Otras producciones latinoamericanas que se podrán ver fuera de concurso en el BIFF son “Blanquita”, del también chileno Fernando Guzzoni, incluida en la sección “World cinema”, lo mismo que “Tengo sueños eléctricos”, filme de la costarricense Valentina Maurel ganador de tres premios en Locarno, y “Utama” del boliviano Alejandro Loayza Grisi.

El documental de Patricio Guzmán, “Mi país imaginario”, está entre la cintas latinoamericanas que se proyectarán fuera de competición en la XXVI edición del Festival Internacional de Cine de Busan (BIFF), el mayor de Asia, que arranca el próximo 5 de octubre en la ciudad surcoreana.

El documental sobre el estallido social que se originó en octubre de 2019 y supuso un terremoto político en Chile se ha incluido en la sección “Icons” de este certamen que se clausurará el 14 de octubre con la proyección de “A man”, del japonés Kei Ishikawa.

A su vez, la sección “Flash forward” ha incluido a la nicaragüense “La hija de todas las rabias”, de Laura Baumeister, y “La Jauría”, del colombiano Andrés Ramírez Pulido.

El BIFF, certamen que pone el foco en el trabajo de jóvenes directores asiáticos, ha seleccionado este año 243 filmes de 71 países y, a diferencia de las dos anteriores ediciones, se celebrará este año sin restricciones de aforo en las salas con motivo de la pandemia.

En la sección oficial, “New currents”, compiten 10 largometrajes asiáticos, entre ellos “A wild roomer”, del surcoreano Lee Jeong-hong, la tailandesa “Blue again”, de Thapanee Loosuwan, o la india “Shivamma”, de Jaishankar Aryar.

El festival contará con la iraní “Scent of wind”, de Hadi Mohaghegh, como cinta inaugural y en el transcurso del mismo también podrán verse fuera de competición los filmes españoles “Alcarrás”, de Carla Simón, “Oso de Oro” en el pasado Festival de Berlín y preseleccionada para representar a España en los Óscar, “Modelo 77”, de Alberto Rodríguez, “Tenéis que venir a verla”, de Jonás Trueba, premio del jurado en Karlovy Vary, y “Pacifiction”, de Albert Serra.