Tengo un sueño recurrente, que vuelve una y otra vez.
Estoy en una ciudad con rascacielos de cartón torcidos (como la escenografía del Gabinete del Dr. Caligari), las luces de cuyas ventanas se van apagando, una a una.
Ahora estoy solo, en el centro de una pampa astral, solitaria y definitivamente oscura.
Pero no, se van encendiendo las luciérnagas, una a una: son cientos, son miles, son millones, son miles de millones: se van encendiendo una a una.
Fernando Birri
Noche de Jueves Santo de 2014