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  • Ignacio Agüero: el tema de los desaparecidos "tiene total pertinencia, aunque nadie lo habla en ninguna campaña presidencial"
    Por Fernanda Araneda


    Nuestro medio conversó con el documentalista sobre su nueva película, "Carta a mis padres muertos". El film, que se estrenará en salas a inicios de 2026, entrelaza los últimos 50 años de la historia de Chile con sus propios recuerdos y reflexiones.

    El padre de Ignacio Agüero falleció en septiembre de 1970, pocos días después de que Salvador Allende ganara las elecciones y cuando él solo tenía 18 años.

    Por ello, en su nueva película, “Carta a mis padres muertos”, el destacado documentalista -autor de filmes como “Cien niños esperando un tren” y “El diario de Agustín”– le cuenta a su papá parte de lo que pasó después, desde los horrores de la dictadura, hasta lo que fueron sus primeras películas.

    En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, Agüero confesó que lo que lo motivó a hacer el documental, que tuvo su estreno internacional en el Festival de Cine de Marsella y llegará a salas nacionales a inicios de 2026, fueron las conmemoraciones de los 50 años del golpe de Estado.

    “No tuve ninguna premura ni apuro ni ansiedad por eso, entonces no calcé con los tiempos, pero me quedé con esa idea de los 50 años”, dijo.

    El documentalista quería “poner al día” a su padre y a su madre de lo que ocurrió después de sus muertes, relacionando “cosas banales de mi familia con cosas más sociales”. Para él, ese cruce entre lo personal y el contexto más amplio de lo que se vivió en nuestro país de los años 70 hasta hoy, “era inevitable”.

    “Yo le cuento a mi padre que nunca vio una película mía, cómo fue estudiar cine. Y ahí aparecen todos los muertos que Pinochet ordenó matar, mientras estudiaba cine, porque me acuerdo perfectamente. Yo estaba estudiando en el campus de la Universidad Católica cuando escuchamos la noticia de la muerte del general Carlos Prats. Decían que había que dedicarse solo a estudiar pero aparece esta noticia del bombazo. Todos sabíamos que era una orden de Pinochet, tomó años el comprobarla, pero todos sabíamos que era Pinochet quién estaba asesinando a Carlos Prats”, recordó.

    Al tratarse de más de 50 años de historia, parte del desafío era elegir qué se contaba y que no. Al principio, tuvo el impulso de hacer una gran investigación, con imágenes de los principales sucesos que han ocurrido en el Chile de las últimas décadas, “pero me di cuenta que yo no soy sociólogo ni investigador, ni académico de las ciencias sociales, así que fui trabajando, más bien, los materiales que yo tenía, materiales de archivos míos personales, desarrollando y desplegando lo que ahí había”.

    Agüero reconoció que además tenía ganas de repasar sus películas, porque “mi padre nunca vio una película mía”. Sin embargo, el tiempo se hizo corto y solo pudo contarle sobre la primera: “No olvidar”. Un documental acerca del hallazgo, en 1978, de una decena de detenidos desaparecidos en los Hornos de Lonquén.

    Ese episodio, que el documentalista narra desde la perspectiva de la familia Maureira -afectada por la desaparición de cinco de sus miembros-, fue clave para establecer la verdad: los detenidos desaparecidos existían y habían sido eliminados por la dictadura.

    “Me quedé con esa película y me pareció bien. Esa película me parece muy importante. Es una película que a 50 años todavía tiene vigencia, todavía es pertinente hablar de esa cuestión, de los desaparecidos de la dictadura. Me parece que tiene total pertinencia, aunque nadie lo habla en ninguna campaña presidencial”, afirmó.

    Un personaje que ya no se encuentra 
    Uno de los personajes principales de “Carta a mis padres muertos” es Marcos Medina, un exdirigente del sindicato de Madeco, la misma empresa donde era jefe el padre de Agüero.

    Al principio, su testimonio es sobre la relación de ambos, pero luego el relato se vuelve más amplio, abarca el movimiento sindical antes de la dictadura y también la persecución que esos mismos dirigentes vivieron después del golpe de Estado.

    Agüero contó que tuvo suerte al coincidir con Marcos Medina, porque este vive en su lugar de exilio, Suecia, y solo ocasionalmente visita Chile. A juicio del documentalista, Medina es “un personaje que ya no se encuentra en ninguna parte”.

    “Es muy lindo todo lo que él cuenta. Hoy día no hay ningún sindicato como ese, yo diría que en ninguna parte del mundo. Era un sindicato que era muy bonito. Él dice que ellos hicieron escuelas para los hijos de los obreros, primarias y secundarias para ayudar a la educación del país. Es decir, eran dirigentes sindicales que se preocupaban del país y que tenía una fuerza enorme y una amplitud, una visión tan amplia de lo que era un sindicato en la sociedad. Era como ser un dirigente del Estado”, señaló.

    El protagonista de la película, en todo caso, es el propio Ignacio Agüero. El film está plagado de sus reflexiones, de sus conversaciones con sus padres, que ahora ocurren en sueños y también de imágenes que él mismo graba desde la ventana de su casa. De acuerdo al documentalista, eso es una forma de asumir, frente a los espectadores, que él es el director y que todo lo que se ve, se cuenta desde su perspectiva.

    “Eso se expone en la película. Quién hace la película se ve en la película y se ve su casa y es el lugar desde dónde piensa. La película es un ente vivo, que se va pensando en su propio proceso de ir haciéndose, en vez de ser la filmación de un guión en el cuál ya está todo claro. No, aquí la película es un organismo vivo que está formándose en la medida que se va pensando y haciendo”, explicó.

    “Carta a mis padres muertos” desafía las convenciones en su desarrollo y también en su conclusión. Hacia el final, Agüero narra una conversación ficticia entre su tía Lucy, fallecida hace años, y el legendario director de cine, Raúl Ruiz, fallecido también hace más de un decenio.

    Ruiz comparte una reflexión con la tía: ¿Las películas buscan un propósito? ¿Tienen un fin? ¿O simplemente eligen un momento en que acabar y se escribe la palabra fin en la pantalla?

    “Eso es una cuestión de humor también. Estoy jugando con el hecho de que mi propia película se está alargando y no está terminando”, comentó Agüero, entre risas.

    El cineasta no descarta hacer una segunda parte. Son décadas de historias que aún le faltan por abordar y cientos de horas de material de archivo que están pidiendo ser contados.

    “Creo que haré esa película. Creo que ya la estoy haciendo. Los materiales que quedan fuera quieren llegar a la pantalla. No aceptan quedar marginados, quieren ser parte de la historia, del juego del cine. Los materiales de archivo son como personajes, que no renuncian a su derecho a conquistar la pantalla”, sostuvo.

    “Carta a mis padres muertos” tendrá su estreno nacional en octubre en el Festival de Cine de Valdivia; continuará su recorrido en el Festival Internacional de Documentales de Santiago (FIDOCS) y se estrenará en cines en el primer semestre de 2026.

    (Fuente: radio.uchile.cl)


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