Felipe Degregori estudió cine en Moscú en los años ‘70. A su regresó a Perú dirigió algunos cortos antes de debutar en el largometraje de ficción con Abisa a los compañeros, ópera prima que se filmó en 1979 y se estrenó en enero de 1980. El filme era una adaptación del libro Abisa a los compañeros, pronto, de Guillermo Thorndike, quien escribió el guión de la película. Tanto el libro como la cinta recrean un hecho real ocurrido en 1963, cuando un grupo de militantes trotskistas planificó y realizó el asalto a un banco miraflorino con el objetivo de financiar sus actividades políticas. La cinta tuvo una gran acogida de público en su estreno y desató una fuerte polémica en los medios de prensa de la época.
Con Todos somos estrellas (1993), Degregori intentó ofrecer una visión humorística de la manipulación que realizan los medios de comunicación en la vida diaria de las familias peruanas, y de la desesperada situación de las familias atraídas por un espectáculo en el que todos parecen poder ganar. La cinta fue premiada con el Círculo Precolombino de Oro a la Mejor película en Festival de Cine de Bogotá, Edición 10º, y obtuvo una Mención Especial FIPRESCI del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana en su edición 15º.
Respecto a su siguiente largometraje de ficción, Ciudad de M (2000), el director expresó: "sentí un agotamiento por tener que pensar, lamentablemente, en que la película tenía que ser un éxito comercial". El cineasta limeño ha confesado que esa experiencia lo dejó extenuado y decidió no volver a hacer una película de estas características.
Después de más de veinte años detrás de las cámaras, Degregori inició en 2004 una nueva etapa en su carrera cinematográfica, con la creación de una productora, que se dedica, junto con organizaciones no gubernamentales y instituciones del Estado, a la realización de audiovisuales de carácter social. De este modo, Degregori emprendió una serie de pequeñas producciones documentales, sobre las que el realizador expresó: "El documental me dio la posibilidad de tocar temas que me interesan sin tener que pensar en el éxito de taquilla, una libertad que no te da un producto comercial".
Esta serie culminaba con el largometraje Peces de Ciudad (2007), que se proyectó en la muestra cinematográfica de Chicago. Con una hora de duración, el filme retrataba la discriminación limeña a jóvenes de provincias peruanas, que emigran a la capital de Perú en busca de una vida mejor.
Desde el 2008, Luis Felipe Degregori ha mostrado un cierto optimismo sobre la situación actual del cine peruano, que a su parecer, ha mejorado notablemente desde la entrada de la nueva directiva al Consejo Nacional de Filmografía.
En el 2009 el realizador trabajó en la preparación del largometraje Rosas de acero, sobre la discriminación que sufre la población transexual en el Perú y Latinoamérica. Dirigió No hoy lugar más diverso (2012).