CRÍTICA



  • Paisito, desde Uruguay, se aferra a una mirada: Latinoamérica
    Por Alejandra Portela


    Paisito es una película uruguaya, con actores argentinos y españoles, capitales argentinos, españoles y uruguayos. El guión es del uruguayo Ricardo Fernández Blanco y la dirección de la española Ana Díez. Con la ciudad de Montevideo como escenario, y los inicios de la dictadura uruguaya en 1973 como fondo, Paisito se aferra a una mirada: la de una historia parecida a la de cualquier país de Latinoamérica.

    Dentro de los tópicos del cine latinoamericano, las historias ocurridas en dictaduras militares es uno de los más frecuentes. La mirada sobre ese pasado inevitable parece ir puliendo con el tiempo aquello que intentaba decir todo a la vez en una sola película.

    Paisito es una película uruguaya, con actores argentinos y españoles, capitales argentinos, españoles y uruguayos, la ciudad de Montevideo como escenario, y los inicios de la dictadura uruguaya en 1973 como fondo histórico: el jefe de policía de la ciudad de Montevideo y su vecino, un zapatero español republicano, se ven obligados a enviar a sus pequeños hijos a una estancia de las afueras de Montevideo ante el rumor del crecimiento de la violencia. Esos niños, 20 años más tarde, se encuentran fortuitamente en España cuando un jugador de fútbol venido a menos llega contratado por el fútbol español. La historia se cuenta en esos dos planos: el presente de esos jóvenes marcados por la historia de su país y el pasado, la acción de los tupamaros y el comienzo de la represión ilegal.

    Prolijamente filmada en una ciudad que parece detenida en el tiempo, Paisito es una película de actores y de guión. Juega además con uno de los berretines de Río de la Plata: el fútbol. En la manera que se acerca al espíritu futbolero, la película gana en costumbrismo: el fulbito en la calle, el partido del día que detiene el país, el exilio a España que se mezcla con el contrato del futbolista profesional. No por nada, uno de los mejores planos es la bota del militar sobre la pelota.

    Sin virtuosismos formales ni intenciones de tenerlos, Paisito se aferra a una mirada: la de una historia parecida a la de cualquier país de Latinoamérica. El guión del uruguayo Ricardo Fernández Blanco (y desde la dirección, la española Ana Díez acompaña) parece rescatar, sin embargo, algo del particular espíritu uruguayo, esa mezcla entre una conciencia de pequeñez (el pais es un "paisito"), las pasiones futboleras por sobre los bandos políticos, el barrio y la amistad, la familia, lugares en los que Uruguay internaliza sus diferencias. 


    (Fuente: Leedor.com)


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