ENTREVISTA

  • Postales de Leningrado: una historia íntima

    La realizadora venezolana Mariana Rondón se encuentra en el 29. Festival presentando su filme Postales de Leningrado. Ya había debutado en el largo de ficción con A la media noche y media, seleccionado para participar en 36 festivales (entre ellos el de La Habana) y Premio de Ópera Prima en Providence.

    Mariana estudió Animación en París e integró la primera generación de graduados de la Escuela de Cine y TV de San Antonio de los Baños. Precisamente, por ese rumbo iniciamos la conversación.

    “En mi país no había dónde estudiar Cine. Comencé Comunicación Social, pero entonces salió la convocatoria de la EICTV. Es de las cosas más grandes que me ha pasado en la vida: la experiencia de estar en la Escuela y conocer a toda aquella gente. No importa en qué lugar del mundo pones el pie, siempre encuentras a alguien de San Antonio; es como una cofradía.”

    ¿Qué ocurrió después de la Escuela?
    Nos preguntábamos qué hacer para seguir trabajando juntos. Creamos la empresa Sudaca Films desde 1991. Filmamos cortos, documentales, series de televisión por Latinoamérica. Mis películas A la media noche y media y Postales de Leningrado, son con Sudaca Films, y ahora estamos por empezar un nuevo largometraje, El chico que miente, que dirigirá Marité Ugás –quien produjo Postales…– y produciré yo.

    Postales de Leningrado es la candidata de tu país a las nominaciones para el Oscar y el Goya...
    Es importante que dos jurados distintos hayan elegido mi película, aunque soy consciente de que forma parte de una estructura de promoción que no tengo la posibilidad de pagar. Sé que no vamos a llegar allí por arte de magia.

    ¿Qué elementos crees que singularicen tu película en el entorno cinematográfico venezolano actual?
    Creo que lo más interesante ha sido que, en un momento de conflictividad política, las partes se encuentren en el respeto hacia el otro. Eso tiene que ver con el hecho de haber presentado una película que va más allá de los panfletos.

    Postales… habla de algo que, en definitiva, me ocurrió a mí y a otros niños quienes, como yo, aprendimos a vivir en silencio. Es un filme donde se pone de relieve determinados valores y se apoya sobre todo en la calidad cinematográfica,  en un buen trabajo de postproducción, de investigación e
    intervención de la imagen, las animaciones, el collage.

    La producción de cine venezolano hoy…
    Se están haciendo muchas cintas con un alto presupuesto. Se ha creado La Villa del Cine, que tiene producciones muy grandes e interesantes, aunque la nuestra es ajena a ese proyecto. Postales… es una película más pequeña,
    más íntima, muy centrada en la investigación técnica.

    ¿Qué esperas del Festival de La Habana?
    Me encanta el público, en el cine Yara, cuando se empieza a “pelear” con la película. Es una experiencia que todo director tiene que vivir; si no, no ha aprendido nada en la vida. Esa es la razón por la que trajimos Postales… a
    La Habana. Estoy ansiosa por escuchar al público, es fascinante, y creo que es la particularidad de este Festival, el tú a tú con la gente. Además, me gusta demasiado este mar, la nostalgia pega.

    Postales de Leningrado: una historia íntima
    Postales de Leningrado obtuvo Gran Premio en el Festival de Biarritz, el reconocimiento del Público Joven y el Premio Revelación en la Mostra de San Pablo, así como los galardones a la Mejor Película, Mejor Dirección, Fotografía (Micaela Cajahuaringa) y Edición (Marité Ugás) en el Festival Nacional de Cine de Venezuela.


    (Fuente: Diario del Festival)


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