El juego de la silla, la ópera prima de Ana Katz, se presentó el 2003 en el séptimo festival, dentro de la muestra Panorama de cine argentino, es decir, no estuvo en competencia. Se trataba de una comedia ácida, que se burlaba de los comportamientos de una familia decadente de la periferia bonaerense, y con sorpresa descubrimos que la directora también actuaba en la cinta y lo hacía bien en ambos roles. Esta vez Ana ha venido a presentar su segundo largo: Una novia errante, donde nuevamente actúa, y según varias voces ha redondeado una buena labor, es de hecho una de las preferidas de la crítica, además viene de participar en el Festival de Cannes, en la sección “Una cierta mirada”. Conversamos con la directora argentina, quien nos contó de que va su película:
La historia es una mezcla de cosas, yo trabaje con la escritora uruguaya Inés Bortagaray en el guión aproximadamente un año y nos interesaba contar la historia de una mujer que se va transformando en un monstruo a medida que esta ruptura amorosa le deja un espacio vacio muy dificil de llevar adelante, y me interesaba mucho hablar de esa tristeza de esa soledad que deja una ruptura amorosa y de como la gente intensa salir cuando algo asì el pasa.
(…) Todo el tiempo intentamos trabajar con la mayor verdad posible, no queriamos que la pelicula tuviera escenas donde los personajes estuvieran haciendo algo para la pelicula, casi como si buscaramos un registro de documetal o de cámara oculta que espía lo que vive un personaje.
Sobre su sistema de producción, basado en el registro digital dijo: "A la hora de elegir, elijo tener la opción de poder repetir y de poder trabajar con generosidad con el material, elijo eso antes de trabajar con 35 mm, porque me gusta mucho trabajar con los actores, la actuación y las escenas, entonces no me sentirìa cómoda si tengo un presupuesto chico y tener que hacer solo dos o tres tomas por plano"