Desde la intimidad de un cuidador de carros de San Blas, en el centro histórico de Quito, el cineasta ecuatoriano Jairo Cadena muestra los efectos que dejó la crisis económica del 2000. Soldadito, es la ópera primera de Cadena y nos presenta la historia de Marcelo Terán y cómo, "esta parte de la historia negra del país" le cambió la vida. Para el cineasta "el documentar es importante porque reactiva la memoria de la colectividad. No es solo un cine que te entretiene, sino que siempre te hace reflexionar". El film forma parte del Festival de Cine Documental Encuentros del Otro Cine – EDOC y será proyecto este sábado 12 de mayo en Flacso Cine. Por una curiosidad de su cosmovisión andina, Jairo Cadena decidió iniciar sus proyectos audiovisuales. “Toda esa riqueza que forma parte de nosotros, no era tan compartida y se quedaba muy en ellos”, afirmó.

Sus primeros trabajos tenían como finalidad rescatar tradiciones de los pueblos ancestrales para, de este modo, acercarse más y redescubrir este aspecto que siempre llamó su atención.

El cineasta quiteño graduado como documentalista por la Universidad del Cine de la ciudad de Buenos Aires, Argentina, fundó La Cordillera Films, con la que produce su ópera prima como director: Soldadito.

Mencionó que este film trata sobre la historia de Marcelo Terán, que vive en el barrio donde Jairo Cadena reside: San Blas, en el centro de Quito. “Desde que yo era chiquito le conozco porque Marcelo ya trabaja como 20 años ahí”, expresó Cadena al puntualizar que el productor de la película, Franco Rueda, tenía una relación más estrecha con él y le contó su historia. 

Marcelo parquea carros en la calle Caldas y “le planteamos grabarle y desde el primer momento accedió. Ahí nació todo”. Una vez que Marcelo les contó su historia, dijo, “lo lindo del proceso fue que enganchamos al tema de la película con una época difícil para todos en el Ecuador, que fue la dolarización”.

Este cortometraje se desarrolla en el contexto de la crisis financiera del 2000. Por ello, manifestó que realizaron un proceso de investigación arduo sobre este tema, en el cual encontraron material de archivo que lograron “concatenarlo para que funcione en el lenguaje narrativo que planteamos en el corto”.

Al momento de grabar, dijo, “Marcelo nos ayudó bastante porque es elocuente y tiene una facilidad de palabra impresionante. Nunca hubo un guión, pero imagino que le cuenta esta historia a muchas personas y por eso se le facilita”. Esta propuesta del cineasta nos muestra de qué manera, esa parte de la historia negra del país, le cambió la vida a Marcelo Terán.

Cerca de dos semanas les tomó rodar el documental y casi dos meses montar este cortometraje, que “tuvo cero dólares de presupuesto. Con una cámara que teníamos a la mano, en cuanto a luces, el guardia donde vivíamos nos prestó una lámpara, que nos ayudó un montón. Nunca buscamos financiamiento y nos pusimos el equipo al hombro”.
Para Cadena, lograr una confianza con el personaje y que no se sienta incómodo frente a la cámara, fue uno de sus mayores retos al grabar. En cuanto a la dirección, mencionó que “no tratábamos de forzar mucho y dejábamos que Marcelo fluya”. Otro de los problemas que tuvieron fue con los horarios de grabación. Marcelo no podía grabar en el día por su trabajo, por lo que decidieron hacerlo en la noche, “pero como tenía que irse a su casa, y se iba en bus, solo podía hasta las nueve de la noche, entonces era algo complicado porque empezábamos a las siete y dos horas pasan volando”.

Además, manifestó su satisfacción de que este documental haya estado en varios festivales, como el Festival Ecuatoriano de Cine ATUK, Ecuador 2018, en el cual ganó como mejor documental compitiendo con otros films de varios países. “Lo lindo del documental es esto, que te llega a cambiar la vida, tanto de uno como la vida del personaje”, expresó.

Siempre que realiza una grabación, dijo, se enfrenta al azar. “En el documental juega un papel muy importante el azar porque no trabajas con actores y estás a la disposición de la persona a la que estás filmando”, acotó.

Para el cineasta “el documental nace de querer contar y compartir una historia, que por ahí tuviste la suerte de conocer”. A diferencia de otro tipo de cine, dijo, documentar es importante porque “reactiva la memoria de la colectividad. No es solo un cine que te entretiene, sino que siempre te hace reflexionar sobre el tema que trata”. Por ello, Jairo Cadena busca tocar temas que “rayen en la memoria histórica colectiva”.

Ya con un largometraje en mente, Cadena considera que “el documental es una herramienta fuerte para contar sobre estos temas”, que de acuerdo al cineasta chileno, Patricio Guzmán, el acto de documentar es “filmar lo que no se ve”.

Esta película se estrena este sábado 12 de mayo en Flacso Cine a las 18h30 y tuvo otra proyección en Cumandá Parque Urbano el jueves 17 de mayo.