ENTREVISTA



  • Myriam Angueira: “El documental busca acercarnos a otras formas de ver y de sentir este mundo”
    Por Noelia Monte


    Myriam Angueira estrenó el pasado 8 de septiembre, Newen (2014), un documental que muestra el viaje que realizó a la Patagonia en busca de la identidad silenciada de su abuela mapuche y, en donde encuentra a las kimches, las ancianas sabias que le transmiten los conocimientos ancestrales a través del newen (energía vital). “Son mujeres grandes que la pelean día a día, y que sostienen su identidad y su cultura más allá de todo”, destacó la directora en una entrevista con EscribiendoCine.

    ¿Cómo surgió la idea de Newen?

    La idea surge hace muchos años, luego de que realicé distintos viajes por otros trabajos a esa zona de la Patagonia, Chubut, ahí empecé a acercarme a la cultura mapuche a través de la amistad con la gente de las comunidades, sobre todo de la gente de Nahuelpan, al comenzar a reconocerme en esta cultura y entender su cosmovisión y ver porque a mí me resonaba internamente, así fue que necesité contar la historia de mi bisabuela que sus orígenes eran mapuche.

    ¿Cuánto tiempo llevó obtener el material necesario?

    Desde el 2004 fue mi primer acercamiento, y en varios viajes que realicé desde ese momento hacía una entrevista o un registro fotográfico, que pasaron a conformar el trabajo previo, pero lo fundamental fue la amistad con Patricia Lauquen, nos hicimos muy amigas, luego de que participara de un taller de fotografía en el año 2005, en la que incluso vinieron sus hijos, y allí conectamos desde la amistad y el viajar por otros temas, otros documentales. El material en sí fueron unos diez años de acercamiento pero podríamos decir que la película como tal se generó en un año aproximadamente.

    ¿Cómo describirías el vínculo que se tuvo que forjar con los protagonistas del film, considerando que toca temas profundos como la identidad y la necesidad de hacer una mirada al pasado?

    Los vínculos es un tema clave para cualquier trabajo documental, para mí el conocerse con el otro, el respeto hacia la persona que uno entrevista y el conectar son claves sino este cine no tiene sentido. Es un cine donde para mí, primero me modifico yo como realizadora y pienso que si yo me modifico puedo lograr que ese vínculo de confianza exista. Si no lo hago no puedo transmitir o enviar un mensaje como el que envío en la película. Si ese vínculo logrado, no en un rato sino con el tiempo con la persona que me da su palabra y su confianza, no me modificara a mí primero, no tendría sentido. El respeto es de ambas partes. Una vez que la conexión está hecha y surge la palabra y la confianza de ellos hacia mí, allí se da la posibilidad de grabar y de registrar. Patricia, además de ser mi amiga, fue la productora de la película y es la puerta a esas ancianas sabias.

    Luego de pasar tiempo y escuchar a las kimches –o ancianas sabias- transmitir tantos conocimientos ancestrales, ¿Qué es lo que más te sorprendió o resaltarías de ellas?

    Yo resaltaría la simpleza, el conocimiento profundo, la belleza de las palabras, me han explicado los que saben mapuzungun que las palabras de Doña Elida son poesía, su forma de hablar es casi literaria, muy poética, y aunque uno no entienda el mapuzungun, excepto que leas la traducción, ya la forma del habla de Doña Elida te va dejando como cierto sentido de belleza. Me sorprendió su generosidad, su fortaleza, porque son mujeres grandes que la pelean día a día, y que sostienen su identidad y su cultura más allá de todo. Son mujeres bellísimas, profundas, a mí me marcaron mucho. Mi abuela tuvo ese peso en la familia, y conocer a ellas me llegó tanto.

    Al pasar tiempo con nueva gente y conocer otras culturas, definitivamente hay aspectos que uno adopta o nos hacen replantearnos cosas que teníamos algo así como “naturalizadas”, ¿Qué nos podés decir sobre esto en relación con lo vivido al realizar el documental?

    Todo acercamiento a otra cultura, todo viaje, genera una apertura en cualquiera de nosotros, en mí, en lo personal me surgió la necesidad de estar más en contacto con la naturaleza, eso es lo que podría destacar, también un lazo de unión a la cultura mapuche, que inclusive sigue ya que mi próximo proyecto está relacionado con esta cultura.

    En Newen se puede observar que la mayoría de los planos se centran en el entorno natural del lugar, ¿Por qué se decidió hacerlo así?

    La decisión de hacer planos tan generales, quizá tenga que ver con que dentro de la cultura mapuche y de los pueblos originarios la conexión con la naturaleza es fundamental. Detrás de esta película más allá de la búsqueda personal, hay una búsqueda sensorial, en el sonido, en la música, en las imágenes que elegimos, la idea era no solo llegar con el mensaje de la palabra sino con el mensaje de los sentidos.

    Para finalizar, ¿Qué mensaje querés dejar con el documental?

    No sé si lo llamaría el mensaje en sí, pero sí diría que el documental busca reconocernos dentro de esta multiculturalidad, esta conexión con la diversidad que somos, y acercarnos a otras formas de ver y de sentir este mundo.


    (Fuente: Escribiendocine.com)


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