REPORTAJE

  • Develan a través del cine el rostro desconocido de Lucio Cabañas

    Las crónicas más confiables señalan que el 18 de mayo de 1967 la policía judicial guerrerense disolvió un mitin de la Sociedad de Padres de Familia de la escuela primaria Juan Alvarez, el poblado de Atoyac, y trató de ejecutar a Lucio Cabañas, profesor normalista de la escuela pública Modesto Alarcón.

    Tras aquel acto, Cabañas se internó en la sierra de su natal Atoyac para armar una guerrilla, la misma que se mantuvo en pie de lucha durante siete años. El 2 de diciembre de 1974 fue ejecutado durante las operaciones de rescate del gobernador electo de Guerrero, Rubén Figueroa, quien había sido secuestrado por la guerrilla.

    La pregunta obligada al tener cara a cara a Gerardo Tort, quien exhibirá su filme los días 3 y 5 de septiembre en el marco del 26 Foro Internacional de la Cineteca, ¿En qué momento nace el proyecto para realizar una película documental sobre la vida del guerrillero mexicano?

    "Era el año 2000 cuando al escuchar una canción entonces de moda, Cabañas de Los de abajo, se me ocurrió hacer una película sobre la llamada Guerra sucia. El detonante se registró varios meses después, cuando observé su rostro impreso junto a los de Genaro Vázquez y Emiliano Zapata en las mantas de la Caravana Zapatista".

    Nacido en Puebla de Los Angeles, Tort recuerda que al principio quería hacer una película de ficción contada desde el presente, con brincos al pasado. "Escribimos un argumento Los años rotos, pero nos dimos cuenta de que no teníamos ni la más pálida idea de lo que es la guerrilla rural". Por eso, mejor se pusieron a investigar.

    Se empaparon del tema a través de investigaciones, lecturas especializadas, entrevistas con familiares, amigos, maestros sobrevivientes y toda suerte de testigos de los acontecimientos que rodearon la vida de Lucio Cabañas. y de esa forma, llegaron a concluir que esta historia se debía contar desde su interior.

    En esas labores y durante 2001 le dieron la beca Rockefeller y el proyecto comenzó a crecer. "Fue el mismo año en que el presidente Vicente Fox Quesada anunció la creación de la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (FEMOSPP).


    Para entonces, Gerardo y Marina "ya habíamos establecido contacto con algunos de los protagonistas. Recuerdo que las primeras entrevistas eran más de denuncia, sin rostro humano. Pero con el tiempo nos fuimos ganando la confianza de los entrevistados".

    Luego llegaron recursos del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y del Instituto Mexicano de Cinematografía, con lo que se comenzó a trabajar de lleno y a todo vapor sobre el guión y la forma de realizar el filme.

    Dice Tort: "El problema es que la historia de la Guerra sucia fue contada por una parte de los protagonistas, por la gente en el poder, los que supuestamente vencieron. Nosotros incorporamos a los que no han tenido oportunidad de contar su verdad, gente que siente que no ha sido derrotada, que está convencida de que la lucha no ha terminado".

    Stavenhagen tomó la palabra para agregar que "el documental es un llamado a la memoria histórica. La Historia, con mayúscula, se cuenta a partir de las pequeñas historias, las de las comunidades y los individuos".

    Advirtió que "existe una versión paralela a la historia oficial y, como cineastas, tenemos el deber de rescatarla, y no en plan redentor ni mucho menos; simplemente porque, como guionista, no puedes inventar las cosas desde el escritorio".

    A ambos entrevistados se les ha hecho la misma pregunta una y mil veces: ¿Quién fue Lucio Cabañas? Y ellos responden siempre lo mismo:

    "Es la misma pregunta que nos animó a hacer el documental. Efectivamente, Lucio es un mito para nuestra generación. No era el `mata vacas' ni el gavillero que describían los periódicos; fue un campesino y profesor normalista que decidió tomar las armas en aras de un ideal, con una ideología definida y una intención política específica", dijo él.

    Stavenhagen agregó: "Lucio siempre tuvo dotes de liderazgo; era muy buen orador, cantaba, tenía `don de pueblo', sabía hablar con la gente. Era un joven politizado, con ideales de justicia social que pronto destacó como líder en el contexto que lo rodeaba".

    Sostiene que Lucio vive en muchos más lugares de los que podemos imaginar. "Todos lo recuerdan bien. Hemos encontrado testimonios que van desde quienes lo consideran un hombre sensible, e incluso buen hijo, hasta los que enfatizan en que también era un tipo duro que sabía tomar decisiones en la guerra", aseveró.

    Sobre el número de entrevistas, alrededor de 40 entre ex guerrilleros, familiares, intelectuales, escritores y gente común que conocieron a Lucio, faltan dos, con los generales Quiroz Hermosillo y Acosta Chaparro.

    "En un principio sí nos lo planteamos, pero nos dimos cuenta de que iba a ser imposible tener acceso a los testimonios de muchos de estos personajes. Sabíamos que la FEMOSPP estaba trabajando en sus casos y era obvio que sus versiones iban a estar trastocadas por intereses legales. Además, ellos son la voz oficial", explicó Tort.

    Sobre si en algún momento sintieron miedo o presión, el director de cine respondió que: "Sabemos perfectamente que el tema es delicado. Sin embargo, no tengo un miedo particular, porque no estamos denunciando a nadie. Sí estamos pisando callos, pero no somos ni jueces ni abogados. Simplemente ejercemos el derecho de hablar sobre un tema que nos interesa".

    Finalmente, coincidieron en señalar que llegó el momento para que el cine aborde los temas supuestamente oscuros de nuestra historia.

    "En México siempre se ha filmado documental y hay grandes documentalistas que han hecho escuela, que han abordado temas sociales y políticos. Si nuestro trabajo inspira a nuevos cineastas para que se animen a documentar, pues, ¡qué bueno!", concluyó Stavenhagen.


    (Fuente: www.vanguardia.com.mx)


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