Tras Gilda: No me arrepiento de este amor (2016) Lorena Muñoz encara otra biopic musical, en este caso la de Rodrigo Bueno en El Potro, lo mejor del amor (2018), un recorrido por los años en los que el cantante rompió con mandatos familiares para convertirse en uno de los ídolos populares más exitosos. Protagonizada por el debutante Rodrigo Romero y un elenco que incluye a Florencia Peña, Fernán Mirás, Daniel Aráoz, Malena Sánchez y Jimena Barón en en roles claves, “Quería humanizar la historia, no soy fan, y está bien que se lo acerque a la gente común deconstruyendo el mito para acercar su costado más humano”, afirma la cineasta en una charla íntima con EscribiendoCine.

¿Te ves como una precursora de las biopics cinematográficas en la región? ¿Cómo crees que se va a ubicar El Potro, lo mejor del amor en el marco de esta proliferación de series y películas biográficas?

Como un hitazo (risas). No sé, me parece que como una película biográfica más, para mí esta pregunta es más para los espectadores o para después, todavía está todo tan en veremos, aunque ves algunas reacciones de periodistas, cierto rumor, secreto a voces, no sé qué puede llegar a suceder. Para mí Gilda: No me arrepiento de este amor fue como un comienzo, de algo, que no era tan distinto a lo que venía haciendo, yo lo viví como algo más de lo que ya venía haciendo, mi primera película la empecé a filmar en el ’98, la seguí filmando en el 2000 y la estrené en 2003, es la historia de una cantante de tangos, la segunda es una biopic de un mural, con todos los personajes que pasaron alrededor, pero es la historia del mural desde que nace hasta que muere, bueno lo salvaron, y Gilda, es una biopic, pero en el medio hice Soy del pueblo, serie biográfica, con historias que merecen cada una una película, yo no las voy a hacer, les quedan 25, eran 27 capítulos (risas de nuevo).

¿Cómo seleccionaste los hitos claves, en el caso de El Potro, lo mejor del amor, para contar su historia?

En la vida de una persona hay un millón de momentos importantes, y quién determina cuáles son importantes y cuáles no, sobre todo teniendo en cuenta cuál va a ser la mirada, y la búsqueda de qué tipo de película se iba a contar. Con Tamara Viñes escribimos el guion con la decisión, que por suerte a los productores les gustó, por eso digo que es una película muy de autor, porque ellos acompañaron y bancaron el proceso, y siempre tuve libertad y el corte final fue mío, por eso digo que es una película de autor, al margen de ciertas restricciones que uno tiene a la hora de filmar y que son las mismas de todo el mundo, filmando una chica de tres semanas y una grande de tres meses.

¿Había algo que sabían que no iban a mostrar o contar?

Algo que nos resultó interesante es que había tanto material mediático que no era por ahí, lo interesante era lo que no se ve, qué le pasa a él como ser humano, en su intimidad, sus aspectos más íntimos, a medida que crece el éxito, qué le pasa, para mí hay un hundimiento en su humanidad, y esa paradoja era interesante y era tan basta su historia, tantos años de carrera, diez años a diferencia de Gilda que fueron cuatro años, tantos discos, salsa, merengue, el bebote, el pelo largo, looks, tanto había que era imposible no ir al hueso, la historia tenía ese pulso y necesitó ir en concreto a las acciones y decisiones concretas. A los 17 años, seguro que su vocación empezó de más chico, pero marcamos eso como hito, como quiebre, cuando se altera, en términos de guion, cuando decide ir a Buenos Aires a cantar porque en Córdoba no pasaba nada y el padre lo lleva. En algún momento teníamos escenas escritas de cuando era chico, flashbacks, incluso, como en Gilda, pero notamos que retrasaba la acción, como que molestaban, interrumpían, algo que querías ver con un ritmo que era más documental, menos ficcional, siempre digo que es inspirada en hechos reales, con decisiones poéticas, y así hay que verla, como un hecho cinematográfico.

¿Ayuda la música para armar el relato? ¿Cómo seleccionaste los temas musicales incluidos?

La foto de tu cuerpo es el primer tema que compone, hubo un orden cronológico históricos de los temas, y es valioso que sea así, en un sentido dramático narrativo, y hay que respetarlo, un orden real, que tiene que ver con el primer tema que compone, que canta temas de otros cuando aún no es él, con mandatos, lo que la madre construye, lo que el padre quiere para él, y cuando muere este, de manera edípica, él toma la decisión de hacer cuarteto y con ello las riendas de su vida, aún de los impedimentos que aparecieron.

¿Fue complicado manejar las energías y expectativas sobre la historia y la mirada de la familia? ¿Te volvés loca en el intento?

Te volvés loca bastante porque la intención es no lastimar a nadie, respetar, a Rodrigo lo amo y quiero lo mejor, quería humanizar la historia, no soy fan, y está bien que se lo acerque a la gente común deconstruyendo el mito para acercar su costado más humano. Hay cierta identificación en el dolor o en la tristeza, y lo que no hace es porque no puede, ama a su hijo, a su novia, a su madre, a su familia, a su entorno, que es muy fuerte y es muy autodestructivo. El ascenso al éxito viene acompañado del ego en juego, de creerse super poderoso y seguramente para cubrir ciertos huecos emocionales, nadie está libre, no buscábamos juzgarlo, se insinúan cosas puertas adentro, porque son de público conocimiento, en relación a Gilda es distinto, porque ella era maestra jardinera. Tratamos de retratar todos los aspectos que lo vuelven más humano de la manera más respetuosa posible, tomando cierta distancia la cámara de esos momentos y haciendo elipsis, para que el espectador complete, “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”, porque siempre hay juzgamientos hacia el que se equivoca, el que la pasa mal y el sufrimiento y el dolor de los ídolos populares los acerca más al pueblo, la vida es tan dura que uno hace lo que puede para atravesarla y a veces te atraviesa a vos.