CRÍTICA



  • Meu Nome Nao é Johnny: dejando de lado todo abordaje maniqueo
    Por Angélica Bito


    Basado en el libro homónimo escrito por Guilherme Fiúza, el filme brasileño Meu Nome Não é Johnny cuenta la historia real de João Guilherme Estrella, que hoy trabaja como productor musical. Nacido en una familia carioca de clase media, pasó su juventud en los años 80 y 90 implicado en la venta de drogas, etapa de su vida que enfoca el filme.

    Apoyado fundamentalmente en la actuación sólida de Selton Mello, quien  interpreta a Estrella, el filme diseña de forma muy particular el retrato de este personaje. Dejando de lado todo abordaje maniqueísta y el fácil impulso de transformar la historia del traficante en una lección de moral, Meu Nome Não é Johnny no pretende juzgar los actos de los personajes y este es el gran logro del filme.

    La recreación de época es sutil, bien marcada por la dirección de arte y las creaciones del vestuario, que transportan competentemente al espectador a la realidad vivida por el protagonista en las varias etapas de su existencia que el filme aborda, desde su relación con las drogas —primero como consumidor, después como traficante— hasta su encarcelamiento. La forma en que Mello transmite el carisma de su personaje puede, a primera vista, dar a entender que existe una glamourización del personaje y de las situaciones, mas su objetivo es todo lo contrario, al  asumir la actitud de mantenerse distante de cualquier enjuiciamiento.

    Mezclando el humor —principalmente a través de ese cinismo que Mello es capaz de conferir a sus personajes— y el drama, especialmente en la segunda parte del filme, cuando Estrella es juzgado y encarcelado, Meu Nome Não é Johnny capta la atención del espectador gracias también a la fluida dirección, y principalmente, gracias a las actuaciones convincentes.

    Por más que Meu Nome Não é Johnny gire en torno a las drogas, no tiene que ver con filmes como  Cidade de Deus y Tropa de Elite, que enfocan el tráfico en las favelas de Río de Janeiro: Estrella era conocido como un "traficante de asfalto". O sea, nunca pisó una favela, obtenía drogas por otros medios y las distribuía en su círculo social. Por lo tanto, se trata de un  fragmento de la realidad diferente al de los filmes mencionados, pero que complementa el mosaico total al enfocar también el tráfico de estupefacientes. Las comparaciones son inevitables, pero quedan en este caso restringidas al tema.
    Resumen por: F. J. Quirós

    (Fuente: cineclick.com.br)


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