CRÍTICA



  • Bergman y Chejov revolotean en La ventana de Sorín

    La soledad de quien se halla próximo a la muerte y el retorno a la infancia como único asidero en el trance, son el 'leitmotiv' de La ventana, que el propio Sorín ha considerado en una rueda de prensa como "una nueva ópera prima, un cambio de estilo en la forma de narrar, un ejercicio cinematográfico".

    El cineasta bonaerense, quien se estrenó como realizador en el Festival de Valladolid con La película del rey (1986), abre así una nueva etapa dentro de su filmografía después de Historias mínimas (2002), Bombón, el perro (2004) y El camino de San Diego (2006).

    "Quería cambiar, afrontar una apuesta totalmente distinta y comencé a valorar otros aspectos como el tempo, que no manejaba en otras películas, por lo que de alguna forma se puede decir que esta es una nueva ópera prima'", ha manifestado Sorín acerca de su nuevo filme, protagonizado por el actor y guionista Antonio Larreta.

    El "Taco", como popularmente se le conoce a este actor uruguayo afincado en España, encarna a un escritor octogenario consciente de su inminente final a quien cuidan una servidora y la gobernanta de la hacienda donde ha vivido siempre, en pleno contacto con la naturaleza y fatalmente alejado de su único hijo.

    En poco más de una hora, apenas ochenta minutos, Carlos Sorín se acerca de un modo conmovedor, con ternura y a veces con emoción a la tan temida muerte, que aborda en un filme plagado de símbolos y lleno de matices que no abruman porque su director los desliza sin estridencias, con sabia sutileza y magistral suavidad.

    El resultado es una nueva perspectiva ante un tema tabú en la sociedad occidental y que, a través del protagonista de la cinta, Sorín aborda con la misma naturalidad con que transcurre la vida ante los ojos del escritor moribundo cuando cada mañana abre "La ventana" de su dormitorio para alargar un poco más su existencia.

    A través de esta nueva propuesta cinematográfica reivindica al hombre como parte de la naturaleza, de la que surge, a la que debe regresar sin traumas, y que simboliza en la actitud del octogenario escritor, desnudo de artificios en su conducta y aferrado a la música y a la lectura.

    Antonio "Taco" Larreta, el protagonista de la cinta, descubre así al gran público su faceta de actor que añadir a la de escritor, guionista y adaptador de textos en películas como Gary Cooper que estás en los cielos, Los santos inocentes, El maestro de esgrima, Volavérunt o, más recientemente, Juana la Loca.

    Carlos Sorín ha rendido en su filme un homenaje al dramaturgo Anton Chejov (1860-1904), quien al igual que el Antonio de La ventana se despide de la vida con un brindis de champán junto a sus más allegados, aquel en el balneario germano de Badenweiler, donde se trataba de una tuberculosis.

    El realizador argentino ha manifestado que su intención es la de "conmover a la gente", que es lo que pretende siempre que cuenta "esas mentiras que tocan cosas de verdad", como así ha definido a la ficción cinematográfica.

    Él mismo se conmovió al comprobar el resultado final de La ventana, hasta el punto de calificarla como un "remake" de la película de Ingmar Bergman titulada Fresas salvajes (1957), una de las primeras que vio en su vida cuando, con apenas quince años, asistió a su pase en una sala de Buenos Aires.

     


    (Fuente: laopinion.es)


Copyright © 2024 Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano. Todos los derechos reservados.
©Bootstrap, Copyright 2013 Twitter, Inc under the Apache 2.0 license.