ENTREVISTA



  • Milagros Mumenthaler volvió a Locarno con La idea de un lago
    Por Giorgia Del Don


    La directora suizo-argentina Milagros Mumenthaler, ya vencedora en el 2011 del Leopardo de Oro con Abrir puertas y ventanas, volvió al Festival de Locarno para presentar en la competición internacional su último e íntimo largometraje La idea de un lago. Cineuropa se ha entrevistado con ella para hablar de su especial relación con los personajes que retrata, entre biografía y abstracción.

    Cineuropa: La sensación ligada a la desaparición de una persona querida que se percibe en la película, ¿está íntimamente unida a Argentina y a su historia o debe ser considerada como algo más universal?

    Milagros Mumenthaler: En realidad la idea de la película nace de un libro de fotografía y poesía de Guadalupe Gaona que me conmovió y me hizo sentir muy cerca de su historia. Más tarde llegaron las secuencias, las imágenes más oníricas que se encuentran en la película. Y luego, claramente, trabajé mucho primero con la autora, ya que el libro es en gran parte autobiográfico, y más tarde, con personas que vivieron situaciones similares, a quienes entrevisté, para construir de esta forma el guion de modo más profundo. Para mí la película habla de un “desaparecido” político, sin por ello volver a recorrer los hechos políticos que ya se conocen. No me parecía interesante aventurarme en este terreno. Lo que me interesaba era la intimidad del personaje, cómo se enfrenta a la situación. En este sentido sí que creo que la película se abre a algo universal, a un estado propio de los sentimientos. La película habla de la memoria a diferentes niveles, y cómo la memoria se transforma a partir del presente. El núcleo de la cinta es esto. La memoria íntima de cualquiera, pero también la memoria como derecho cívico y político.

    Si consideramos también tus títulos precedentes (Menuet y Abrir puertas y ventanas) nos damos cuenta de tu gran capacidad para retratar mujeres. ¿Tiene esto que ver con tu cercanía (a menudo biográfica) a los personajes?

    Los personajes de mi primera película no eran autobiográficos pero es innegable que introduzco mucho de mí misma en ellos. Trabajo de forma intuitiva, los personajes nacen de manera muy genuina. Para mí es más natural contar historias de mujeres, pero esto no significa que no decidiré un día de concentrarme en personajes masculinos. Es una cuestión sin fin. Quizá hago simplemente lo que me siento más natural haciendo. Ciertamente mis películas hablan de mujeres, de mundos interiores, pero no de feminismo.

    ¿Puedes hablar brevemente del paesaje de La idea de un lago, que parece convertirse él mismo en un personaje? ¿Cómo has trabajado con la fotografía?

    El lugar, la isla, en donde Inés pasa sus vacaciones de niña, es importante porque ahí se sacó la única foto que posee con su padre. Es un lugar cargado de significado para Victoria e Inés. De la misma manera, me interesaba trabajar en la naturaleza y su aspecto “eterno”. Al contrario que la memoria, constantemente en movimiento del pasado al presente y al futuro, la naturaleza tiene una condición de eterna. A la vez, la naturaleza se convierte en espacio reflexivo para los personajes. Creo que para Inés fue un lugar muy importante en donde crecer como persona, en donde poder desarrollar un fuerte lazo con su padre, de manera más lúdica, imaginaria, aunque esté relacionada con algo bien real, como el deseo y la necesidad de reencontrarlo.

    En cuanto a la fotografía, hemos optado por una preparación bastante realista, no quería evidenciar las diferencias entre las épocas. Dicho esto, quería aún así hacer inteligible el hecho de que hubiese un pasado y un presente (a través, por ejemplo, de las grabaciones más “caseras” en VHS). Estas imágenes más íntimas, menos elaboradas, alimentan mucho los recuerdos.


    (Fuente: Cineuropa.org)


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