CRÍTICA



  • Juego de apariencias en La niña santa
    Por Paula Menajovsky


    Una mujer junto a su hija conocen a un médico en un hotel salteño. La religión y la búsqueda de una vocación, enmarcan las relaciones de los personajes que circulan a lo largo de toda la película.

    Un poco de niña y un poco de santa es el personaje que Lucrecia Martel construyó para su película, un título producido por Pedro y Agustín Almodóvar. La búsqueda de una vocación, propuesta a partir de la religión, la medicina y la gastronomía enmarcan la trama.

    Los personajes están llenos de temores, deseos, límites y algunas esperanzas. Éstos se mantienen en una línea de constante tensión, ninguno explota, ninguno decide, ninguno cambia... o eso es lo que parece.

    La niña santa logra una sensación de ahogo y provocación incómoda en el espectador.

    Donde parece que nada pasa, suceden millones de cosas y en donde se percibe que vaya a pasar de todo, nada ocurre... o eso es lo que parece.

    Perversa por donde se la mire, sexual hasta en las miradas, Martel utiliza estos métodos para contarnos la historia de una "niña" un poco niña y un poco santa, proponiendo un constante juego de apariencias, todo lo que parece no lo es... o sí.


    (Fuente: www.alohacriticon.com)


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