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  • La casa de papel


    Entendiendo el fenómeno mundial de las series españolas
    Por Luis Miguel Cruz


    Tras varios años de éxitos locales, las series españolas se han disparado hasta convertirse en el gran fenómeno de la televisión contemporánea.

    Mucho se ha hablado sobre el éxito de las series de televisión en los últimos años, un fenómeno especialmente evidente entre las producciones estadounidenses, aunque para nada limitado a esta industria. Uno de los casos más curiosos es el de las series españolas, que han sabido aprovechar su posición geográfica para triunfar en distintos mercados europeos y su propia historia para garantizar la buena acogida del público latinoamericano.

    Los shows ibéricos pueden presumir una larga historia de éxitos en su territorio, pero el interés mundial es un suceso mucho más reciente, luego de que títulos como Los Serrano (2003), El internado (2007), Isabel (2011) y Gran Hotel (2011) asentaran las nuevas bases de una nueva industria con tramas más ambiciosas, dotadas de elementos de identidad nacional, pero sin descuidar la exploración de valores universales. Esta tendencia llevó a proyectos más complejos como El tiempo entre costuras (2013), Pulseras rojas (2014), El príncipe (2014), El ministerio del tiempo (2015) y Vis a Vis (2015) que se vieron beneficiadas por la exploración de géneros menos recurrentes en la televisión española y valores de producción más elevados que les permitieron sobresalir en una pantalla chica cada vez más saturada. Los buenos resultados no pasaron desapercibidos para titanes como Netflix, HBO y Amazon que incursionaron en la producción ibérica con contenidos de cada vez mayor calidad técnica y narrativa, lo que aunado a la reciente exportación de contenidos de Movistar Play ha marcado el inicio de una auténtica era dorada para la ficción seriada en España.

    Y esto apenas empieza: las series españolas tuvieron una producción de 38 títulos en 2015 que se disparó a 58 en 2018. Estimaciones aseguran que estos números seguirán al alza hasta superar los 70 proyectos en 2022 [vía].

    El factor Netflix
    Muchas cadenas y plataformas internacionales han contribuido en la exportación de producciones españolas a distintos mercados internacionales, pero el carácter global de Netflix fue determinante para su consolidación definitiva entre las industrias más populares en el mundo. Esta historia de éxito comenzó con Las chicas del cable (2017), que producida por Bambú –responsable de El tiempo entre costuras–, gozó de una gran aceptación al abordar a un público femenino históricamente relegado en contenidos de mayor calidad.

    “Netflix estaba buscando una serie con ciertos ingredientes: una o varias protagonistas femeninas que invitasen a un público generalista a venir a la plataforma”, recuerda Teresa Fernández-Valdés . “Lo bonito es que siendo una serie de época hemos sido capaces de no conectar solo con audiencias mayores, sino con chicas jóvenes y estamos muy orgullosos de ello. Tenemos que recordar que la historia inicia en el 29 y seguimos con varias batallas abiertas”. El éxito ha sido tal que la producción optó por dividir su temporada final en dos partes, emulando lo hecho por grandes éxitos cinematográficos como Avengers o Harry Potter.

    No menos relevante es el impacto del gigante de streaming con series que no surgieron como ideas originales. Tal es el caso de Merlí (2015), convertida en un fenómeno en Latinoamérica desde que el sistema adquiriera sus derechos de distribución internacional. Más destacada aún es la situación de La casa de papel (2017), que inició la marcha en Antena 3 para luego ser adquirida por Netflix, convirtiéndose en una de las piezas más valoradas de su catálogo al superar incluso el número de reproducciones de Stranger Things en el mundo [vía]. Su protagonista Álvaro Morte atribuye el éxito a que “hay un equilibrio perfecto entre acción, drama, comedia, momentos emocionales […]. Hay otra cosa importante, que es que tiene un tremendo sentido revolucionario. ¿Quién no se identifica con ese pez pequeño que puede contra el pez grande?” [vía].

    Estos buenos resultados han desembocado en decisiones cada vez más arriesgadas, como el reciente anuncio de que Élite (2018) cambiará a todo su elenco principal después de la tercera temporada para una renovación absoluta con la introducción de nuevos personajes; la realización de la polémica Sky Rojo (2020), a cargo de los creadores de La casa de papel, y que seguirá a tres prostitutas se escapan del club de alterne donde son retenidas por un proxeneta; o las producciones realizadas de manera conjunta con otros países como es el caso de Alguien tiene que morir (2020), miniserie dirigida por Manolo Caro cuyo elenco internacional integrado por Cecilia Suárez, Ernesto Alterio, Pilar Castro, Ester Expósito, Alejandro Speitzer y Carmen Maura, nos llevará a la España franquista para relatar la historia de un joven hispano mexicano que desata toda clase de conflictos al interior de su familia cuando se presenta en una reunión acompañado de un misterioso bailarín. Todas historias con bases ibéricas, pero con dilemas universales que las hacen atractivas para todo público y trascendentes para los tiempos en que vivimos.

    Se espera que esta tendencia incremente de manera importante en los próximos años, luego de que Netflix estableciera en Madrid su primera sede de producción europea y anunciara sus planes para estrenar entre nueve y once series españolas al año, además de cuatro películas originales.

    La consolidación de las series españolas
    Estados Unidos es el gigante inalcanzable de las exportaciones televisivas gracias a la potencia de su industria y el alto número de personas que hablan inglés como segunda lengua. Más curioso es que la segunda plaza pertenezca a Turquía [vía], con una exportación del 25% de sus shows, una audiencia aproximada de 500 millones de personas distribuidas en 156 países y ganancias que en 2018 superaron los $500 mdd. Un resultado directo del reciente interés en otras culturas, pero también de una televisión que ha definido su identidad ante las audiencias internacionales.

    España aún está muy lejos de alcanzar estos números, pero no descarta que la popularidad global en sus historias le permita desafiar esta autoridad para usurpar las posiciones de honor. De momento cuenta con una ventaja lingüística, al ser el español el segundo idioma nativo más hablado del mundo sólo por detrás del chino. A estos sumemos que sus elementos históricos y culturales son identificables, pero poco profundizados en otros mercados, como es el caso de Salvador Dalí (La casa de papel), la Guerra Civil (El tiempo entre costuras), la Transición Española (Cuéntame cómo pasó), o prácticamente todos los sucesos abordados en El Ministerio del Tiempo.

    No menos importante es que sus contenidos parecen encaminarse a una identidad propia con tramas que muestran la sociedad y el estilo de vida ibérico, pero sin descuidar las inquietudes propias del mundo globalizado. A esto sumemos una narrativa que deambula muy cerca del melodrama, un elemento clave en otros fenómenos como el dizi turco o la telenovela mexicana, sólo que con guiones más arriesgados, actores de jerarquía y altos valores de producción. Esta combinación de factores ha convertido a las series españolas en proyectos de gran calidad al interior de la industria, de enorme interés para el público, así como en productos altamente competitivos en el mercado internacional.

    Esta tendencia también podría resultar beneficiosa para las series latinoamericanas, que bien podrían aprovecharla como modelo a seguir para una televisión más madura. Tal es el caso de Hernán (2019), coproducción creada para conmemorar los 500 años de la caída de la Gran Tenochtitlán, y que recurrió a un importante elenco internacional encabezado por Óscar Jaenada como el conquistador. El actor ibérico, quien ha vivido una relación de amor/odio con el público mexicano por su trabajo en Cantinflas y Luis Miguel: la serie, considera que la importancia de este tipo de proyectos radica en su capacidad para «contar lo que pasó y que cada uno haga sus cábalas» [vía].

    Presente y futuro de las series españolas
    El 2020 luce como un año fundamental para la consolidación mundial de las series españolas ante el mundo, con los distintos gigantes del entretenimiento aprovechando el marcado interés de las distintas audiencias para la realización y exportación de distintos proyectos. Tal es el caso de Movistar Play, que intenta hacerse un lugar en el gusto del siempre televidente público Latinoamericano con un amplio catálogo que incluye series de hace algunos años y otras más recientes como La zona (2017), Gigantes (2018) y muy especialmente La peste (2018), considerada por algunos medios ibéricos como la mejor serie de la actualidad al aprovechar un momento histórico para explorar temas como la diferencia de clases y la corrupción.

    HBO parece tener dos cartas seguras en Patria y 30 monedas. La primera es la adaptación de la exitosa novela homónima de Fernando Aramburu y que aborda los horrores vividos durante el conflicto vasco con una viuda cuyo esposo fuera asesinado por ETA y una amiga cuyo hijo está afiliado al grupo. Un tema delicado cuya producción tomó más de dos años y que más allá de la localía, pretende demostrar que “la violencia destruye todo y a todos: al que la ejerce y al que la sufre” [vía]. La segunda representa el regreso de Álex de la Iglesia a la televisión con la historia de un exorcista exiliado en un remoto pueblo español y cuya presencia genera sospechas sobre una serie de fenómenos paranormales en la región.

    Amazon Prime Video intentará captar a las audiencias españolas con la compra de derechos de transmisión de varios títulos y a las internacionales con dos proyectos de gran potencial. El primero es Un asunto privado, que realizado en colaboración con Bambú (Las chicas del cable), fusionará thriller y comedia para relatar la historia de una joven de alta sociedad que busca honrar su legado familiar al intentar atrapar a un asesino serial. El segundo y más importante es El cid, épica que abordará la fascinante historia del héroe homónimo, el cual será interpretado por Jaime Lorente, conocido por su trabajo en La casa de papel y Élite. Ambas series se sumarán a Hernán, cuya segunda temporada fuera pospuesta por razones de logística, lo que postergará su estreno hasta 2021.

    Historias tan locales como universales, que en una industria cada vez más competida y con audiencias ansiosas de nuevas propuestas, han encontrado la clave para convertirse en uno de los mayores fenómenos televisivos de nuestro tiempo.

    (Fuente: cinepremiere.com.mx)


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