ARTÍCULO



  • Eclosión de mujeres cineastas enriquece el panorama fílmico mexicano
    Por Patricia Vega


    María del Carmen de Lara (Distrito Federal, 1956) se convertirá en la decimonovena mujer que logra dirigir en México un largometraje en 35 milímetros, considerado como el formato profesional de la industria. Su debut en el cine industrial es una comedia, cuyo título provisional es En el país de no pasa nada que, interpretada por Julieta Egurrola y Fernando Luján, se encuentra actualmente en la etapa de posproducción.
    Tuvieron que transcurrir 13 años entre la realización de No les pedimos un viaje a la luna -su multipremiado documental (27 reconocimientos) en 16 milímetros, en el que aborda de manera crítica los efectos de los sismos del 85 en el gremio de las costureras- y la filmación de la que será, en términos formales para la industria cinematográfica, su ópera prima.
    Los datos anteriores bastan para introducirnos, de golpe, al panorama que tienen que enfrentar las mujeres que, en México eligen la profesión de directoras de cine. En los 103 años que lleva la historia esta industrial nacional, sólo 40 largometrajes han sido dirigidos por mujeres.
    Aunque la filmación de La tigresa, convierte en 1917 a Mimí Derba en la primera directora de películas de ficción en México, no se le reconoce como ''directora profesional'' -ni a Cándida Beltrán Rendón; Adela Sequeyro, Perlita, y Eva Limiñana, la duquesa Olga- por no pertenecer a ninguno de los sindicatos cinematográficos existentes en el país.
    Es Matilde Landeta (San Luis Potosí, 1910-Distrito Federal, 1999) quien, al ser admitida en la sección de directores del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica (STPC), se convierte formalmente en la primera cineasta profesional mexicana. Su ya clásica trilogía fílmica (Lola Casanova, La negra Angustias y Trotacalles) la coloca entre las pioneras del cine latinoamericano hecho por mujeres; sin embargo Marcela Fernández Violante (Distrito Federal, 1941) es, con seis trabajos en su haber, una de las mujeres que más películas ha dirigido, no sólo en México, sino también en América Latina. Recientemente, como secretaria general del STPC, concentró su energía en llevar a buen término las reformas a la Ley Federal de Cinematografía aprobadas apenas en diciembre del año pasado.
    Hay dos casos ''atípicos'' dentro de la industria fílmica mexicana: el representado por Isela Vega, quien luego de haber participado como actriz en más de una treintena de ''comedias picantes'', debuta, en 1983, como realizadora -sin que vuelva a repetir la experiencia-, y el de María Elena Velasco, mejor conocida como la india María, seguramente la figura de mayor arraigo popular del cine mexicano durante los últimos años, apegada a la fórmula de hacer comedias blancas, aptas para toda la familia.
    Es durante el sexenio salinista cuando, de manera insólita, el mayor número de mujeres en toda la historia de esta industria mexicana tiene la oportunidad de dirigir largometrajes de ficción en 35 milímetros: son 14 las películas que el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) produjo o coprodujo, bajo la administración de Ignacio Durán Loera.
    Resulta insoslayable que debido a la apertura de las escuelas de cine -el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) en 1963 y el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) en 1975- y el acceso de varias mujeres a dichos centros de estudio, en el cine mexicano se ha dado una participación femenina que nunca había ocurrido en toda la historia del país.
    A pesar de las deficiencias formales del ''cine militante'', realizado en 16 milímetros por las integrantes del colectivo feminista Cine-Mujer -en su mayoría alumnas del CUEC-, las realizadoras actuales están en deuda afectiva con un grupo de mujeres -Rosa Martha Fernández, Beatriz Mira, Guadalupe Sánchez, María del Carmen de Lara, María Eugenia Tamez, Angeles Necoechea y también Lilian Liberman- que, al abrir brecha, han hecho posible que gocen de una amplia libertad temática. La diferencia es que las nuevas generaciones dan por hecho que no tienen que ''pedir permiso'' para ser o expresarse. Simplemente son y se expresan. Y muchas veces, con espléndidos resultados.
    Los catálogos de los ejercicios escolares tanto del CUEC como del CCC, así como los de las jornadas y festivales de cortometraje, organizados por Daniela Michel y Enrique Ortiga, dan cuenta de las aportaciones de una verdadera eclosión de cortometrajistas y videoastas mujeres que han enriquecido el panorama fílmico mexicano:
    Ximena Cuevas: Víctimas del pecado neoliberal (en codirección con Jesusa Rodríguez), Cuerpos de papel, El diablo en la piel; María Fernanda Suárez: Directo al cielo, y en preparación: Seré la de tus sueños; Alejandra Moya: Ponchada; Kenya Márquez: Cruz; Valentina Leduc: Un volcán con lava de hielo, Historia de I y O; Jimena Perzábal: Pez muerto no nada; Gloria Ribé: Monse; Conchita Perales: Nicolás; Lorenza Manrique: Sonríe; Eva Aridjis: Taxidermia: el arte de imitar la vida; Issa García Ascot: Ayo Silver; Adele Schmidt: El viaje de Juana; Silvia Gruner: Luna, 500 kilos de impotencia o posibilidad; Guadalupe Miranda y María Inés Roqué: Las compañeras tienen grado; Pilar Rodríguez: Ella es frontera; Paula Astorga: Guantánamo; Lucrecia Gutiérrez: Mareas de sueño; Christiane Burkhard: Simultánea; Paulina del Paso: Mírame y no me toques, Sin pies ni cabeza; Tatiana Huezo: Tiempo caústico... por mencionar sólo a algunas realizadoras, cuyo talento está más que probado.
    De su paso como maestro del CCC, Enrique Ortiga nos ofrece un testimonio en el que asienta que las alumnas mujeres son, en términos generales, más talentosas, imaginativas y comprometidas que los alumnos varones. La gran interrogante es si dichas realizadoras tendrán algún día acceso al cine industrial.
    La moneda está en el aire...

    * En los últimos 15 años, 26 largometrajes de mujeres contra 14 en todo el resto del siglo

    Recuento de largometrajes en 35 milímetros dirigidos por mujeres mexicanas.

    1.- La Tigresa (1917), de Mimí Derba
    2.- Los secretos de la abuela (1928), de Cándida Beltrán Rendón
    3.- La mujer de nadie (1937), de Adela Perlita Sequeyro
    4.- Diablillos de arrabal (1938), de Adela Sequeyro
    5.- Mi Lupe y mi caballo (1942), de Eva Limiñana, la duquesa Olga
    6.- Lola Casanova (1948), de Matilde Landeta
    7.- La negra Angustias (1949), de Matilde Landeta
    8.- Memorias de un Mexicano (1950), de Carmen Toscano
    9.- Trotacalles (1951), de Matilde Landeta
    10.- De todos modos Juan te llamas (1974), de Marcela Fernández Violante
    11.- Cananea (1976), de Marcela Fernández Violante
    12.- Ronda revolucionaria (1977), de Carmen Toscano, con la colaboración de Matilde Landeta
    13.- México de mis Amores (1978), de Nancy Cárdenas
    14.- Misterio (1979), de Marcela Fernández Violante
    15.- El niño rarámuri o en el país de los pies ligeros (1981), de Marcela Fernández Violante
    16.- Una gallina muy ponedora (1981), de Isela Vega
    17.- El coyote emplumado (1983), de María Elena Velasco la india María
    18.- Las amantes del señor de la noche (1983), de Isela Vega
    19.- Ni Chana ni Juana (1984), de María Elena Velasco
    20.- Nocturno amor que te vas (1987), de Marcela Fernández Violante
    21.- Ni de aquí ni de allá (1989), de María Elena Velasco
    22.- El secreto de Romelia (1989), de Busi Cortés
    23.- Lola (1989), de María Novaro
    24.- Intimidad (1989), de Dana Rotberg
    25.- Los pasos de Ana (1989), de Marysa Sistach (filmado originalmente en 16 milímetros y posproduccido en video)
    26.- Danzón (1990), de María Novaro
    27.- Nocturno a Rosario (1991), de Matilde Landeta
    28.- Golpe de suerte (1991), de Marcela Fernández Violante
    29.- Serpientes y escaleras (1991), de Busi Cortés
    30.- El jardín del Edén (1991), de María Novaro
    31.- Anoche soñé contigo (1991), de Marysa Sistach
    32.- Angel de fuego (1991), de Dana Rotberg
    33.- Novia que te vea (1992), de Guita Schyifter
    34.- Dama de noche (1993) de Eva López
    35.- El amor de tu vida (1994), de Leticia Venzor
    36.- Secretos distantes (1994), de Gita Schyifter
    37.- Entre Pancho Villa y una mujer desnuda (1995), Sabina Berman e Isabelle Tardán
    38.- La línea paterna (1995), de José Buil y Marysa Sistach
    39.- El cometa (1998), de Marysa Sistach y José Buil
    40- En el país de nunca jamás (1999) de Mari Carmen de Lara



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