ENTREVISTA



  • La cineasta puertorriqueña Glorimar Marrero escribe su nombre en la historia del cine
    Por Mariela Fullana Acosta


    La cineasta puertorriqueña Glorimar Marrero estaba en su casa trabajando cuando de repente comenzó a recibir múltiples mensajes de felicitaciones en su teléfono celular. Le tomó varios segundos entender a qué respondían, hasta que cayó en cuenta que acababa de ganar el concurso de guiones inéditos del Festival del Nuevo Cine Lationamericano de La Habana.

    Inmediatamente, saltó de la silla, gritó y lloró de la emoción, todavía incrédula de lo que leía. En las 39 ediciones de este festival, Puerto Rico nunca había ganado esta competencia, por lo que Marrero se convirtió en la primera puertorriqueña en obtener tan importante logro.

    El proyecto premiado fue La pecera, el cual comenzó a escribir en el 2013 y que ha ido puliendo a través de los años con el apoyo del Programa Ibermedia y la asesoría de Xenia Rivery, jefa de la cátedra de guion de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños en Cuba.

    Para Marrero, el solo haber entrado a esta competencia y estar entre el selecto grupo de 27 guiones que se seleccionaron para evaluar, ya representaba un logro, así que ganar ha sido una alegría indescriptible.

    “Entrar ahí fue para mí de las cosas más grandes, así que ganar, imagínate…”, señala durante un encuentro reciente en Miramar. Debido a las secuelas del huracán María, la cineasta no pudo asistir al festival, el cual se celebró a principios de diciembre en La Habana. Pero Puerto Rico contó con una amplia participación en el festival, con 11 proyectos que estaban en competencia en diversas categorías. Debido, precisamente, a la cantidad de boricuas que viajaron para allá, fue que Glorimar Marrero se enteró que había ganado la competencia de guiones.

    “Ellos fueron los que me textearon que había ganado La pecera y fue algo bien bonito. Lloré un montón de la alegría y esa noche fui a celebrar a casa de una amiga, y frente a la casa, había una bandera cubana y otra puertorriqueña, así que todo fue muy mágico”, relata con una amplia sonrisa.

    El ganar el concurso de guiones inéditos del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, donde este año compitieron 1,200 filmes en diversas categorías, representa para la cineasta el reconocimiento al desarrollo de un proyecto que se ha nutrido y crecido a través de los años y que narra la historia de una mujer quien está lidiando con la anticipación de su muerte, la ruptura con su pareja y la reconciliación con su tierra.

    En este drama intimista, como lo describe Marrero, la isla de Vieques tiene un rol importante, pues hay un vínculo entre la enfermedad con la que lidia la protagonista y la contaminación causada por las prácticas militares que por más de seis décadas llevó a cabo la Marina de Guerra de los Estados Unidos en dicha tierra.

    “Creo que Vieques es ese espacio que plantea uno de los síntomas más terribles de la colonia y quise jugar con eso de la colonia y la colonización del cuerpo, del duelo, de la anticipación del duelo, de alguna forma para comentar sobre el propio duelo que yo estaba pasando”, explica Marrero.

    En el 2013, la madre de la cineasta murió de cáncer de colon y su manera de volcar su tristeza y dolor fue escribiendo. “Necesitaba hablar de eso, pero no quería hablar desde un espacio puramente biográfico”, explica. Fue así que nació una primera versión de La pecera, trabajo que sigue creciendo y que podría enfrentar una nueva reescritura tras el azote del huracán María por Puerto Rico.

    “La historia ya tenía un aviso de tormenta que argumentalmente era bien importante y tengo que ver cómo integro eso a la trama. No hay manera de no hacerlo”, comenta.

    La meta de la cineasta es comenzar a filmar su ópera prima a finales de este año y ha estado trabajando con la productora Camille Vandenbunder a esos fines. El premio que acaba de obtener le ayuda en esa dirección, pues le da visibilidad al proyecto y le abre posibilidades para obtener fondos internacionales. Marrero dice que debido a la incertidumbre que existe actualmente en Puerto Rico con relación a los incentivos contributivos fílmicos para producciones locales, está en conversaciones con personas en Francia, República Dominicana y en Italia para auscultar la posibilidad de llevar a cabo una coproducción.

    Anhela, además, que este proyecto cuente con un presupuesto participativo donde todo el equipo opine sobre el uso de los fondos, y que sean mujeres las jefas de cada uno de los departamentos, por ejemplo, fotografía, edición y sonido.

    “Esta es quizás la tercera o cuarta ficción que va a dirigir una mujer, en comparación a sobre 30 títulos dirigidos por hombre. Nunca, por ejemplo, hemos tenido una directora de fotografía mujer en Puerto Rico. Y claro que hay mujeres directoras de fotografía, lo que pasa es no tienen las oportunidades, y yo quiero darles esa oportunidad”, dice, toda vez que indica que La pecera es una historia de mujeres y quiere esa visceralidad femenina en el proyecto.

    Luego de conversar con Glorimar Marrero no hay duda de que esta cineasta tiene una visión clara de lo que quiere y que su gran pasión es contar historias, sobre todo esas que parten de las experiencias humanas, de esos procesos duros que tantas veces silenciamos. Hablar con ella es imaginar, es ver a través de su mirada, un mundo de posibilidades. Todavía le faltan escribir muchas historias, admite. Por eso desea terminar La pecera para comenzar nuevos proyectos, algunos que seguramente estarán filtrados por la experiencia del huracán María.

    “Quiero terminar porque quiero hacer otras cosas que tengan que ver con esos procesos de país, quiero hablar mucho mucho de la colonia para que el mundo se entere de lo que pasa aquí. Y quiero también hablar del fin de la vida y de los super adultos, me interesa mucho lo que es crecer, envejecer y cómo la psiquis se adapta a eso y cómo nosotros nos adaptamos a ese proceso del desapego del cuerpo físico, que es lo natural de la vida”, afirma.

    “Otra cosa que quiero hablar a futuro es del acervo de adaptación que tenemos en este país. Aquí hay tanta obra para adaptar a audiovisual en formato corto, medio y largo. Todos los guiones que hay de la DIVEDCO que no se realizaron. Todo eso está ahí, así que tenemos una cantera de trabajo, no solo para mí, sino para todos los colegas de audiovisual”, reflexiona esta cineasta , quien ya comienza a escribir su nombre en la historia del cine de este país.


    (Fuente: Elnuevodia.com)


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