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  • Se estrenó la premiada película chilena Alicia en el país

    Cuando Alicia, la niña quechua, emprendió su caminata, a fines de 2004, no imaginaba que un día su historia se iba a convertir en película. La marcha debería llevarla 180 kilómetros al sur de su natal Soniquera, en Bolivia, hasta su destino: San Pedro de Atacama, en el norte de Chile.

    Es el camino que han hecho, o intentado hacer, otros miles de quechuas, y que en este caso tiene características irreales, en las que la magia del camino se interrumpe con los recuerdos de la joven caminante, acompañada por el silencio.

    La propia Alicia protagonizó el filme que ya ha obtenido reconocimientos internacionales. Su estreno internacional fue en agosto pasado en el tradicional Festival de Locarno, donde obtuvo el Premio Especial del Jurado. Desde entonces el filme ha participado en cinco festivales y premiado en el Festival de Bangkok, y hace pocos días en el Festival de Trieste, donde logró los premios a la Mejor Ópera Prima, Premio Especial de Jurado y Mejor Banda Sonora.

    Paralelo a su estreno comercial en Chile, su recorrido continuará casi sin interrupciones por los festivales de Leipzig, Mar del Plata, Viña del Mar, Amsterdam y La Habana.

    La historia surgió cuando en enero de 2005. Una niña de 13 años fue detenida por la policía mientras deambulaba, entre los turistas, por las calles de San Pedro de Atacama, un pueblo ubicado en el altiplano de la II Región de Chile y conocido por su riqueza arqueológica. En la comisaría, los carabineros escucharon una historia inverosímil. Sin papeles que lo acreditaran, dijo haberse venido sola desde Soniquera. En un mapa, los policías ubicaron el pueblo de Alicia, un caserío diminuto en el altiplano boliviano, a más de 180 kilómetros de San Pedro. Por ser menor de edad, Alicia Inés Esquivel Ramos quedó a cargo de un tribunal de menores y días después, reclamada por una pariente, regresó a su país.

    El director Esteban Larraín viajó a Soniquera en enero de 2006, en busca de Alicia. La encontró en su poblado de unas 40 casas alrededor de una iglesia, a 4 000 metros de altura, y después de una paciente charla para vencer sus recelos, ella aceptó contar su historia. Alicia no se había escapado, sino que partió con el consentimiento de la familia y con la intención de trabajar. Llevaba en su mochila, algunos alimentos y agua además de un poco de dinero. Así esperaban superar el difícil momento que vivían. Con la ayuda de un jeep, que la acercó a la frontera y del cobijo de algunos lugareños, donde pasó las dos primeras noches, el resto del camino lo hizo sola y durmiendo, cuando podía, entre las grietas de los cerros. En el ancestral Camino del Inca marcó su huella. Atravesó el desierto chileno y finalmente estuvo frente a San Pedro. Logró encontrara un amigo de su padre que la puso a trabajar como empleada doméstica hasta que un día fue detenida por carabineros por no portar documentos.

    Después de esta experiencia Alicia volvió a Chile, y logró reunir dinero para comprar dos llamas. A Larraín le aseguró que le gustaría volver. Y su deseo se cumplió: el siguiente viaje fue para hacer la película, previo permiso de sus padres que no comprendían mucho de qué se trataba.

    ¿Ficción o documental?
    Esteban Larraín dice que ha debido enfrenta muchas veces esta pregunta, sea por asuntos administrativos o porque hay gente a la que le gusta clasificar. Y como generalmente la pregunta no está hecha con afán de obtener una larga explicación, el director responde: "ficción", pese a que reconoce que Alicia en el país posee elementos que invitan a pensar en documental: historia real, personaje real, lugares reales, incluso secuencias en vivo "reales". Pero hay otros elementos que la insertan en la ficción y que el director explica en su sitio.

    "No deseo aparecer aquí renegando del género documental, género que adoro y que por lo demás define gran parte de mi filmografía. Si transformé la historia de Alicia en un filme de ficción fue por dos simples razones: filmar a una niña de 15 años haciendo "realmente" este viaje de 180 kilómetros era éticamente inaceptable (y físicamente imposible para mí); la visualidad que buscaba, el sentido ceremonial y trágico, solo me era posible alcanzarlo a través de un control mayor de la imagen, control que solo me otorgaba un rodaje ficcional. ¿Entonces? 'Una ficción con elementos documentales', es la frase que más me convence (ni docu-ficción, ni docudrama, por favor)" señala Larraín.

    El director
    Periodista de la Universidad de Chile, con una tesis sobre Antonioni, el joven director Esteban Larraín estudió dirección cinematográfica en Cuba e Italia. El mismo escribe, produce y dirige sus películas. Sus temáticas generalmente giran en torno a personajes femeninos insertos en temas políticos y sociales de actualidad. Su trabajo se ha presentado en festivales internacionales: Alicia en el país (2008) Locarno, Suiza; El velo de Berta (2004) IDFA Joris Ivens Competition, Holanda; Ralco (2000) Competición Oficial Cinema di Reel, Francia; Patio 29 (1998) Mejor Documental Fribourg Film Festival, Suiza.

    (Fuente: www.onoff.cl)


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