Tras su presentación en la sección Noches Especiales del BAFICI, se lanzó en el Gaumont este nuevo trabajo del realizador de Cazadores de utopías, Botín de guerra, Hacer patria y Fragmentos rebelados, aquí con Cedrón como co-director.
Entre los tantos enfoques que se pueden elegir para abordar los hechos de la dictadura cívico-militar instaurada en 1976, Se va a acabar... opta por narrar desde el documental las valientes historias de resistencia de trabajadores y militantes de distintas organizaciones sindicales, en la voz de algunos de sus protagonistas.
Combinando de manera tradicional los relatos en primera persona, las imágenes de archivo y secuencias animadas, Se va a acabar... nos acerca al testimonio de esos hombres y mujeres ya mayores, de piel curtida y andar pausado, conectándonos con aquellos jóvenes que fueron, jugándose la vida en cada acto de protesta, en cada reclamo y medida de fuerza, en cada reunión clandestina.
El relato nos hace viajar a los años previos al golpe de 1976, en donde vemos el creciente poder de los sindicatos, las tensiones y los violentos enfrentamientos entre facciones, y la enorme piedra en el zapato que estas organizaciones significaban para la libre acción del poder económico y las grandes empresas: los objetivos del golpe no eran solo políticos.
Es un acierto al momento de plantear un retrato amplio de esta parte de la historia la elección de trabajadores y militantes de distintos puntos del país, hombres y mujeres de múltiples sindicatos, y de las diversas -y opuestas- vertientes ideológicas del sindicalismo de aquellos días.
Las historias, las anécdotas y los testimonios de estos hombres y mujeres nos permiten conocer valientes acciones de resistencia -propias y de otros- que a su manera y en cuentagotas fueron socavando y debilitando el poder del gobierno militar, exponiendo sus flancos débiles. La suma de estas pequeñas acciones hizo posible el primer paro general a la dictadura, en abril de 1979. Pero aún quedaría mucho camino por recorrer.
En ese juego temporal de flashbacks, de ir y venir en el tiempo, resulta extraño ver caminar por las coloridas calles del presente a estos anónimos protagonistas de aquellos días, que se enfrentaron cara a cara con la dictadura, que hicieron su parte para que hoy, 45 años después, vivamos en democracia.