ARTÍCULO



  • Auténtico Maestro. Homenaje a Tarik Souki
    Por Edmundo Aray


    Cuánto de cierto cuando se afirma que el cine de Mérida está vinculado a Tarik Souki. Cuánto de cierto que Pedro Rincón Gutiérrez, el rector magnífico, Carlos Rebolledo y Tarik Souki juntaron imaginación y voluntad para que Mérida tuviera un centro de desarrollo de la cinematografía nacional y de firme apoyo al cine de américa latina y del caribe.
    Los tres ya son leyenda en nuestro cine, aunque Tarik sigue vivito y coleando para continuar encendiendo grandes afanes: el ejercicio ciudadano por la verdad y la belleza como razón de vida, la lucha por una sociedad altiva, soberana, verdaderamente independiente, la pasión por un cine que atienda las grandes exigencias de nuestro tiempo.
    Digo que son muchas las deudas que el cine nacional tiene con Tarik, también leyenda por su actividad docente durante los años que entregó a la Escuela de Medios de la ULA: auténtico maestro, agitador de visiones, revelador de las historias y vericuetos de las grandes creaciones de la cinematografía de todos los mundos.
    Y algo más: fundador del Festival del Cine Nacional que, durante cinco ediciones, mantuvo viva la llama de nuestras producciones y el aliento de los realizadores, jóvenes y mayores, de aquellos de obra por hacer, y de los cineastas  experimentados y reconocidos. Cinco ediciones logradas a pulso, con el apoyo de la Universidad  y de instituciones motivadas por su fervorosa actividad y denodado empeño. Entonces se llamó a Mérida la capital del cine nacional, calificación que ha sostenido desde entonces, desde aquel decenio de los noventa. Calificación que ya se había ganado la ciudad gracias a la dirección de Tarik al frente del Departamento de Cine, en cuya fundación fue factor fundamental, responsabilidad que ejerció con imaginación de poeta, energía de maestro y temperamento de conductor.
    Por el prestigio del Departamento, por su carácter emblemático y el espíritu de patria grande de Tarik, notables cineastas de esta Madre América vinieron a enseñar, a compartir experiencias y a realizar obra cinematográfica: Fernando Birrri, Jorge Sanjinés, Patricio Guzmán.
    Algo más: Tarik es un creador auténtico, de prodigiosa inventiva que oculta por fuentes que pudieran ser ineluctables, aunque bien sabemos que no podrá atesorar  para sí, hasta el fin de sus días, su obra de escritor. Tarik junta armoniosamente  al ensayista, al investigador y al fabulador.  Es hora  de solicitarle, aún más, de exigirle que libere las aguas purificadoras de su intelecto que por tantos años ha mantenido represadas, que las libere, digo, para disfrute de los amantes del cine, de la belleza y de la poesía, virtud suprema de los grandes hacedores.
    El Centro Nacional de Cinematografía, Fundearc, la Universidad, los estudiantes que tuvieron el privilegio de ser sus discípulos y los cineastas, jóvenes y mayores, no sólo le homenajeamos con motivo de esta edición del Festival de Cine Venezolano, fiel continuador del Festival del Cine Nacional, también festejamos su virtud ciudadana, su espíritu martiano, su condición de Dador de ficciones a la manera requerida por el  ingenio de Lezama Lima.  
    Junio de 2013.


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