“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

CRITICA


  • Aurora, Paz Fábrega y la sororidad que intenta romper esquemas
    Por Fernando Brenner

    Tercer largometraje de la realizadora costarricense, quien con un tratamiento cálido, afectuoso y no efectista, nos presenta la relación que se entabla entre dos mujeres de distinta edad.
       
    Estas dos mujeres originan un vínculo a partir de una situación donde el embarazo, el aborto, el secreto, lo afectivo, van tomando cuerpo en las miradas y actitudes de sus dos protagonistas, un espléndido trabajo compartido por Rebeca Woodbridge y Raquel Villalobos.

    La interrupción prematura del embarazo (vulgarmente dicho aborto) está absolutamente prohibida en países latinoamericanos como El Salvador, Honduras, Nicaragua, República Dominicana y Haití. Y los estados que tienen algunas de las legislaciones más restrictivas y solo despenalizan el aborto en caso de que la vida o la salud de la embarazada corra peligro son Paraguay, Venezuela, Guatemala, Perú y Costa Rica. Y este film está filmado y transcurre en Costa Rica. Sus dos protagonistas son mujeres: Lucía arquitecta, maestra de dibujo, de cuarentipico, vive sola. Y Yuliana –Yuli- estudiante adolescente, que vive con su madre y su hermano, a punto de cumplir los 18. Y a punto de descubrir que está embarazada. Ese hecho ocurre cuando Yuli está vomitando en el baño de la escuela comunal, donde acompaña a su hermanito al taller de dibujo que dicta Lucía. Precisamente la maestra se encontraba lavándose cuando la escucha a Yuli. 

    A partir de allí entre silencios, balbuceos y preguntas, Lucía comenzará a preocuparse por la salud general de la muchacha y ésta le irá contando de a poco, cuestiones de su vida. Lucía –y nosotros espectadores- se/nos entera/mos que no hay papá de ese ser por nacer, o al menos Yuli no tiene idea en un primer momento quién pueda ser. Los padres de ella no lo saben y ella no se lo piensa decir. Entre Yuli y su mamá hay poca comunicación, con su padrastro es casi nula. Y a quien solamente le gusta cuidar y eventualmente jugar es con su hermanito. (Hay una escena clave en la cual Yuli no quiere que su madre la acaricie a ella y por ahí note que tiene la panza más grande, pero ella si mima a su hermano). 

    Lucía no tiene hijos, tiene una pareja-amante a distancia y que se ven muy de tanto en tanto, y por sus carencias sin duda encarará su afecto hacia esa chica. A veces más que como una relación entre una madre y una hija, parecen dos amigas que disfrutan sus momentos. La lleva a que la revise una obstetra, le hacen una ecografía y ahí se enteran de que tiene un embarazo de 21 semanas. O sea 5 meses. La posibilidad de abortar queda desechada. Lucía le plantea la posibilidad de dar a la futura beba en adopción, y se ponen en campaña en conseguir una pareja de padres. Pero las cosas no son tan lineales, ni sencillas, y un hecho cotidiano –y no menos fortuito- cambiará los planes de estas amigas. 

    Hay que agradecerle mucho a Paz Fábrega –además de directora es la guionista- por habernos entregado una historia tan simple con una trama tan conflictiva. Un hecho cuasi cotidiano, pero que usualmente está tratado como un melodrama insostenible, que a veces termina en tragedia. Aquí todo resulta llevado con astucia, de manera inteligente y muy placentera, a pesar de las peripecias que viven sus dos protagonistas. Cada una pondrá en la otra sus sentimientos, antes frustrados, ahora contenidos. Ya sea con sus miradas o con alguna palabra o un gesto significativo, ambas mujeres aceptan el status quo que se corporiza entre las dos, y ese fluir se transfiere a la pantalla de una manera plácida, absolutamente verosímil. Y son estas dos mujeres, Rebeca Woodbridge como Luisa y Raquel Villalobos en el rol de Yuliana, las que nos transmiten de forma tan creíble y tan humana, sus conflictos, sus deseos, sus temores, en una relación tan fresca y sensible. 

    La realizadora tica lleva hechos tres cortos: Temporal (2006), Cuilos (2008) y Vapor (Video musical, 2013). Y otros tantos largometrajes, todos premiados internacionalmente: Agua fría de mar (2010) y Viaje (2015).  Justamente Aurora, su tercer largo, trae ya sus galardones: Mejor Directora de la Competencia Internacional en el 58° Festival Internacional de Cine de Antalya, Turquía (Donde el aborto está permitido por petición). Y Mejor Largometraje Costarricense de la Competencia Centroamericana y Caribeña de Largometraje en el 9° Costa Rica Festival Internacional de Cine (San José, Costa Rica). E integra una lista de gente que ha dirigido más de un film y son las caras visibles de su país natal. Allí están Patricia Velásquez, Antonella Sudasassi, Esteban Ramírez, Miguel Alejandro Gómez, Hernán Jiménez y Jurgen Ureña. 

    Yuliana tendrá a su hija, pues al final el padre está (un compañero del grupo de estudiantes) y ya decidieron el nombre. Se llamará Aurora, como esa luz que precede inmediatamente a la salida del sol. Como el principio de un tiempo deseado. Simplemente, pura vida. 

    (Fuente: EscribiendoCine.com)


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