ENTREVISTA



  • Guillermo del Toro conversa sobre la producción y distribución de su cine
    Por Pablo O. Scholz


    El director mexicano Guillermo del Toro, que conmocionó al mundo del cine con El laberinto del fauno, produjo otro éxito El orfanato. Del Toro, quien siente afinidad con criaturas extrañas y mundos sugerentes, animados con una imaginación sin límites, ha decidido producir a terceros. Lo hizo con el debutante Juan Antonio Bayona, director de El orfanato, uno de los mayores éxitos del cine español. Actualmente el director se encuentra en Londres, donde está dando los toques finales a la edición de HellBoy II, que se estrena en Estados Unidos el 11 de julio de 2008.

    ¿Qué te llevó a producir El orfanato?

    Es una película muy clásica, lo cual es muy raro de ver en estos tiempos de cine de horror. El guión ya tenía cosas en común con mi cine, pero era, a la vez, extrañamente diferente. Si yo la dirigía iba a ser otra película. Me gusta producir filmes que luego me sienta a ver. Mis aportes consistieron no en estar presente en el rodaje, siendo una figura molesta, sino en conseguirle la financiación a Bayona (el director), los actores, y lo que necesitaran para filmar en tranquilidad. Te diría que como productor, al revés que como director, soy un ser menos posesivo. Un productor puede ser un gran aliado o un enemigo nefasto.

    El eje de la película es la historia de una mujer que, gracias a su fe, cree que encontrará a su hijo perdido, y que transforma la historia de manera muy conmovedora. Hay una idea, y es que no hay que ver para creer, sino creer para ver.

    ¿Qué te atrapa del género de terror?

    Filmar películas de terror te lleva a encontrarte contigo mismo. Hay momentos en los que la realidad que llevamos dentro es más fuerte que la que encuentras fuera. El género de terror está dotado de un halo místico, que ningún otro género puede transmitir.

    ¿Cómo marcha tu productora Cha cha cha, con González Iñárritu y los hermanos Cuarón?

    Nuestra idea es producirnos mutuamente en el futuro. Llevamos una amistad de muchos años. La primera película de nuestra productora es Rudo y cursi, con Gael García Bernal y Diego Luna.

    En ella tiene un papel Guillermo Francella. ¿Por qué lo eligieron a él?

    Pues porque se necesitaba un argentino chistoso. Lo vimos y nos divirtió muchísimo. Hace cosas muy graciosas en la película, que transcurre en el mundo del fútbol.

    Ya trabajaste como director con Federico Luppi.

    Federico es mi amigo argentino. Yo lo llamo mi amigo del cine, porque puedo estar meses sin trabar contacto con él, pero hemos congeniado muchísimo a la hora de filmar. Hicimos Cronos y El espinazo del Diablo, y a partir de él conocí mucho del cine argentino. Los argentinos tienen una nueva tradición, lástima que Fabián Bielinsky ya no esté con nosotros. Me gusta también el cine de Lucrecia Martel. La ciénaga me ha encantado.

    ¿Por qué vos, Iñárritu y los Cuarón emigraron a Hollywood?

    Yo creo que ninguno de nosotros planeó ninguna migración, sino que se fue dando quizá un poco por la cercanía con Estados Unidos y la lejanía de poder hacer económicamente las películas que queríamos. Cuando terminé Cronos tenía una deuda tan bestial a nivel personal, que en mi primera junta, que fue en los estudios Universal, cuando la ejecutiva me dijo "te podríamos encargar un guión para que dirigieras aquí, y te pagaríamos...", vi que eso ya era un cambio total en mi vida. Normalmente no me pagaban por hacerlo, y sigo siendo igual de anormal, porque en El fauno diferí mi salario, y en Hellboy II he diferido el 50 por ciento de mi salario, y así.

    ¿Qué significa "diferir"?

    No te lo pagan, te lo pagan si la película recupera un equis número de dinero, o simplemente, como en muchos casos, no te lo pagan.

    Pero tienes un porcentaje de ganancias, al margen del salario...

    Eso desearía yo, que los tratos fueran así, pero a los 42 años sigo sufriendo un profundo retraso económico mental. Y en Hellboy 2 no tengo el corte final...

    Disculpa, pero ¿cómo puedes firmar un contrato así si el corte lo tiene otro, y el éxito del filme no depende enteramente de vos, sino de otro?

    Bueno, es que... El corte lo tengo, de facto. Hasta ahorita en todas las películas que hice he tenido el corte. Es un privilegio que en Latinoamérica y Europa damos por hecho, y sin embargo en el esquema hollywoodense poca gente tiene.

    ¿Viste Deficit, de Gael García Bernal?

    No, no me quedé a verla en Cannes, y luego me la perdí. Hay gente joven en México; por ejemplo, el año pasado tuvimos Párpados azules, o el mismo El violín, que son películas potentes, con una visión muy diferente de lo que se ha hecho en el cine mexicano. No sé si suceda allá en Argentina, pero en México hay monstruos que ya llevan 85 películas, que chupan el presupuesto gubernamental de apoyo al cine. Sus películas ya no las ve nadie ni le interesan a nadie.

    Y las nuevas generaciones no tienen apoyo.

    Si yo pudiera dictar qué hacer con los fondos públicos, el 50 por ciento del apoyo al cine iría a primeras y segundas películas. Si ya después de una segunda no puedes construir una mínima estructura de financiamiento, no te digo "dedícate a otra cosa", pero sí "a buscar fondos en otro lado".

    Bueno, pero tienes El hobbit. ¿Cómo va la preparación?

    No, no, tanto El hobbit como At the Mountains of Madness , de Lovecraft, son proyectos que ojalá pueda filmar, pero nada de estos megaproyectos son sencillos de encaminar. Así que estaré desempleado por un tiempo...



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