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  • Diversidad y discriminación en un continente pluriétnico y multicultural
    Por Jaime Tenorio


    Participé como expositor y tutor en Filma Afro, en Cartagena, un laboratorio internacional para proyectos documentales en desarrollo, sobre afrodescendientes. La mayoría de los participantes eran negros, algunos colombianos y otros de Bolivia, Brasil, Cuba, México, Honduras, Panamá y Perú.   

    Cada proyecto presentado durante el laboratorio abordaba un tema diferente, historias sobre identidad, tradiciones, representación, discriminación, exclusión, líderes y luchas políticas de afrodescendientes en Latinoamérica. No fue extraño encontrar tantos temas comunes y recurrentes, porque los negros han sido usualmente marginados en todas estas naciones, incluyendo aquellas con una tradición cultural indígena fuerte. En nuestros países, la mayor parte de la población, poco conoce sobre la historia y los nombres de los líderes afro, solo se reconoce a los músicos y deportistas que aparecen en los medios de comunicación.

    Colombia todavía tiene una gran deuda con la población de afrodescendientes y está lejos de cumplirla. Las personas de raza negra no solo fueron raptadas y secuestradas de sus familias en el África durante colonización, llegaron fragmentadas, abusadas y esclavizadas al continente americano. Por décadas han sido marginadas y discriminadas, solamente hasta 1993 se promulgó la ley 70, la cual hace un reconocimiento de las comunidades negras y el derecho a la propiedad colectiva, la protección de su identidad y de sus derechos como grupo étnico y el fomento de su desarrollo económico y social, con el fin de garantizar unas condiciones reales de oportunidad, frente al resto de la sociedad colombiana.

    Muchas comunidades de afrodescendientes permanecen siendo vulnerables y sufren el conflicto armado en Colombia porque ocupan territorios que se disputan los paramilitares, los narcotraficantes y grupos guerrilleros, situación que ha obligado al desplazamiento forzado de muchos de ellos hacia unas ciudades que cada vez se ven desbordadas y con menos posibilidades de ofrecer una vida digna a esta población. Aún estamos lejos de garantizarles unas condiciones y oportunidades equitativas, debemos trabajar mucho más en atender las particularidades de este grupo étnico así como de otras minorías del país.

    En lo audiovisual, las políticas por parte del Estado para fortalecer a estas comunidades han tenido poca fuerza, bien sea por falta de voluntad o por falta de presupuesto. Existen algunas iniciativas como el programa Imaginando Nuestra Imagen (INI) de la Dirección de Cinematografía o algunos incentivos y talleres de la Dirección de Comunicaciones del Ministerio de Cultura. El canal Telepacífico viene produciendo contenidos sobre afrodescendientes y tiene una franja afro; Señal Colombia tiene una convocatoria para grupos étnicos y la Autoridad Nacional de Televisión (ANTV) también ha lanzado convocatorias para promover la diversidad. Esperemos que después de la liquidación de esta entidad, el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC), que ahora tendrá a su cargo el Fondo TIC y el Fondo de la televisión, continúe trabajando en el fortalecimiento de los contenidos de estas comunidades. Una buena noticia es que gracias a la implementación de la Tecnología Digital Terrestre (TDT), Telepacífico tendrá un nuevo canal dedicado a las minorías y a la diversidad cultural, que se llamará Orígenes. Solo queda esperar que los cambios en la alcaldía y gobernación, así como la comunidad, respalden esta iniciativa y permitan su continuidad.

    Si de verdad queremos hablar de un país multicultural como lo declara la Constitución, necesitamos garantizar la diversidad de miradas y el respeto por las diferentes culturas del país. En lo que se refiere a lo audiovisual, tendremos que redoblar los esfuerzos en educación para las minorías, garantizarles el acceso a formación en la escritura, la dirección y la producción, así como ofrecer los mecanismos para la financiación y circulación de sus proyectos. De nada vale hacer convocatorias dirigidas a estas comunidades si no damos a conocer sus producciones y las ponemos a dialogar con el resto del país. El diseño de estos mecanismos debe ser construido con ellos, porque este proceso implica una serie de dinámicas que son diferentes y diversas, no podemos continuar repitiendo modelos hegemónicos y excluyentes.

    Después de participar en este laboratorio organizado por la fundación Cine en las Aldeas, con apoyo del Programa Ibermedia, la ANTV y el Centro de Formación la Cooperación Española (AECID), lo único que me quedan son aprendizajes, reflexiones y cuestionamientos sobre lo lejos que estamos de ser una sociedad incluyente y respetuosa de la diversidad. Las historias presentadas son relevantes, importantes y necesarias, especialmente en un momento tan difícil para los líderes afrodescendientes que están siendo asesinados. Termino agradecido y conmovido por estas historias y por la generosidad de los participantes en el laboratorio, esperando que todas se puedan realizar y podamos verlas en las pantallas en un futuro próximo. La diversidad está en los contenidos pero también en quién los cuenta y en el punto de vista desde el que se narra la historia.


    (Fuente: jaimetenorio.com)


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