Con el misterioso título El silencio del viento, estrena la ópera prima del director boricua Álvaro Aponte Centeno, este próximo sábado a las 9:30 p.m., en el Festival de Cine Europeo que presenta l’Alliance Française, en Fine Arts Cinema de Miramar.

Con un presupuesto de cerca de un millón de dólares y 87 minutos de duración, el filme ha obtenido cuatro premios en dos prestigiosos festivales. Los primeros fueron la estatuilla Astor, Premio especial del Jurado a la actriz Kairiana Núñez y Mención especial de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina, en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, Argentina 2017.

“Abordo el tema de la migración en el Caribe, entre República Dominicana y Puerto Rico, a través de embarcaciones de madera. Cubro, además, la trata humana, la violencia contra la mujer, el tema de la muerte, la soledad y el luto constante. En términos generales intento provocar al espectador dándole ciertas pistas, elementos a través de la palabra hablada, el lenguaje visual y atmosférico para construir una narrativa y que la audiencia llegue a su análisis”, indicó Aponte Centeno.

El cine que le interesa a este realizador está lejos de proveer toda la información de una trama. Lo suyo es soltar poco diálogo, proveer cierta información y dar pistas específicas. Este aspira a que el público piense por medio del detalle, de una mirada, una caricia.

“Es la historia de un hombre del oeste de Puerto Rico, cuyo negocio consiste de traer migrantes ilegales a la Isla, cruzando el mar Caribe en una embarcación de madera. Hay una línea muy fina porque ellos no les explotan aunque les cobran, les dan trabajo, comida y les traen hasta a ver sus familiares al área metropolitana”, dijo.

“El hilo conductor reside en enfrentar el asesinato de su hermana por violencia doméstica y entonces no tiene tiempo para llevar y traer a los indocumentados. Esto le crea una desconcentración y le empieza a fallar el negocio”, añadió.

Para desarrollar el guion, entrevistó a migrantes en yola, capitanes, personas que les reciben y a muchos pescadores testigos de todo esto que pasa. Luego, agarró todas las pequeñas anécdotas para tejer una narrativa breve, escuchando y buscando las historias orales. En ese sentido, dialoga con la crónica y el documental descubriendo que la mayoría de quienes se arriesgan son haitianos.

La coproducción fue de Puerto Rico, República Dominicana, Francia y Qatar. Después de finalizar su propuesta, el director se retiró a estudiar cine en San  Antonio de los Baños, en Cuba. La película también obtuvo otros dos premios en el Festival de Cine de Toulouse, Francia, Le Grand Prix Coup de Coeur (Mención especial) y Le Rail Dóc, Prix des Cheminots.

Asistirán en estos días al Curaçao International Film Fest Rotterdam 2018, declaró la productora Maite Rivera Carbonell.