novo, un momento único del cine brasileño y Latinoamericano.

    Premio Ojo de Oro al Mejor Documental en el Festival de Cannes, Cinema Novo es una revisión poética y un homenaje al movimiento, mediante entrevistas a los realizadores que lo impulsaron, las que se van entrecruzando con las películas que marcaron los años sesenta en Brasil, junto a reportes de prensa, entre otros materiales de archivo.

    “El deseo de este trabajo era no ser historicista, ni explicar qué fue el Cinema Novo o dar una conclusión totalizante sobre el movimiento”, sino ser “una carta o una canción de amor a una generación que amaba a Brasil, que quería cambiar el mundo con el cine. Y cambió al país, evidentemente”, afirma Eryk Rocha.

    Cinema Novo es el documental dirigido por Eryk Rocha, hijo justamente del ineludible Glauber, película que se estrenó el jueves 14 de septiembre en la Red de salas de Cine de Chile. Hasta el 25 de septiembre se exhibirá en el Microcine de la Cineteca Nacional de Chile.

    Cinema Novo

    Hace más de 50 años se gestaron movimientos cinematográficos fundamentales para la historia del cine en Europa y en América Latina, tiempos en que corrían vientos de cambio sociales que tuvieron en el cine un correlato artístico de gran importancia.

    El Nuevo Cine Latinoamericano, si bien tuvo características locales en cada país, hubo otras comunes, como la firme intención de aportar a una revolución social y estética.

    El movimiento, influido por el neorrealismo italiano, heredó la tendencia de usar escenarios reales, con mucha luz natural, en producciones de bajo costo. De la Nueva Ola Francesa tomaron los juegos con las temporalidades y el alejamiento del montaje más clásico. Del cine ruso de los años veinte, la visión de un espectador activo, en el que querían causar efectos.

    El Cinema Novo brasileño fue uno de los movimientos precursores en el continente, reflejando los problemas e identidades del país. Aunque nació previamente, se fraguó durante una dictadura, lo que significó que pasaran de temas como lo rural, las favelas, la pobreza y la explotación, a otros marcados por los conflictos con el nuevo régimen.

    Además, el Cinema Novo logró una estética muy distinguible. Una imagen ejemplificadora es el parto en el que nace una persona adulta. La escena corresponde a Macunaíma (Joaquim Pedro de Andrade, 1969, 95 min., ficción), de uno de los directores más importantes del movimiento.

    “Lo más importante para mí del Cinema Novo es su actualidad. Esas películas, especialmente las de los años sesenta, continúan dialogando visceralmente con el Brasil contemporáneo, tanto en el campo de la forma, de la poética y el lenguaje, como en el campo político, en los temas”, explica Eryk Rocha.

    Glauber Rocha

    Una de las figuras centrales del movimiento fue Glauber Rocha, quien elaboró una teoría hermanada con la producción cinematográfica, plasmada en su manifiesto Estética del hambre. Rocha trabajó con el concepto de la descolonización, buscando un cine que, despojado de toda influencia comercial e industrial, se hiciera cargo de los problemas de su época.

    Bajo estas premisas, realizó películas vitales como Dios y el diablo en la tierra del sol (1964, ficción) y Tierra en transe (1967, ficción).

    La importancia de Chile para el Nuevo Cine

    Largo viaje (Patricio Kaulen, 1967), Tres tristes tigres (Raúl Ruiz, 1968), El Chacal de Nahueltoro (Miguel Littin, 1969) y Valparaíso mi amor (Aldo Francia, 1969), son ejemplos de cintas comprometidas con su época, con miradas estéticas renovadas y ejemplos representativos del Nuevo Cine Chileno.

    Chile se convirtió en el país donde confluyó el Nuevo Cine Latinoamericano gracias al Festival de Viña del Mar, certamen liderado por Aldo Francia. Fue en 1967, hace 50 años, que ahí se realizó el primer Encuentro de cineastas latinoamericanos donde se encontraron y conocieron figuras centrales del momento como Jorge Sanjinés (Bolivia), Mario Handler (Uruguay), Pino Solanas (Argentina) y cineastas brasileños como Glauber Rocha y León Hirszman, entre otros. Una experiencia que se expandió en 1969, donde se siguió discutiendo por los caminos que debía seguir el cine latinoamericano de entonces: un cine consciente, crítico y revolucionario, tanto en sus temáticas, como en su estética.

    Cinema Novo se exhibirá en la Cineteca Nacional de Chile entre el 14 y el 25 de septiembre (excepto entre el 17 y el 19), a las 20:40 horas en el Microcine. La entrada para el público general cuesta $3.000, mientras que para adultos mayores, estudiantes y adheridos a convenios, $2.000.


    (Fuente: biobiochile.cl)


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