Contra lo establecido (sobre todo por un pensamiento tradicionalmente machista y patriarcal), muchas pautas históricas en los países son trazadas por mujeres; basta mirar el nuestro, donde podemos rastrear toda una praxis altamente incidente en las conquistas sociales. Así, en el mundo, ni siquiera es necesario escudriñar por grandes nombres: desde la más humilde ama de casa hasta virtuosas profesionales (científicas, artistas, técnicas…) pueden conformarse mapas, estados mentales, historias.

1, 2, 3 mujeres (2008) es un filme venezolano integrado por un trío de relatos (dirigidos por Andrea Herrera, Anabel Rodríguez y Andrea Ríos), nombrados como sus protagonistas, también féminas: Eloína es la modesta auxiliar de limpieza en un bufete, quien asiste a un cambio radical en su vida cuando descubre una considerable suma de dinero escondida en un baño de hombres; Rosario viaja por primera vez a la ciudad de Caracas, pensando en un viaje transitorio, pero el destino decide algo distinto; y Gregoria vive en el campo, al frente de tres hijas y el fantasma del marido siempre ausente, cuando un día descubre que no están solas.

Sin dudas, el primero es el mejor de los tres segmentos, caracterizado por la agilidad narrativa, el empleo del suspense y un notable diseño de personajes, todo con un ostensible equilibrio entre sus elementos humorísticos y dramáticos; en el segundo, no solo desciende el saludable ritmo del inicio, sino que la directora no consigue plasmar acertadamente la aureola lírico-poética que se propuso; mientras que el tercero -pese a cierta torpeza en el arranque- logra enrumbar personajes y diégesis y, en el camino, atrapar al espectador.

Para destacar, varias actuaciones (Juliana Cuervos, Ana Isabel Llorca…), un tratamiento fotográfico esmerado, capaz de plasmar ambientes más afectivos que físicos, y una expresiva banda sonora.

Cinta que nos acerca a estratos, clases, tipos de la mujer venezolana contemporánea, 1, 2, 3 mujeres resultará una experiencia fílmica, sin dudas, motivadora.