Pablo Fendrik rodó El asaltante mientras esperaba las ayudas financieras para hacer el que debia ser su primer largometraje: La sangre brota, un guión que tenia ya escrito pero que se convirtió finalmente en su segundo largometraje.
El nexo entre ambas películas fue su protagonista, el actor argentino Arturo Goetz, para quien había escrito el personaje principal de La sangre brota y que se convirtió en el intérprete de ese asaltante, un padre de familia que en el plazo de pocas horas ejecuta dos atracos en dos colegios de Buenos Aires. Arturo Goetz, que llegó tardiamente al oficio de actor, es un excelente intérprete del cine y del teatro argentinos. Fendrik ha tenido el talento de ver en él un estupendo rostro de cine.
El tema se apoya en un hecho real y su realización fue para Fendrik un ejercicio de estilo, ya que se planteó el rodaje en tiempo real: la película dura una hora y siete minutos y su cámara va siguiendo paso a paso la acción de ese atracador, filmando de cerca sus gestos más cotidianos y mas íntimos, como tomando el pulso de su respiración agitada, de su violencia interior y de su huida.