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  • Tropa de élite continúa su camino de éxito y polémicas
    Por Gary Duffy


    El reciente estreno de la película Tropa de élite ha concentrado la atención pública en esa unidad policial de un modo sin precedente. El filme ofrece un panorama desalentador con incluye escenas en donde los detenidos son torturados por los oficiales de policía para obtener información. Muestra, además, cómo muere un sospechoso. De igual forma, muestra el asesinato a sangre fría de una persona a quien un grupo de narcotraficantes habían metido en neumáticos y luego incediado, con el supuesto objetivo de no dejar restos humanos.

    Algunos policías son presentados como personas honestas que intentan hacer su trabajo, pero muchos otros son retratados como corruptos.

    Con tinte acusador, la película señala la hipocresía de los jóvenes adinerados que se quejan de la violencia dentro de la sociedad brasileña, pero que paralelamente utilizan las drogas para financiar a las pandillas que dominan la mayoría de las favelas.
     
    Se estima que 11 millones de personas ya vieron la versión pirata antes de que se estrenara la película. Una encuesta realizada por la revista Veja reveló que el 79 % de los participantes creen que la cinta muestra a la policía tal como es, mientras que un 72 % pensó que los traficantes de drogas fueron tratados como se lo merecían. Sin embargo, un 51 % dijo que la tortura no era una forma aceptable para obtener la confesión de los traficantes de drogas.

    Algunos críticos sugieren que la película recrea la violencia de forma glamorosa y hace de los policías, héroes que aprueban la tortura y que actúan fuera de la ley, reacciones que fueron rechazadas por el director de la obra.

    "La película lo que hace es exponer la violencia y mostrar a los policías tal como son y en este sentido es también una crítica social", indicó José Padilha a la BBC.
     
    El Comandante del BOPE insiste en que sus miembros se rigen por la ley.

    Padilha elogió al gobernador Sergio Cabral por haber sacado a varios políticos del proceso de nombramientos para cargos locales como comandantes de policía, y señaló que el estado no debía combatir la violencia con más violencia, ya que el costo sería muy alto para Río.

    "Los traficantes de drogas están tan armados que si alguien de afuera entra en las favelas para combatirlos, la gente común muere. Por otro lado, si nadie acude a combatir el crimen, entonces los traficantes se convierten en la ley. Por tanto, es una situación difícil, no es una decisión fácil", dijo.

    El actor principal, Wagner Moura, se impresionó mucho ante la actitud de algunos policías con quienes habló mientras se preparaba para rodar la película.

    "Ellos realmente creen que la solución es matar a los ladrones, a los chicos malos, y eso me da miedo porque todos ellos son buenas personas. Ellos en verdad creen que hacen algo por nosotros".

    En las calles de Providencia, una de las favelas que sobrelleva la existencia de muchas luchas armadas, prevalece poca simpatía hacia la policía.

    María da Costa, quien hace campaña con el grupo Redes contra la Violencia, afirmó que su hijo de 19 años había muerto a manos de la policía.

    Los residentes de las favelas viven bajo constantes conflictos. "Ellos piensan que cualquier persona que provenga de una favela es sinónimo de delincuente y debe morir, ser castigado y eliminado. Uno está muy inseguro; ni siquiera dentro de la propia casa estamos a salvo, porque en cualquier momento una bala puede penetrarla, la policía puede invadirte, y al final lo que cuenta es la versión de la policía", afirmó.

    Maciel Pinheiro de Paula, en la favela de Boreu, dijo a la BBC que la gente teme más a la policía que a los traficantes de drogas, pero que sienten demasiado miedo para quejarse.

    "Desgraciadamente la policía ha perdido credibilidad en la actualidad. Si también fueran a los condominios de lujo, sería justo, pero nunca van allí, solo van a las favelas. Nunca acuden a las fiestas de la élite para arrestar a la gente que vende drogas".

    A poca distancia de aquí, en las alturas de las montañas de Río de Janeiro, los oficiales de BOPE reciben un intenso entrenamiento. Su presencia no causa revuelo entre los residentes de una favela cercana.
     
    El filme ha provocado un debate sobre cómo debe aplicarse la seguridad. Un oficial de alto rango observa el entrenamiento de uno de los miembros del BOPE. No acepta la imagen que la película muestra sobre la supuesta tortura llevada a cabo por el batallón.

    "La película es ficción y creo que el autor exagera ciertas cosas. El límite de acción para BOPE es siempre la ley. La ley no permite que nosotros hagamos eso. La tortura no está permitida, ya que es un crimen", dijo a la BBC.

    El Comandante señaló que cualquier operación dentro de áreas violentas era muy difícil, puesto que ello supone posibles lesiones a civiles. Pero Rodrigo Pimentel, guionista y antiguo miembro del BOPE por 12 años, afirmó que las torturas sí existen. "La policía brasileña mata y tortura. Es parte de la rutina de acción de la policía brasileña", aseguró.

    "Por razones obvias, yo no confesaría haber cometido tortura, pero si diría que estuve de acuerdo con las acciones de los personajes creados para la película". Pimentel agregó que la mejor herencia del filme es el debate que provocó entre millones de brasileños sobre el tema de cómo se maneja la seguridad en el país. Sin duda alguna existen pocos temas más importantes que este para la sociedad, pero está claro que no hay respuestas sencillas.


    (Fuente: BBC, Sao Paulo )


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