ARTÍCULO



  • Cine y reflexión
    Por Eduardo Coutinho, 1967


    En principio, quiero sólo decir que el cine, aquello que se llama cine moderno, es un cine que procura ser, ante todo, una reflexión sobre un tema más bien que sobre una historia. El cine nuevo mundial ha superado el cine de historia yendo hacia otra concepción narrativa. Eso se debe también a que, como decía Carlos Diegues, el cine ya no es más el arte de masas por excelencia porque ese papel esta siendo ocupado por la televisión y, principalmente, por la publicidad. La televisión, vinculada a la publicidad no puede ser otra cosa sino un canal para la domesticación del público y para aquello que se llama la "industria cultural".
    (Dominio consciente e inconsciente del gusto del público.) Frente a ese panorama, el cine queda como un arte que puede tener, todavía, una penetración en las masas y que, además, puede penetrar por las brechas que permiten los regímenes vigentes. Para ello hay que hacer cine en un lenguaje no convencional y que pueda, de cierta manera, más o menos lentamente, crear o recrear la posibilidad de pensar para todos los pueblos de los países subdesarrollados, principalmente, de la América Latina. Creo, inclusive, que, en lo que yo hice hasta ahora, surge una contradicción que se intenta resolver: existe la gran necesidad básica de comunicarse con el público que, a su vez, es brutalizado por la "industria cultural". Ese es un dato que debe ser tomado en consideración. Hay dos formas. Hay una forma en que se procura partir de mitos populares, partir inclusive de las convenciones cinematográficas existentes y, desde ellas, intentar una comunicación de distinto nivel. En este sentido no creo que pueda haber preconceptos formales de ninguna especie y que, tanto en el plano del lenguaje propiamente cinematográfico, como en el de la dramaturgia, todos los caminos estén abiertos y ninguno debe ser rechazado de antemano. Así como, por ejemplo, el plano y el contraplano pueden ser utilizados en una cierta forma de película, o en una cierta secuencia, así también una dramaturgia de tipo más clásico puede ser un medio utilizado, dependiendo de lo que se quiera obtener. También, por otro lado, se admite que puede existir, que es indispensable que exista cierta restricción con respecto al público, en la medida en que se trata de buscar un cine fundamentalmente crítico que depende, básicamente, del nivel de conciencia del público. Siendo el nivel de conciencia algunas veces muy bajo y existiendo la dificultad de penetración debido a que los canales de distribución están relativamente vedados, puede suceder que una cinta alcance sólo a un público muy restringido; pero, yo creo que los efectos multiplicadores hacen que alcance tanto valor como un filme que tenga una penetración popular. Por eso mismo creo que nunca puede ser condenada una cinta que no encuentre junto al público una resonancia que pueda encontrar una cinta que utilice ese mito y ese lenguaje popular y que, por eso mismo, pueda tener su eficacia de medidas.
    Hablando otra vez de mis experiencias: en cierto momento de la historia del Brasil hice un filme que era tan directamente político que no pudo continuar un día después del cambio político ocurrido; cambio que, evidentemente, no fue fundamentado, porque las fuerzas del régimen no cambiaron en nada, pero, cambiaron las condiciones policíacas del régimen.

    Cinema and reflection
    By Eduardo Coutinho, 1967

    First of all, I only want to say that the cinema, that what we call modern cinema, is above all a cinema that tries to be, most of all, a reflection on a topic rather that on a story. The new world cinema has surpassed the cinema based on story towards another narrative conception. That is also due to the fact that, as Carlos Diegues said, the cinema is no longer the art of multitudes par excellence, because that roles being played by  television and, mainly, advertising. The television linked to the publicity cannot be other thing that a channel for the public's domestication and for what is called the “cultural industry.”

    (Conscious and unconscious domain of the public's preference.) In front of that panorama, the cinema is still as an art that can have a penetration in the masses and that, also, can penetrate into the breaches that allow the dominant regimes. To do that is necessary to make a cinema with a non-conventional language and that, in a way, more or less slowly, o create or recreate the possibility of  thinking for all the people of the underdeveloped countries, mainly, Latin America. I believe that even in what I have made up to now, a contradiction arises which is intended to be solved: there is the basic need of communicating with the public which in turn is brutalized by the “cultural industry.” This is a datum that should be taken into consideration. There are two ways. There is a way that tries to start from popular myths, to start even from the existent cinema conventions and, from them, attempt a communication at a different level. In this sense I do not think that it would be formal preconceptions of any kind and that, so much in the plan of the specifically film language, as in that of the narrative, all the ways are valid and none should be rejected beforehand. As well as, for example, the shot-reverse-shot can be used in a certain kind of film, or in a certain sequence, likewise a more classic type of narrative could be a resource used depending on what is wanted to attain. Also, on the other hand, it is admitted that it could exist and is indispensable that exists a certain restriction in regard to the public, in the sense that what is intended is to try to find a fundamentally critical cinema that depends, basically, on the level of consciousness of the public's. Being sometimes the level of consciousness very low and existing a communication difficulty because the distribution channels are relatively inaccessible, it may happen that a film reaches only a very restricted public; but, I believe that the multiplying effects make that it reaches as much value as a film that has a popular impact. For that reason I believe that it can never be condemned a film that does not find a resonance in the public that could be found by a film that uses that myth and that popular language and that, for that reason, could has its effectiveness as measures.

    Speaking again of my experiences: in a certain moment of the history of Brazil I made a film that was so directly political that could not continue one day after the political change happened; a change that, evidently, was not supported, because the forces of the regime did not change in anything, but, they changed the police conditions of the regime.

    (Fuente: Tomado de la Revista Cine Cubano 120.)


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