“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENTREVISTA


  • La mirada de las mujeres que está renovando al cine colombiano, entrevista con Laura Mora, directora de Matar a Jésus
    Por David Estrada

    La renovación del cine colombiano, un movimiento artístico de una nueva generación que ha dado películas como ‘La tierra y la sombra’, ‘El abrazo de la serpiente’, ‘Los hongos’, ‘Los nadie’, ‘Señorita María’, ‘Pariente’, para citar solo algunas, ha estado acompañada, además, del surgimiento de un grupo de cineastas colombianas que han renovado la mirada, desde su propia sensibilidad, a las realidades del país.

    Clare Weiskopf, directora del premiado documental Amazona; Angela Osorio, cineasta caleña codirectora de la película Siembra; Natalia Santa, quien representó a Colombia en Cannes en 2017 con La defensa del dragón; Daniela Abad, directora de The Smiling Lombana, documental que abrió el pasado Festival de Cine de Cartagena, y Laura Mora, directora de la película Matar a Jesús, que llegó el 8 de marzo a las carteleras de todas las salas comerciales de Colombia, son algunos de los nombres de las mujeres que hacen parte de la denominada Nueva Ola del cine Colombiano.

    Su lugar dentro de la cinematografía nacional es verdaderamente excepcional, pues no solo proponen una mirada diferente desde lo femenino, sino que además sus producciones se están ubicando dentro de lo mejor de la industria colombiana.

    Tal es el caso de Carmen Torres, cineasta colombiana que reside en España y que con su película Amanecer se llevó el premio a Mejor Película Colombiana en la pasada edición del Festival de Cine de Cartagena.

    En este evento, además, Laura Mora se llevó el Premio del Público son su primer largometraje Matar a Jesús, una de las grandes películas que se presentan este año en Colombia. El filme narra el encuentro de una jovencita con quien es el asesino de su padre y la encrucijada en que se encuentra a la hora de decidir si seguir o no con el círculo de violencia en el que se ha visto inmersa.

    Hablamos con Laura Mora, quien nos dio su visión del cine colombiano en la actualidad y de la posición de la mujer dentro de la cinematografía colombiana.

    ¿Cuál es el origen de esta historia?

    Esta es una película que está inspirada en todo el dolor que me causó el asesinato de mi padre cuando yo tenía 22 años. Yo no tenía ninguna intención de hacer de ese episodio de mi vida una película, pero después de que salí del país hacia Australia, tuve un sueño en el que un hombre me decía que se llamaba Jesús y que él había asesinado a mi papá. A partir de ese sueño empecé a escribir una serie de textos que eran como un ejercicio de catarsis de ese dolor que llevaba adentro, y que yo llamaba ‘Conversaciones con Jesús’. Todos esos textos eran ficciones.

    Pero luego, a través de Carlos Moreno (director de Perro come perro), con quien trabajé como directora de la serie Escobar, el patrón del mal, conocí a Alonso Torres, que también es caleño y que fue el coguionista de la película. Alonso me ayudó a construir el guion, a mezclar ficción con mis vivencias para escribir la película.

    El crimen de su padre nunca se esclareció...

    No, nunca se aclaró y en la película también hay una crítica al sistema judicial completamente colapsado por el crimen.

    Hay una influencia fuerte de Víctor Gaviria en su película...

    Sí. Una de mis películas favoritas es Rodrigo D", de Víctor, que yo debí haber visto cuando tenía tal vez 12 años. A mí aún me da escalofrío ver esa secuencia de la pelea con puñales que aparece allí. Sin embargo, lo que más me ha influenciado de Víctor es la capacidad que ha tenido para contar la violencia y la marginalidad con honestidad y sobre todo con una mirada muy horizontal a todas las personas que ha retratado en sus películas.

    En Matar a Jesús aparecen ciertas situaciones sociales que también están presentes en las películas de Gaviria, como si una cierta violencia perviviera...

    Sí, esas situaciones sociales todavía siguen. Esos personajes excluidos, que viven al límite y que tienen una percepción de la muerte tan fuerte, son una realidad, hacen parte de Medellín. La ciudad de hoy y la de hace 20 años tienen en común que, a pesar del desarrollo en la infraestructura, de los avances técnicos y demás, hay una violencia que sigue y que hace parte de la vida de mucha gente.

    Su película, sin embargo, podría decirse que es antiviolencia...

    En Cartagena vimos que la gente entendió que la película no habla tanto de la violencia, como de la complejidad y la humanidad de los personajes que se presentan en ella. Eso fue muy gratificante para mí, porque era exactamente lo que quería mostrar.

    ¿Cómo ve el papel de las mujeres en la nueva cinematografía del país?

    Me alegra mucho que cada vez seamos más mujeres, que exista esa mirada especial de las mujeres que también hemos tenido que atravesar por muchas dificultades que la violencia y la dinámica de nuestro país nos ha impuesto. Y creo que el surgimiento de estas mujeres cineastas se debe también a muchos hombres de esta nueva generación que nos han tratado bien, que nos han acogido, que nos han inspirado.


    (Fuente: Elpais.com.co)


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