A tono con la tendencia de llevar a la pantalla grande las vidas de los cantantes más famosos de América latina, el jueves 3 de mayo llegó a las salas de cine Sandro y yo, una película dirigida por Miguel Mato.

A diferencia del reciente estreno de Telefé, Sandro, la serie, que tuvo no a uno sino a tres actores personificando al "Gitano", el filme de Mato siguió una premisa diferente, tal como él mismo le contó a La Prensa: "Nadie mejor que el propio Sandro para contar su historia".

Tal es así que el filme se nutre de archivos inéditos, fotográficos, de audio y grabados en Súper 8, para realizar un recorrido de la mano del propio Sandro, desde sus comienzos hasta la cima de su carrera.

Con participaciones de Carlos Portaluppi, Daniel Valenzuela y Celeste Gerez, e intervenciones de José Luis "el Puma" Rodríguez y de la llamada "Voz de Puerto Rico", Lucecita Benítez, la película propone mostrar al "Elvis argentino" como nunca antes se lo había visto. Sobre esto y sobre el desafío de hacer una película por fuera del circuito comercial, conversó Mato con este medio.

-¿Cómo surgió la idea de este filme?

-Tenía ganas de abordar un personaje más popular, yo venía de hacer un documental de ficción sobre Haroldo Conti y tenía ganas de hacer una cosa distinta, y Sandro me pareció un personaje muy atractivo, que además a mí me gustaba mucho cuando era pibe, con lo cual salí a buscar el poder hacerlo y, después de cuatro años de trabajo, acá está la película.

-¿Cómo explica la estructura de la película?

-No hay nadie que interprete a Sandro, toda la película es la voz de él mismo contando cómo Roberto Sánchez se convirtió en Sandro. Tiene escenas de ficción que tienen que ver con su contexto histórico-social, el barrio, la niñez, pero no ficcionándolo a él sino de alguna forma recreando los momento históricos de cuando era pibe. Después hay mucho material de archivo personal inédito que son videos en Súper 8 filmados por él en sus viajes y en su casa.

-¿De dónde proviene ese material inédito?

-En parte, del patrimonio de Roberto Sánchez y de Olga Garaventa, su viuda, y el resto fuimos consiguiendo en diferentes partes de América a través de su club de fans y de gente conocida que tenía material.

-¿Por qué eligió no ficcionalizar al ídolo?

-Me parecía que no había nadie mejor para contar a Sandro que él mismo. No puse testimonios de nadie, o sea, no hay testimonios de terceros, solamente hay dos intervenciones, una del Puma Rodríguez, donde cuenta que se lo empieza a apodar "Puma" por un tema de Sandro, y Lucecita Benítez, que es la primer persona que graba fuera de la Argentina un tema de Sandro, que fue Una muchacha y una guitarra. Me pareció que era muy lindo poder hoy, con esta mujer que ya tiene 78 años, hacer una nueva versión de esa canción, que es en palabras de Roberto Sánchez su testamento.

-¿Cómo jugó en este estreno el hecho de que hace poco se vio la serie de Telefe?

-La serie tuvo mucho éxito a nivel rating. Eligieron el camino de ficcionalizar en trece capítulos la vida de Roberto desde su nacimiento hasta su muerte. Yo voy por un lado totalmente distinto, te diría que por lo opuesto, con un relato que es del propio Roberto Sánchez. Las historias son complementarias una con otra, no compiten.

-¿Cuál es el objetivo del filme?

-Para el que conoció a Sandro, que tenga un acercamiento a su persona, y para quienes no lo conocieron, descubrir un músico y un cantante excepcional y entender que por algo es un ídolo. No hay muchos cantantes ídolos, hay muchos cantantes famosos, pero ídolos son muy pocos. Y como dijo Lucecita Benítez: en América sólo dos personajes han logrado ese lugar, Elvis Preley y Sandro. Con lo cual, lo que realmente yo pretendo es que la gente conozca al Roberto Sánchez íntimo y que lo pueda ver en sus diferentes momentos y en sus expresiones musicales, que no fueron siempre iguales porque tiene una "Atmósfera pesada" que es rock puro y duro, y también las canciones más románticas que la gente conoce. Entonces, para los que lo conocieron es volver a verlo y para los que no lo conocían, descubrir la estatura de artista que tuvo Sandro.

-¿Cómo es hacer una película fuera del circuito comercial?

-Creo que estamos en el peor momento de la historia con esta gestión que tenemos en el Incaa en los últimos dos años. Es absolutamente imposible filmar películas, no sólo ésta, sino películas que han venido ganando premios el año pasado y este año en los festivales más importantes del mundo. Ese cine no se va a volver a hacer porque las políticas son absolutamente restrictivas y no se está respetando lo que la ley determina, que es que se invierta en el cine nacional el 50 por ciento del presupuesto. Ese presupuesto es legítimo porque además viene del ingreso de la taquilla que la gente paga para ver cualquier tipo de película, no sólo nacional sino también extranjera. Entonces hay presupuesto propio que le corresponde al sector cinematográfico y ese dinero no se está asignando.