Se acaba de estrenar el creativo filme Fim da Linha, el debut en el largometraje de Gustavo Steinberg, guionista de Cronicamente Inviável. El filme no tiene una trama lineal, por el contrario resulta bastante desbocado en su narración sobre un puñado de personajes que se entrecruzan en algún momento de la historia. El tema conductor es la ambición desenfrenada y la teoría de que las personas pierden cualquier atisbo de racionalidad cuando lo que está en juego es ganar dinero, o apropiarse del dinero ajeno.
Los excelentes tipos humanos creados por Steinberg son el gran atractivo de la historia. Entre ellos está un documentalista lleno de idealismo, mas al que no le importa ser mantenido por su mujer; una tribu de indígenas que quiere transformar su danza en producto comercial; una dueña de tienda que hace que sus amigas se endeuden en su comercio; un diputado que tiene un armario lleno de dinero que dice haber ganado en la lotería 1.313 veces, pero que no logra ganar una apuesta; un catador de basura que cata todo lo que se encuentra por delante, incluso a los seres humanos.
Todos estos personajes - y algunos más – de-construyen a lo largo del filme la primera impresión que tenemos de ellos. Solamente el personaje del diputado Ernesto Alves (última aparición del recién fallecido Rubens de Falco), con su cinismo político, se mantiene inalterable del primero al último fotograma. Lo que lo convierte al final de la historia en el personaje más sincero de todos.
El guión resulta muy gracioso y contiene diálogos deliciosos, en el que se puede destacar escenas como aquella en que el periodista encarnado por Leonardo Medeiros discute sobre la viabilidad de de cobrar por un producto que nadie quiere comprar. También son extremadamente divertidas todas las discusiones que ocurren dentro del van, así como la pelea entre la mendiga y el catador de basura. Por supuesto el filme presenta algunas situaciones absurdas, pero incluso hasta esos mismos momentos absurdos tienen un sentido dentro de la propuesta general del largometraje, que utiliza esta exageración para hacer una alegoría sobre como la ambición empeora y denigra a los seres humanos.
Fim da Linha es una producción que llama la atención por su creatividad, simplicidad y buen humor. Un filme brasileño que merece ser visto. Pero que para verlo los espectadores tendrán que correr, ya que el largo se estrena en un circuito limitadísimo: cuatro copias, tres de ellas en São Paulo y una en Rio de Janeiro donde se exhibirá sólo en un cine