Luis Ospina: un sobreviviente de la vida y el cine
Luis Ospina asegura ser un sobreviviente del cine. Lleva más de 45 años dedicado a la cinematografía. Ha sido profesor, guionista, actor, director, curador, pero sobre todo un cinéfilo. En 2009, cuando comenzó a escribirse la historia del Festival Internacional de Cine de Cali, le ofrecieron ser su director artístico y allí sigue hasta el día de hoy.
Este año el Ficcali llega a su octava versión y, dice Luis, es un Festival que poco a poco ha vuelto posicionar a Cali en el plano cinematográfico, tanto o más que en aquellas décadas de los años 70 y 80 cuando él y su ‘pandilla de amigos cinéfilos’, entre los que estaban Carlos Mayolo y Andrés Caicedo, lideraban el Cine Club de Cali y la revista Ojo al cine.
Dice que por ahora no tiene más planes que seguir dedicado a la dirección artística del festival. Que después de Todo comenzó por el fin, su última película, quedó “exhausto. Saqué todo lo que llevaba adentro”. También asegura que el cine nacional está pasando por su momento más prolífico y que Cali es, en gran medida, una de las ciudades responsables de que esto esté sucedido porque es la cuna de varios nuevos directores impecables que están dando de qué hablar. Hablamos con él, entre otras cosas, sobre las novedades que trae el Festival en esta octava versión que va del 10 al 14 de noviembre con más de un centenar de películas que se podrán disfrutar en distintas salas de cine de la capital vallecaucana.
¿Qué ha significado para usted ser el director artístico del Festival en sus ocho versiones?
Desde el inicio ha sido una experiencia muy gratificante, en el sentido de que es la prolongación a un trabajo que comencé a hacer en los años 70, sobre todo con Andrés Caicedo y Ramiro Arbeláez, cuando tuvimos el Cine Club de Cali y la revista Ojo al Cine. De alguna manera tener un Festival de Cine es parecido a un cine club, guardadas las proporciones, se trata de dar a conocer películas que de otra forma no serían conocidas. Siempre he dicho que un festival de cine hace visible lo invisible, ya que nuestras pantallas están ocupadas normalmente por películas de hollywood y todo este tipo de cine de entretenimiento. Cali ha sido una ciudad bastante cinéfila, creo que había una necesidad de que tuviera su propio festival de cine. Y desde luego es una oportunidad para que los cineastas locales, que son muchísimos ahora, puedan nutrirse de este cine también.
Cuéntenos algunas novedades que trae el Festival este año.
Hay muchas. Está el plato fuerte del festival, que es una película que se llama Patria: Irak, año cero, del director Abbas Fahdel, es una película épica, dura cinco horas con 34 minutos, es un largometraje muy intimista y es el que más premios ha ganado y más festivales ha recorrido en estos dos últimos años. Va a ser una gran oportunidad para ver la tragedia que causa la guerra en una familia y en un país, es un tema muy importante sobre todo para nosotros los colombianos que estamos hablando del conflicto. Otra primicia para Cali será el estreno de la última película de Víctor Gaviria La mujer del animal. Está también La muerte de Luis XIV del español Albert Serra, que cuenta con la actuación de Jean-Pierre Léaud que es el actor que debutó en la película Los 400 golpes. No podemos olvidar tampoco la película que inagurará el Festival: Campo grande, de la brasileña Sandra Kogut, es un filme para todos los públicos que habla sobre las diferencias de clase que hay en países como Brasil y el nuestro. Traemos también una retrospectiva con copias restauradas por la cinemateca francesa y la cinemateca de chile del gran director franco chileno Raúl Ruiz, esta es una gran oportunidad para ver su cine en condiciones óptimas.
¿Cómo ha sido el avance del Festival en estas ocho versiones?
El festival entró pisando duro porque la primera edición fue de siete días, en estos ochos años hubo que recortar el numero de días por problemas de presupuesto, ahora solo dura cuatro días y una noche, incluso la segunda edición llegó a durar diez días, en esas dos primeras versiones se dieron más de 300 películas. Ahora estamos dando, entre cortos y largometrajes, un centenar de películas. Pero se ha ido ampliando mucho en el sentido que se están usando más salas descentralizadas para que el Festival no solo sea para la gente del casco urbano sino también para aquellos que viven de sitios más apartados. Cuando el Festival comenzó no era competitivo, eso también ha sido un avance, de unos años para acá tres categorías son competitivas: la Selección Internacional de largometrajes, la Selección Nacional de largometrajes y la Selección Internacional de cortometrajes. Los ganadores se hacen acreedores del premio María, que fue diseñado por el gran artista caleño Oscar Muñoz, y que le rinde homenaje a la primer película muda que se hizo en Colombia: ‘María’, filmada precisamente en el Valle del Cauca en 1921.
¿Qué legado cree que le dejó la época del Caliwood a la ciudad y al país?
Mi última película habla precisamente de esa época: los años 70 y 80, en los cuales funcionábamos, junto a Andrés Caicedo, Carlos Mayolo, Eduardo Carvajal y Ramiro Arbeláez como una pandilla de cinéfilos, creamos todo un movimiento cinematográfico. Toda esa cinefilia que creamos con la revista Ojo al cine y el Cine Club de Cali se extendió a la Universidad del Valle. Se podría decir que esta universidad ha sido un semillero muy importante para el cine caleño y nacional. Y eso se lo debemos en especial a esa época del Caliwood. De Univalle ha salido César Acevedo, que se ganó la Cámara de Oro en Cannes, salió también Jorge Navas que hizo La sal y la lluvia, Oscar Ruiz que hizo Los Hongos, William Vega de La Sirga. Pienso que todo esto es como una carrera de relevos. El campo cinematográfico ha ido creciendo y hay varias generaciones de increíbles cineastas.
¿Cómo ve el cine nacional actual?
El cine nacional se incrementó muchísimo a raíz de la Ley de Cine porque antes la producción era muy esporádica. Pero ahora el panorama es otro, el año pasado se hicieron por lo menos 36 largometrajes, ha habido un incremento en cantidad y en calidad. Esa calidad del cine colombiano se está reconociendo en varios festivales del mundo, un claro ejemplo de esto es el éxito del Abrazo de la serpiente de Ciro Guerra que estuvo nominada al Oscar a mejor película extranjera. Yo creo que las temáticas se han ido variando también. Todo esto lo he podido comprobar de alguna manera con mi película, con la cual he llegado a países como Corea y Japón, a donde nunca jamás pensé que mi cine iba a llegar. Estamos en un muy buen momento en el cine colombiano, quizás el mejor.
¿Qué se viene después de Todo comenzó por el fin?
Como todos saben yo me enfermé gravemente haciendo esa película y pensé que era la última que iba a hacer. Ahora que ya me curé digo que es mi película más reciente, pero después de una experiencia tan devastadora de cinco años de problemas de salud y de hacer une película tan grande quedé un poco exhausto, puse todo lo que tenía adentro en esa película. Por ahora me dedico no tanto a un nuevo proyecto sino a seguir mi trabajo como director del Festival.
Luis, ¿cómo se definiría usted como director?
Llevo más de 45 años haciendo cine, así como soy un sobreviviente en la vida, soy un sobreviviente del cine. Así me considero.
(Fuente: elespectador.com)