ENTREVISTA

  • La misma luna, distintas realidades
    Por César Marrero


    Patricia Riggen no está ajena al pragmatismo norteamericano, mas prefiere fomentar los mejores valores de la cultura del país en el que nació, aun cuando vive en Estados Unidos desde hace muchos años.

    Esta realizadora de origen mexicano no escatima sonrisas cuando se le pregunta si está a gusto en La Habana. Su película La misma luna, coproducida por México y Estados Unidos, compite en el apartado de Óperas Primas y es parte de la Muestra Latinos en USA.

    Este road movie cuenta la historia de un niño casi adolescente y su madre que, separados por cuestiones económicas, ven pasar los días sin tenerse el uno al otro. Cuando la abuela del pequeño muere, este, sin avisarle a la mamá, decide ir a su encuentro. El camino no estará exento de vicisitudes, pero cualquier escollo es preferible a la lejanía.

    El notable guión de tu película, en mi criterio, se corresponde con la puesta en pantalla que requería: lejos de la sensiblería, con dramatismo, pero también con humor. ¿Cómo lograste evitar los tópicos que tanto pueden lastrar este tipo de narración?
    El guión es original de Ligiah Villalobos y aunque cambió en algunos aspectos, esencialmente es el mismo. Es cierto que es una historia muy emotiva, como siempre ocurre entre una madre y un hijo; pero aunque me gusta conmover y trabajo con el corazón, una siempre sabe, intuitivamente, lograr un balance para no caer en lugares comunes. La dirección y la edición tienen un peso definitivo para conseguir algo tan difícil que es controlar la emoción. No estoy tratando de hacer llorar: lo que deseo es llamar la atención sobre algo tan trágico y cotidiano. Me gusta decir –como a mi guionista– que la película está basada en cuatro millones de historias reales.

    Cuéntanos del periplo de tu filme.
    La misma luna se estrenó en el Festival de Sundance este año, y desde la primera proyección los estudios quisieron patrocinar la distribución de la misma. Finalmente la Fox se hizo de los derechos y la estrenará en marzo próximo en México y Estados Unidos. También la exhibimos en el Festival de Los Ángeles y tanto allí como aquí ha sido muy bien recibida.

    El elenco de tu cinta es ecléctico. Kate del Castillo (la madre) es una actriz de telenovelas; María Rojo tiene una carrera envidiable en el cine mexicano, y así todo el reparto. ¿Cómo conseguiste enrolar a actores de tan diversa procedencia?
    Las actrices supieron del proyecto y vinieron a trabajar por un salario simbólico, en gran medida porque les interesó la calidad del guión y también porque los actores de telenovelas en México son pocas veces llamados a hacer cine, por un prejuicio que no tiene fundamento lógico. Creo en el actor, sea cual sea el medio en el que trabaje. Con el niño (Adrián Alonso) sostuve una relación maravillosa. Yo cuido a mis actores, creo que todos cumplieron su cometido.

    ¿Qué opinión te merece la estrategia del gobierno norteamericano para frenar la emigración desde nuestras naciones y no reconocer a los que viven ilegalmente en su territorio desde hace años?
    Creo que como mexicanos deberíamos apuntar las críticas más hacia nosotros mismos. Tenemos en nuestro país el mayor número de  multimillonarios, uno de los hombres más ricos del mundo es mexicano. En México es donde más se venden automóviles de la marca Ferrari; pero también tenemos el lado opuesto: una miseria considerable en buena parte de la población.  El día que los mexicanos podamos tener en nuestro territorio un trabajo digno para mantener a nuestras familias, serán menos los que emigren y terminen siendo víctimas del desarraigo.


    (Fuente: Diario del Festival No. 11)


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