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  • Juana Borrero, "La Virgen Triste", en un animado cubano
    Por Flavia Hernández Pineda


    Cuando los muchachos del grupo Ego Estudios conversan acerca de su largometraje "La Virgen Triste", siempre surgen preguntas: ¿Quién era Juana Borrero (1877-1896)? ¿Por qué es poco conocida una escritora de su relevancia? ¿Cuán difícil es para ellos utilizar la pintura al óleo en una película animada?, entre otras.

    Los asistentes al Segundo Foro de Animación Latinoamericana Juan Padrón in Memoriam, celebrado en La Habana el pasado diciembre, compartieron esas mismas interrogantes cuando en el evento los realizadores expusieron los avances de sus obras en producción.

    En su presentación, "La Virgen Triste" destacó debido al empleo de una técnica pionera para la animación en el país (pintura al óleo sobre cristal) y por llevar la historia de una importante mujer de las letras cubanas a pantalla grande. Además, fue el único proyecto cubano entre los 15 animados regionales del foro que recibieron asesoría.

    Pero… ¿Quién era Juana Borrero?

    Fue una niña prodigio que a los siete años escribía poemas y a los 18 contaba con una obra que aún es considerada relevante entre los grandes exponentes del modernismo en Cuba.

    Hija de Esteban Borrero, notable intelectual cubano, amiga personal del escritor Julián del Casal y novia del poeta Carlos Pío Uhrbach, un amor tan prohibido como ferviente.

    El romance nació con las alas rotas porque fue desaprobado por el padre de Juana. Sin embargo, pudo volar gracias a las cartas que los amantes compartieron, incluso luego de que Juana emigrara a Cayo Hueso con su familia.

    Sobre esta relación, destacados especialistas aclaran que “en las letras cubanas quizás no exista epistolario más extenso que el de los apasionados poetas Carlos Pío Uhrbach y Juana Borrero. Cerca de mil páginas, escritas en menos de dos años, fue la respuesta a la oposición paterna”.

    Según la crítica, el intercambio de misivas entre la pareja constituyó no solo la bella prosa de un par de amantes, sino una reconstrucción de la cotidianidad cubana a inicios de la Guerra del 95, gesta en la que participó Pío Uhrbach.

    Al hechizo romántico solo le ganó la muerte. Y la fiebre del tifus, que hizo delirar a Juana hasta su última respiración. La enfermedad cumplió los proféticos versos de quien la bautizó bajo el nombre de "La Virgen Triste", su amigo Julián del Casal cuando expresó: “en ti veo ya la tristeza/ de los seres que deben morir temprano.

    Borrero legó los cuadernos "Azul" y "Rimas", ambos publicados en 1895, el último de los cuales resultó su obra más relevante. Con solo 15 años, impresionó a José Martí por su precoz intelecto y Rubén Darío elogiaba su quehacer literario. Sus poemas aparecieron en renombradas revistas nacionales y extranjeras.

    En cuanto al largometraje…

    La película "La Virgen Triste", al decir de su equipo de producción, es una “biografía fantástica” para mayores de 13 años. Concentra la historia en la vida de Juana una vez que emigra de Cuba y la trama está montada acorde a los textos del epistolario compartido con Pío Uhrbach.

    El grupo Ego Estudios pretende recrear los tormentosos días de alucinaciones que sufrió la poetisa, producto de la fiebre. Con este fin, el animado propone paisajes evocadores del mundo interior de Borrero, apoyados en gran medida en el uso de colores vibrantes.

    Para lograr esta estética, los fotogramas de "La Virgen Triste" están pintados al óleo sobre lienzo o cristal. Pocos audiovisuales emplean este método para animados, pues toma años finalizar el trabajo. Resulta aún más extraño encontrar largometrajes de esta factura.

     Por ejemplo, Loving Vicent (2017), dirigido por la polaca Dorota Kobiela y el británico Hugh Welchman, tardó 10 años en realizarse. Fue la primera película completamente al óleo a nivel mundial y cuenta con 90 minutos de cinta. Cuba carece de proyectos con esta técnica, por lo que el trabajo de Ego Estudios estrenará este estilo de animación en el país, cuando sea presentado en 2026.

     “Animar de esta manera requiere de mucha voluntad y necesita recursos tanto intelectuales como materiales”, aclara Miguel Machado Suárez, director de La Virgen Triste.

    Y añade: “Ahora mismo estamos en un punto bastante avanzado del desarrollo de la película. Queremos bajar un poco el ritmo de producción y volver a repensar detalles en cuanto al guion”.

    Por su parte, Carolina Fernández-Vega Charadán, codirectora y productora, reflexiona: “la animación tiene sus tiempos, es un proceso lento y más en este caso. El dibujo se realiza a mano, la velocidad de secado en cada capa de óleo varía y demora, ya sea en cristal o lienzo”.

    “Sin embargo, resulta casi inmedible el valor que aporta este método en cuanto a profundidad y riqueza. Es muy sobreestimulante para para la vista, el oído, todo…”

    “Vale totalmente la pena y estamos probando otras muchas maneras en las que esa estética puede utilizarse. Jugamos todo el tiempo con diferentes variantes de lo que la pintura al óleo en movimiento puede lograr, según la secuencia y la intensidad expresiva”.

    Acerca de la divulgación y el financiamiento Carolina apunta que actualmente no se concentran todos sus esfuerzos en el tema, pero han establecido alianzas con otras productoras como Del Monte Films.

    “Hace solo un año y medio empezamos a compartir el proyecto en foros, mercados y a buscar públicamente una ayuda económica. Antes de eso, había sido costeado a través de nosotros mismos, lo que también permitió cierta libertad creativa, un ritmo muy particular”, amplió.

    Apoyados en la Asesoría Rosana Urbes obtenida durante el foro, el equipo mantiene optimismo en relación con su trabajo. A su vez, advierten acerca de la posibilidad de inscribir al filme en el próximo Fondo de Fomento para el Cine Cubano, convocatoria dedicada a brindar soporte financiero a destacados proyectos audiovisuales del país.

    Casi al final de la conversación: Para ustedes, ¿Qué impulso necesita la animación en Cuba?

    Carolina sonríe, lanza un “qué pregunta difícil”, pero la responde: “Eventos como este Segundo Foro de Animación Latinoamericana y Caribeña son una ayuda enorme. Para nosotros es increíble poder intercambiar, no solo con los profesionales de las conferencias, sino con todas las personas implicadas en el animado y la realización”.

     “Cualquier espacio que reúna en un mismo lugar al gremio, donde exista diálogo,  te cambia bastante la experiencia. Dejas de verlo como algo que estás haciendo muy solo, en tu propia isla mental”.

    “También sería oportuno incluir el aprendizaje de esta disciplina en la enseñanza artística. Aportaría mucho si en la Facultad Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA) hubiera una asignatura dedicada al animado, por ejemplo, no solo como una materia optativa. Ojalá algún día se convierta en especialidad”.

    Pese a todo, los muchachos del grupo Ego Estudios coinciden en la importancia de crear, más allá de los obstáculos que se presenten. Ellos llaman al cine un impulso inevitable. Una obsesión que en su trabajo toma ahora la forma de una "Virgen Triste", al óleo sobre cristal y lienzo. 

    (Fuente: bohemia.cu)


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