Revisión de los últimos veinte años de historia en Cuba, la cinta protagonizada por Blanca Rosa Blanco y Rolando Brito obtuvo una mención especial del jurado del Festival de Huelva. Aquí el director conversa sobre su película, las intenciones de la misma, y su alcance. Páginas del diario de Mauricio se estrenará en España durante el primer trimestre del año 2007. Está producida por el ICAIC, Fénix PC y los Estudios Churubusco Azteca.
"Yo diría que no es la primera película que trata sobre el período especial —asegura Manuel Pérez— lo que pasa es que ha predominado entre nosotros tratarlo en clave de humor crítico, a veces más logrado, a veces menos, pero creo que si revisara la producción del 90 para acá, se ha tratado en el terreno de la comedia. De alguna manera Suite Habana, al filmar la ciudad en la realidad actual cubana está aludiendo a estos años. Mi película tal vez sea la primera que se propone y lo intenta hacer de manera dramática y de manera más acuciosa hacia el conflicto del personaje principal".
- Entonces tú te propusiste hacer una historia desde el lado humano, de cómo les afecta ese momento crítico a las familias.
"Yo tenía la intención de tratar de encontrar una historia. Yo tenía un personaje, Mauricio, que desde mediados de los años 90 empezó a tomar cuerpo como una posibilidad. Los conflictos de un hombre como él, que claramente es alguien de mi generación, o sea, yo tengo la edad de Mauricio.
No es una película autobiográfica porque yo creo que tengo poco que ver con el personaje, pero no escapo a los conflictos del personaje, porque es mi generación, la que tenía 18, 19 ó 20 años en el año 59 y yo he vivido estos años en Cuba, y los de mi edad han vivido y reaccionado a los acontecimientos de manera muy diversa. Con crisis, emigrando, rompiendo con la revolución. En algunos casos rompiendo fuertemente y tirando la puerta, en otros emigrando por cansancio o decepción, en otros casos asumiendo los problemas desde adentro con distinta gama de matices de mayor o menor compromiso.
Como he vivido, en el caso mío con bastante intensidad, esos años, ya a mediados de los 90 tenía a Mauricio como personaje, pero no acababa de cuajar como historia. Yo sentía que podía hacer una historia de la crisis de un hombre en estos años. Y sobre el año 2000, coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Sidney, como que se me hizo la luz y armé el esquema argumental.
En un primer momento era una historia extremadamente larga, era como un serial o una novela, porque yo intentaba contar la historia de Mauricio desde el 59 hasta el 2000. Para empezar tendrían que haber sido necesarios dos actores, pero eso era imposible de hacer por su longitud en el tiempo. Entonces pasé por todo un proceso de ir reduciendo la historia para hacerla realista en posibilidades de la industria del cine.
Hicimos contactos desde Cuba con España, Televisión Española, Canal+,.... una productora catalana Fénix PC fue la que se interesó en la historia cuando todavía era más larga y en la confrontación con gente de fuera y con gente de dentro, con amigos y personas que me ayudaron sobre todo a ir comprimiendo, llegué a esta versión final.
Tú sabes bien que el guión se termina de hacer en la edición y entonces a mí esencialmente me movía expresar lo que es la crisis de un cubano que cree en la revolución pero que ha sufrido embates, crecimiento de incertidumbres, crisis de certezas,... y, el esquema es muy simple, tener 19 años en el 59, cuando triunfa la revolución cubana, es una experiencia que te marca fuertemente si la vives con intensidad y honestidad.
Tener 19 años treinta años después, en el 89 cuando se cae el muro de Berlín, es una experiencia totalmente distinta. El joven que crece en estos años no tiene que ver nada con los que crecimos en la década del 60. Eso se está expresando en la Cuba de hoy.
Todo eso estaba bullendo en mi cabeza cuando empecé a crear esa relación entre Mauricio y las cuatro mujeres que lo acicatean, que lo aguijonean en la vida".
- En la película se refleja el dolor que supone la experiencia traumática de que un hijo o una hija decida intentar buscar una vida mejor fuera del país. Esa separación parece que tú la has querido reflejar también en la cara de Mauricio, el padre, que presenta una vejez excesiva en un periodo relativamente corto de tiempo, unos ocho o diez años.
"Mira, la intención es esa. En esto hay que tener en cuenta, y me parece que vale la pena que te lo diga, que sucede que la emigración en Cuba tiene unas características más dramáticas o más traumáticas, creo yo como cubano, que las que puede tener en otras partes del mundo, porque inevitablemente se politizó como parte de una experiencia muy peculiar de lo que le ocurre a Cuba con el vecino que tiene y el grado de hostilidad, hostigamiento y confrontación de los Estados Unidos hacia Cuba.
Esa politización de la emigración trae consigo además, el drama que supone que tu hijo o tu hija vayan al exterior porque no les interesa el proyecto de la revolución, o porque no creen en él, o porque sencillamente quieren otra forma de vida. ¿Qué pueden hablar los españoles que emigraban en otra época o los que emigran ahora a España, o los mexicanos que tratan de cruzar? En Cuba la emigración está fuertemente politizada.
Las razones de ello está claro que son resultado de la confrontación con nuestro vecino. El cubano allá es un emigrado privilegiado. Tiene derechos y privilegios en los Estados Unidos que no tiene ningún emigrante del mundo.
Para mi generación la ruptura de familia adquiere una dimensión muy fuerte. Hay grandes momentos en los que, por supuesto, tenemos que hablar de lo sobreentendido. Yo creo que todo cine nacional vive eso. Yo veo una película de la España de la época de Franco y seguramente, aunque la sienta y me conmueva, es muy probable que los españoles contemporáneos o los hijos de esos españoles estén descubriendo sutilezas en esos textos que yo no me llevo.
Realmente la emigración en Cuba se convirtió en una ruptura muy violenta a nivel de familia. Era una ruptura a veces a muerte, a muerte en el terreno de las relaciones. Ahora, la vida, el fracaso del socialismo llamado real de Europa oriental y la desaparición de la Unión Soviética, traen consigo un repensar muchas cosas y, de alguna manera le da una pérdida de dramatismo, más levedad al conflicto de que de pronto un hijo o hija decida emigrar y no asumir un proyecto en el que no creen o no lo creen viable, dado el grado de dificultades a que es sometido el proyecto.
Todo eso influye en Mauricio porque ha visto cómo el proceso existente fracasó en el mundo y Cuba se queda sola y aislada. Eso te obliga a revaluarlo y repensarlo, aunque sigas creyendo en el proyecto, y eso fue traumático, sobre todo para las personas que tienen más de 50 o 60 años, que ya la vida la ven por el retrovisor. Tú vives un fracaso fuerte a los veinte o a los treinta años y te levantas y sigues. Cuando lo vives a los 60 años, tienes que hacer un acopio de energía y vitalidad y yo diría que de inteligencia también para analizar qué pasó".
- Tu filme está más bien instalado en un plano neutro, porque alude a acontecimientos que mucha gente conoce, como los ocurridos en el malecón en el año 94, pero no se muestran imágenes supongo que como referencia al momento que se está viviendo, pero dentro de unas relaciones familiares, ¿era esta la idea?
"Claro, en los acontecimientos del año 94, con el éxodo de balseros facilitado por la política migratoria norteamericana, lo que me interesaba era cómo en medio de ese conflicto, Mauricio tiene que ir a buscar unas jabas, con regalos y cosas que le está mandando la hija del exterior. Esa confrontación para mí era importante porque Mauricio se ve obligado a reaprender, como dice un personaje de la película, reaprender a vivir, a hacer un reajuste de sus principios y ser más tolerante con complejidades para las que Mauricio no estaba preparado.
Después de terminada la película yo vine a ver claro que resultó que los personajes femeninos estaban más preparados para enfrentar la vida que Mauricio. Las mujeres, cada una de distintos años, tienen una posición ante los acontecimientos más pragmática, más práctica, que Mauricio. Ese es el gran drama".
- Son quizás más planificadoras...
"Te confieso que eso fue casi el resultado del trabajo de mesa con los actores y las actrices, pero que cuando yo escribí el guión no era algo que intencionadamente quisiera mostrar. Trabajando con las cuatro actrices me dí cuenta de que era así, y me pareció bueno".
- Lo que quieres reflejar entonces son las dudas y el temor del personaje de Mauricio y ese apoyo que le dan las mujeres.
"Sí, cada una de las mujeres tiene una incidencia en la vida de él a quien yo veo como un revolucionario que jamás abandonaría el barco de la revolución. Mauricio se puede morir de tristeza, se puede morir de un infarto, le puede dar un derrame cerebral, pero está aferrado a esos valores, cree en ellos, aún cuando la vida ha golpeado seriamente la puesta en práctica de esos valores. Alguien decía una vez allá, y yo lo suscribo, que el socialismo tenía un guión excelente, lo jodido fue la puesta en escena, que no le quedó bien".
- Y esa es la razón por la que, cuando se encuentra con su padre en México, la hija duda sobre si contarle o no a su padre un chiste contrarevolucionario.
El poder corrosivo del humor, la burla, sobre todo cuando está vinculada a cosas que pasan a ser como que sagradas en la vida de las personas, es extremo. Yo soporto que tú me hagas un análisis crítico de por qué la revolución ha metido la pata en setenta cosas, y te doy la razón en sesenta y cinco. Si me haces un chiste a costa de la revolución puedo reaccionar rechazándolo. No acepto que te burles de algo que ha significado mi vida.
Para mí es clave que Tatiana, que hace años que no lo ve, vaya a ejercer el humor y después coja miedo y se dé cuenta de que puede herirlo y lastimarlo. Después, ya en el restaurante, le habla más seriamente de por qué ella ha cambiado y se produce una comunicación entre ellos.
Ella le dice ¡mírame fijamente a los ojos, porque quiero ver si lo disfrutas o lo resistes! y se da cuenta o teme que no resista el chiste y lo corta. Me pareció que era una buena solución, porque hacer el chiste podría ser demasiado local, que le diera risa solamente a los cubanos.
La gracia era el reto de la comunicación padre-hija cuando ya se frenan, y él por supuesto, prefiere que no se lo haga".