ENTREVISTA



  • Entrevista a Alejandra Jaramillo, directora de Halahaches

    Ganadora del último Festival de cine de mujeres, Femcine, en la categoría Escuelas de Cine, Halahaches sorprende porque su resultado no parece ser un simple ejercicio académico. Su excelencia técnica en el manejo del stop motion es de una delicadeza no solo en el diseño de sus personajes, sino que lleva consigo una ingeniosa conceptualidad que la eleva aún más en su intento por revelar un ancestral rito de la cultura Selknam

    A ello hay que sumar que Halahaches, dirigida por una exalumna de la Universidad Católica, posee también un agregado en ir más allá del retrato del rito de iniciación masculina y de buscar, a través de él, dar una mirada respecto a la contingencia al hacer referencia a las discusiones sobre la igualdad de género. Ante este sorprendente y valioso trabajo, la directora Alejandra Jaramillo responde algunas preguntas en torno a su realización.

    ¿De dónde surge la idea del corto y porqué en torno a la cultura Selknam?
    Todo partió porque con el director de arte Nicolás Lacrampette, queríamos hacer un corto de stop motion porque nos gusta la técnica, ya que facilita la posibilidad de crear figuras más fantásticas y, además, permite la utilización de recursos del mundo real creando una atmósfera con una textura muy distintas a las otras técnicas de animación. El director de arte tenía muchos dibujos de personajes y encontré uno, le dije: “Mira es como Halahaches (más conocido como Kotáix), el espíritu de los Selk’nam”. Justo yo estaba leyendo un libro sobre los Selk’nam, descubriendo lo poco que se nos enseña sobre ellos y lo único con lo que nos quedamos es que ellos fueron extinguidos por el hombre blanco, a principios del siglo pasado. Pero no sabemos tanto sobre estos indígenas del fin del mundo. Me sorprendí mucho al encontrar que el rito de iniciación no era solo para asustar a las mujeres y tenerlas bajo el dominio del hombre; sino que ese rito alguna vez lo inventaron las mujeres y eran ellas quienes antes los asustaban. Viajé a Punta Arenas para poder investigar y, luego, a Ushuaia buscando alguien que hablara el idioma, también investigando en todas las bibliotecas y museos. La idea mía siempre fue buscar una forma en que el hombre moderno pudiera conectar con ellos, que la sabiduría indígena y sus conflictos tienen grandes respuestas para los problemas humanos de hoy, encontrando la universalidad que hay en ellos. Después encontré al último hablante Selk’nam, el cual me ayudó mucho con su conocimiento de traspaso oral desde sus antepasados, recalcando que los Selk’nam no se habían extinguido y que a los descendientes se le reconociera como un pueblo vivo. Fue así como fuimos construyendo el cortometraje tratando de ser fieles a los Selk’nam y su cosmovisión, algo que me encanta explorar desde el lado de lo onírico y la mitología.

    ¿Cuánto tiempo demoró la producción de Halahaches? Desde la investigación hasta el montaje final.
    Nos demoramos un semestre en la investigación, en el cual en paralelo íbamos haciendo el guion. Tuvimos 4 meses de preproducción, 4 meses de rodaje y 2 meses de postproducción. En total fue 1 año y medio desde que se nos ocurrió la idea y terminamos por presentarlo.

    ¿Después de ganar en Femcine, cómo seguirán exhibiendo el corto?
    Por ahora queremos seguir un circuito de Festivales. En abril estrenaremos internacionalmente en Alemania en el Festival de Animación de Stuttgart y en el Festival Lakino en Berlín. También gracias al premio de Femcine lo exhibiremos por dos semanas en el Cine Radicales. También esperamos poder mostrarlo en los colegios y distintos museos.

    ¿La animación stop motion (o en general) es algo que buscarás seguir desarrollando después de este trabajo? ¿Tuviste algunos autores o películas que tomas como inspiración o modelo?
    Queremos desarrollar una película de animación sobre el rito, el Hain, donde daremos cabida a todos los espíritus de este rito de iniciación; existen registrados al menos 12 (incluyendo a Halahaches). Debo confesar que tengo una gran influencia de las películas de Miyazaki quién saca nuevas historias de la mitología japonesa para poder hacerlas universales y actuales. En cuanto a lo visual nos inspiramos en el stop motion que hace el checo Jan Svankmajer por experimentar con materiales traídos de fuentes naturales y hacerlos fantásticos a través de la animación.

    (Fuente: cinechile.cl)


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