EDITORIAL



  • El lenguaje del cine
    Por Gerardo Sarno


    1. Una nueva propuesta de lenguaje cinematográfico flota sobre nuestro cine. En Belo Horizonte, Fortaleza, Rio de Janeiro, Recife, Porto Alegre, Sao Paulo, Bahía una nueva generación de cineastas rompe con las formas construidas de los inicios de los años 60, rompe con las formas construidas por los medios a remolque de Hollywood e inaugura una nueva manera de articular el lenguaje cinematográfico. Creo que su objetivo central es hacer pensar al cine, hacer del cine Un lenguaje que piensa. Un arte del pensar.

    En un curioso libro intitulado Les grandes missions de cinéma, Jean Benoit-Lévy en el capítulo V dedicado al cine documental, recuerda los diversos términos sugeridos para nombrar el nuevo género cuandosurgió y comenta: “Algunos eran muy sugestivos como Think films (films á penser, films para pensar) propuesto por Bosley Crowther en su crónica del Times.”

    2. En el Manifiesto del Partido Comunista de Marx y Engels se puede leer: “La necesidad de un mercado en constante expansión para sus productos persigue a la burguesía por todo el globo terrestre. Tiene que hincarse en todas partes, crear relaciones en todas partes”. Y sigue: “En vez de las viejas necesidades satisfechas por los productos del país, surgen necesidades nuevas que exigen para su satisfacción los productos de los países y de los climas más lejanos. En vez de la vieja autosuficiencia y de los viejos aislamientos locales y nacionales surgen un intercambio generalizado y una dependencia generalizada de las naciones entre sí. Y tal como en la producción material así también ocurre en la producción espiritual. Los productos espirituales de cada una de las naciones se vuelven bienes comunes. La uniteralidad y estrechez nacional se va volviendo cada vez más imposible y de las muchas literaturas nacionales y locales se forma una sola literatura mundial.”

    Ese texto, publicado en 1848, describe la dinámica destructiva y transformadora del capitalismo, en la cual “todo lo que es sólido disuelve en el aire”, tal vez pudiera servirnos hoy con ligeros retoques para describir los medios actuales. Los medios en si constituyen una industria, industria que produce sobretodo imágenes y sonidos. Impalpables, disueltos en el aire. Pero se construye en una red así como los vasos sanguíneos de un cuerpo vivo. El sistema sanguíneo del capitalismo de hoy son los medios. El necesita de ese sistema complejo y universal para existir y funcionar. La Imagen de los medios espeja la dinámica de la maquinaria global del capitalismo.

    3. Como, por medio de imágenes visuales y sonoras, conscientes que elaborar imágenes es propio de la actividad artística, construir conceptos, que es lo específico del pensar filosófico, parece ser el objetivo central de esa nueva generación.

    Ese nuevo documental abandona la postura omnisciente del realizador, abandona el discurso previamente elaborado que sea político, estético o ético y profundiza la vertiente del documental de investigación, de indagación sobre las cosas que acontecen en el mundo, sobre la vida de los hombres y de la naturaleza. Como no puede estar seguro de lo que va a encontrar y documentar, cuando se confronta con el mundo de los hombres y de la naturaleza, termina por indagarse a sí mismo, por indagar sobre los mismos medios de investigación, por indagar sobre el lenguaje.

    4. La TV brasileña por fin llegó a dominar el lenguaje tradicional del cine Holllywoodense de los años 50. En sus dos vertientes: la religiosa, que divulga creencias evangélicas y pentecostales y, en grado menor, la católica y la de la umbanda; y la vertiente comercial. Parece que se dirigen ahora a la conquista de la gran masa ascendente de los miserables sacados de la pobreza y de la miseria absoluta. Las políticas de inclusión, de la misma forma que esta industria del diezmo televisivo que es su espejo, no tienen como objetivo transformar las relaciones sociales que perennizan la desigualdad y la injusticia. Apuntan más bien a impulsar un desarrollo de la economía que se haga de tal forma, que un contingente cada vez mayor de la población salga de la marginalidad, y venga a incorporarse al sistema en modo de generar mayores porcentajes de plusvalía.

    5. Existe un cine documental y un cine de ficción dedicados a esta masa en ascensión. La clase media ascendente que alcanza a derrumbar su “barraco”, o rancho de cartón y latas, y construir su casa de ladrillos en la favela, que empieza a frecuentar el supermercado y a viajar en avión, es la misma que es atraída a los shoppings para ver películas. Y en esas películas que le son dedicadas van a encontrar los mismos actores, la misma dramaturgia, las mismas historias que se acostumbraron a ver en los televisores del antiguo “barraco”. Al fin se sienten como se estuvieran en casa en este shopping de ricos, en otros tiempos prohibitivos. Es la gloria! Si se veían en proceso de curación de los males físicos y morales por pastores, curas y babalaos en la pantalla chica de la televisión, o, con sus mismas caras de pobres, negros y sin dientes, en documentales conformistas en los horarios estelares de los grandes canales comerciales, ahora relucen en los documentales multiplex de los shoppings, y, cuando son films de ficción, ven sus vidas escenificadas por los actores que las novelas de las 8 hicieron famosos.

    6. Estudiar el fenómeno cinematográfico exclusivamente a partir de una perspectiva económica, suponiéndo que la cuestión del lenguaje es secundaria, y que debe ser tratada como simple tema escolar, puede ser un grave error. De los años 60 vienen los tímidos intentos por corregir esa visión. Fracasaron. Creo que llegó el momento de enfrentar esa cuestión. No sé si eso nos va a salvar de algún desastre eminente, pero tal vez nos haga más conscientes de los problemas que las nuevas generaciones van a enfrentar.

    III Encuentro de Documentalistas de América Latina y del Caribe Siglo XXI.

    Buenos Aires, 06 al 09 de julio de 2011.



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