“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

MONOGRAFIA


  • Benzinho, una nueva coproducción uruguaya sobre el disfrute de las alegrías mínimas
    Por Emanuel Bremermann

    La casa de Irene y Klaus se rompe cada día un poco más. Primero, algunas tuberías. Después, la puerta de entrada que se traba, los techos que se llueven, paredes que se resquebrajan. La mujer, al compás de la vivienda, también se transforma. Por primera vez en su vida como madre, Irene debe aprender a dejar ir a uno de sus cuatro hijos, a su benzinho (expresión de cariño en portugués de una madre hacia sus hijos). Por primera vez, deberá enfrentar el momento e intercambiar la tristeza por el orgullo cuando Fernando, el mayor, le diga adiós y se vaya a jugar al handball al otro lado del Atlántico. Para Irene, es una época de transformaciones, de nuevas formas de encarar la vida, una vida que la pone en Petrópolis, ciudad cercana Río de Janeiro, en medio del estrato social más grande e invisible de Brasil: la clase media baja.

    Irene es la protagonista de Benzinho, película brasileña que se hizo en coproducción con la productora uruguaya Mutante Cine. La actriz y guionista Karine Teles se encargó, junto al director Gustavo Pizzi –su exesposo que aún colabora con ella–, de escribir la película y, además, de ponerse en la piel de la mujer protagonista.

    La realización llegó el jueves 10 de mayo a los cines locales. Antes se preestrenó en el Festival de Cine Internacional de Punta del Este. Pero la presentación oficial de Benzinho fue en otro festival, uno que tiene lugar en la otra punta del mundo y que funciona como catapulta para las películas del cine independiente: Sundance. Allí, Benzinho fue recibida con la misma calidez que en Punta del Este y más recientemente en el Festival de Málaga, donde ganó como Mejor Película Iberoamericana.

    Dramas cotidianos

    Benzinho es una película de dramas pequeños, alegrías cotidianas y lazos familiares que se robustecen ante dificultades de orden diario. Cuando Teles y Pizzi escribieron la historia de Irene, su marido y el clan de hijos que deben criar, pensaron en sus propias situaciones, en aquel momento cuando, con apenas 16 o 17 años, se fueron de sus respectivas casas.

    "Nuestra vida fue una inspiración. Gustavo y yo nos fuimos de casa muy temprano. Yo tenía 17 y él 16. Entonces, cuando nuestros hijos nacieron empezamos a entender lo que pasó con nuestros padres en aquel momento. Que en realidad tuvieron muy pocos años para criarnos. Empezamos a imaginar cómo ellos se sintieron y cómo nosotros también creemos que nos vamos a sentir cuando lo mismo nos pase. El cotidiano de Irene está, en ese sentido, un poco inspirado en mi cotidiano. Más allá de que ella también es madre de mellizos, como yo", explica entre risas Teles a El Observador. La actriz, como sucedió en Punta del Este, llegó a Montevideo para presentar la película.

    Teles y Pizzi nacieron en Petrópolis y experimentaron, como Irene y su familia, los problemas propios de una clase social que no llega a estar bajo la franja de pobreza, pero que tampoco logra una estabilidad económica suficiente. Y que son, según ella, olvidados por el arte de su país.

    "Creo que Benzinho es una de las pocas películas que habla de la clase media baja de Brasil. Es un sector que no es muy pobre, no es exótica, pero que es gente trabajadora que lucha día a día. Y esa es la situación de la mayoría de la población en Brasil. Yo misma salí de esa clase social. Nosotros queríamos hablar de una población que hace un trabajo muy importante en la sociedad, que crea el futuro, pero que son mujeres y hombres invisibles para el resto. Y son familias donde, mayoritariamente, las madres son las que llevan las riendas", agregó.

    En Benzinho Teles hace exactamente eso: interpretar a una madre trabajadora, dedicada y perseverante que lucha por mantener a flote a su familia. Todas las críticas que la película ha recibido en su recorrido internacional coinciden en que la actriz realiza un trabajo impecable y que es el alma de la película.

    "Creo que Benzinho es una de las pocas películas que habla de la clase media baja de Brasil. Es un sector que no es muy pobre, no es exótica, pero que es gente trabajadora que lucha día a día. Y esa es la situación de la mayoría de la población en Brasil"

    Pero más allá de lo destacable de su trabajo, es interesante cómo su personaje articula y sirve de pegamento para una familia necesitada de su atención y su cariño. En la familia de Irene, cada uno tiene sus conflictos. Su esposo Klaus (Otávio Müller), por ejemplo, es un padre trabajador y atento que tiene mucha mala suerte al intentar mantener a la familia. Su hijo Fernando solo piensa en la partida a Europa, mientras los otros tres hermanos comienzan a experimentar y sufrir, en silencio, la ausencia del mayor. Sonia, (Adriana Esteves), por su parte, es la hermana de Irene y sufre por la violencia de su marido –interpretado por el uruguayo César Troncoso–, lo que hace que busque auxilio en su hermana. Todos estos problemas confluyen en Irene, que debe mantener la compostura y la fortaleza por ella y por los demás.

    El lado luminoso

    Aún a pesar de cada uno de sus dramas, Benzinho es una llamada al disfrute de las alegrías mínimas de la vida. Los toques de comedia y sus entrañables personajes logran que su mensaje llegue limpio al espectador y lo haga sentir, al final de los créditos, una sensación de calma satisfacción. Y en ese sentimiento juega un papel clave la identificación que la película consigue inspirar en quien la ve.

    "Si hay algo que Benzinho no hace es estar despegada de la cotidianeidad de una familia de clase media cualquiera. Tiene tanta verdad, hace tanto contacto con la realidad de cualquier familia en esas condiciones, que su intención se va a percibir al toque. De algún modo, esta película siempre te llega", explicó Troncoso, que junto a Teles estuvo en la presentación del filme.

    "Es una película en la que pasan cosas normales de la vida cotidiana, del proceso de crisis que hace una madre cuando se aleja de su hijo, contando cositas muy pequeñas, muy simples de un modo muy sencillo. Tiene momentos maravillosos, muy comunes y silvestres", agregó.

    Uno de esos momentos sucede en una playa cercana. Por un instante, Irene y Fernando flotan sobre un inflable, olvidando que pronto un océano los va a separar y que la situación económica indica que verse seguido será casi imposible. Así, girando lentamente en aguas verdosas, madre e hijo se pierden en la paz del momento. Así, enfrentando los problemas diarios pero ponderando los pequeños momentos en los que alcanzamos la felicidad genuina, se presenta Benzinho.

    El actor uruguayo tiene un largo historial de trabajo en el país norteño. Además de Benzinho, Troncoso ha participado en varios títulos en portugués, entre los que se encuentran Cabeça a Premio, Hoje, Faroeste Caboclo y Elis. "Estoy muy orgulloso de trabajar en Brasil, y además me ha dado oportunidades bárbaras, desde papeles secundarios y pequeños, hasta algún protagónico. Disfruto mucho y agradezco que sigan apareciendo trabajos allá, porque es una maravilla laburar en ese país", dijo el actor.


    (Fuente: Elobservador.com.uy)


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