Una película rodada con iphones, Oso polar, del director Marcelo Tobar, ganó el premio al mejor largometraje de ficción de la decimoquinta edición del Festival Internacional de cine de Morelia (FICM) que concluyó el domingo 5 de noviembre.

El jurado de la principal sección del certamen mexicano estuvo presidido por el mítico director húngaro Bela Tarr y entre sus componentes también figuraban el director rumano ganador de la Palma de Oro Cristian Mungiu y el delegado de la Semana de la Crítica de Cannes, Charles Tesson.

Oso polar es un drama directo, osado, fresco y vertiginoso de tan solo setenta minutos de duración que cuenta el reencuentro de un grupo de amigos de la infancia que progresivamente va desvelando el bullying al que sometieron a uno de ellos, papel que protagoniza con solvencia el actor Humberto Busto (Amores perros) que recibió una mención especial en el premio a la mejor interpretación masculina.

La cinta, fue rodada con varios celulares Iphone 5 y 6, a los que se colocó una lente especial para ampliar el formato 16:9 del móvil a una pantalla de cine y una aplicación de filmación para smartphones.

Según su director, Marcelo Tobar, se trata de la primera película filmada de manera "profesional" con un celular en México y "probablemente" en toda América Latina.

Al recibir el premio, Tobar comentó que el rodaje con el móvil es una demostración de cómo la tecnología está facilitando la posibilidad de rodar películas. "Ya no hay excusa, hay que filmar" comentó el director de Oso Polar,  que conquistó a la crítica que cubrió el 15 aniversario del festival de Morelia.

El cineasta, cuando presentó días atrás su cinta, agregó: "La historia me vino en un sueño luego de que tuve una reunión con mis compañeros de la primaria, me di cuenta que hay cosas que no tenemos resueltas desde los 7 años y que no hemos cambiado tanto, los patrones de conducta siguen siendo los mismos y podemos hacer mucho daño".

Oso polar cuenta el viaje de Heriberto, quien le da aventón a dos antiguos amigos de la primaria para ir a una reunión generacional. Heri intenta reconectar con ellos, pero Flor y Trujillo van replicando la misma dinámica abusiva que tenían contra él de niños. Heri, que ya no es el mismo sumiso de antes, va a darles la sorpresa de su vida.