Desde el jueves 18 hasta el miércoles 24 de octubre se renovará una saludable costumbre cinéfila porteña: el DocBuenosAires, que tendrá su 18a edición con nuevo director artístico -el crítico y programador Roger Koza reemplaza a Luciano Monteagudo, que ocupó ese cargo desde el inicio del festival- y el mismo objetivo de siempre, trazar un panorama de la actualidad y la historia del cine documental argentino e internacional.

La función de apertura será con la proyección de Segunda vez (2018), de Dora García, una película inclasificable que gira en torno a tres happenings de Oscar Masotta, un cuento de Cortázar y la alusión a una novela de Macedonio Fernández. La clausura será con Los fantasmas de Mayo del ’68 (2018), de Jean-Louis Comolli y Ginette Lavigne, que reflexiona, cinco décadas después, sobre aquel estallido revolucionario.

La programación estará organizada en cinco secciones. La cercanía de lo real reúne ocho producciones nacionales, entre las que habrá dos estrenos mundiales: Frankie, de Betania Cappato, y La extraña: notas sobre el exilio, de Javier Olivera.

Los títulos internacionales están en A cierta distancia. Lo real en el mundo. Entre las diez películas hay un estreno mundial: el cortometraje Por acá pasaron los ciclistas, de la chilena Isidora Gálvez. También hay dos estrenos para Latinoamérica. Uno de ellos es En el desierto, del israelí Avner Faingulernt -uno de los invitados al festival-, díptico que contrasta la vida de dos hombres y sus familias en las colinas de Cisjordania. El otro es La isla de Mayo, de los franceses Jacques Kébadian y Michel Andrieu, una crónica sobre mayo del ’68.

Además, en esta sección se verá Constelación distante, del turco-estadounidense Shevaun Mizrahi, estreno para la Argentina que contrasta a los internos de un geriátrico con un grupo de jóvenes albañiles. También se desataca la monumental Almas muertas, del chino Wang Bing: ocho horas y media de entrevistas a sobrevivientes de la campaña de limpieza ideológica de 1957, ejecutada por el gobierno chino en campos de reeducación.

El colombiano Felipe Rugeles, director de Doble yo, será otro de los invitados especiales del festival.

En Retrospectivas y focos se repasará la obra completa de dos documentalistas fundamentales. Uno es el estadounidense Travis Wilkerson, que dedicó gran parte de su obra a contar la historia de su país desde un punto de vista que está “está en las antípodas del historicismo reduccionista del History Channel y también de las formas de trabajar sobre la representación histórica de Hollywood”, según explica Koza en el catálogo.

También se verá toda la filmografía del brasileño Aloysio Raulino (1947-2013), uno de los secretos mejor guardados del cine del país vecino: se trata de ocho cortometrajes y dos largometrajes (Noches paraguayas, de 1982, y El prisionero de las barras de hierro (autorretratos), de 2013).

Habrá un foco dedicado a Frederick Wiseman, con la proyección de dos de sus obras maestras: Titicut Follies (1967), su opera prima, que registra la cotidianidad de los internos, los guardias y los médicos en un instituto de corrección de Massachusetts; y Ex Libris: la Biblioteca Pública de Nueva York (2017), que muestra la actividad de esa institución.

También tendrá su foco la distribuidora francesa Andana Films, que les ha dado oportunidad de difusión a autores de las más diversas procedencias. Se verán tres películas de su catálogo reciente: Kinshasa Makambo, de Dieudo Hamadi; El hijo, de Alexander Abaturov; y Yo soy el pueblo, de Anna Roussillon.

Habrá una sección dedicada a quince cortometrajes nacidos de un curso impartido por Werner Herzog en Perú. Y la sección Cine de artistas, curada por Eduardo Stupía, abarca la producción de cineastas que operan como artistas visuales, y artistas visuales que ensayan formatos cinematográficos.